Varias empresas critican lo "absurdo" del procedimiento "sin información publica ni plazos razonables"
VALENCIA. Con un presupuesto global de 54.000 euros, el Ayuntamiento de Valencia ha optado por externalizar la comunicación con los barrios de Orriols, Nazaret y Benimaclet con el objetivo de generar una estrategia participativa que, en última instancia, les dé pistas sobre qué proyectos acometer en años venideros. Esto es, una empresa externa servirá de vínculo entre el gobierno local y los vecinos para conocer sus necesidades. A través del área de Participación, Derechos e Innovación Democrática, dirigida por Jordi Peris (València en Comú), se ha llevado a cabo un proceso de selección interno cuyo periodo para presentar propuestas finalizó este lunes, proceso por el cual se elegirá a tres empresas diferentes que tomarán el testigo del consistorio en esta materia.
Tres, sí, pues desde la concejalía se ha tomado la decisión, además de externalizar el proceso para la identificación de necesidades vecinales, de dividir en tres contratos distintos pero idénticos la elaboración de planes para la participación ciudadana. “Optamos por equipos externos para recurrir a gente con trayectoria y formación en materia de procesos participativos. Dinamizar algo así es muy complejo y necesitamos capacidad de presencia para reunirse con las entidades”, indica el propio Peris, que justifica la fórmula de dividir el proyecto, lo que evita convocar un concurso público, con la intención de que no se genere un "modelo estándar" y que la metodología se adapte a la realidad física y socioeconómica de cada barrio. El primer cometido de las empresas, en cualquier caso, será el de reunirse con entidades vecinales y organizaciones de comerciantes del barrio, tarea que sí realiza cada concejalía del consistorio aunque no siempre coordinados, para identificar las necesidades de estas tres zonas.
El proceso participativo se iniciará en el mes de julio y acabará a finales de diciembre con lo que, teniendo en cuenta el “apretado” calendario, Peris confirma que se trata de un proyecto a “medio plazo”, por lo que será difícil que las conclusiones que se deriven del proceso puedan verse hechas realidad en los presupuestos municipales de cara al año 2017. “El mismo proceso irá definiendo las prioridades, con la estrategia definida a final de año ya se irá viendo”. Así las cosas, la estrategia integral participativa se basa en la comunicación con los agentes sociales, el autodiagnóstico por parte de asociaciones y entidades, la formulación de propuestas y acuerdos y una evaluación final del propio proceso.
La fecha prevista para la entrega de la propuesta de los barrios en el 21 de diciembre de este mismo año, tres documentos generados por tres empresas cuyos contratos, al no superar la barrera establecida, no han de salir a concurso público. Un caso parecido, aunque generado en torno a un proyecto concreto, se llevó a cabo en el solar de la Ermita del barrio de Orriols. El proceso participativo, iniciado antes de las elecciones municipales, fue ‘absorbido’ por el Ayuntamiento de Valencia a través de la concejalía de Participación y, también, de Parques y Jardines, área dirigida por la concejala Pilar Soriano. Con un presupuesto de aproximadamente 12.000 euros [contexto]arquitectura y Carpe Vía fueron los encargados de desarrollar el proceso participativo recientemente finalizado.
En este caso las obras sí se ejecutarán a lo largo del presente ejercicio, pues el proyecto contaba desde un primer momento con un presupuesto global de medio millón de euros que incluía el proceso participativo y la construcción de la nueva plaza sobre el solar. Mientras tanto, las estrategias participativas planteadas para Orriols, Benimaclet y Nazaret, al no tener un objeto concreto sino que tienen como objetivo la selección de estos, no incluye en su partida (18.000 euros por empresa) la ejecución de ningún proyecto. “[La estrategia] surge para detectar, analizar, definir las prioridades e incorporar la participación en las políticas que se llevarán a cabo en años venideros [...] Los proyectos se plantean para definir la estrategia de intervención, las temáticas que se aborden serán probablemente diferentes, al final será la realidad del propio barrio la que pondrá sobre la mesa las peticiones”, explica el delegado del área Participación, Derechos e Innovación Democrática.
La selección de estos tres barrios "se debe a la propia demanda" de los vecinos, que han verbalizado "la necesidad de desarrollar una estrategia de este tipo", añade el concejal de València en Comú, que por el momento no se plantea en el futuro próximo trasladar esta práctica a otros barrios de la ciudad. El nombre de las empresas seleccionadas se dará a conocer a lo largo de la semana, un proceso interno para el que Jordi Peris afirma que desde la concejalía de Participación Ciudadana se ha tanteado a algo más de una decena de empresas que han presentado sus planes.
Las fuentes que hicieron llegar la información a este diario, con las que se ha contado para el proyecto de forma directa en algún caso -comunicándoselo expresamente- e indirecta en otros -recibiendo como terceros esta convocatoria selectiva-, aseguran a este periódico: "si llamabas a la concejalía te enviaban las bases, pero no estaban publicadas. Es curioso y es absurdo". De hecho, de esta manera se fueron conociendo a través de distintos profesionales la posibilidad de presentarse al concurso. Otro estudio apunta que "parece que se pierden oportunidades llevando a cabo los procesos sin la transparencia que se predica". La misma responsable resume que "no es ilegal, pero parece absurdo hacer el paripé del concurso sin información publica ni plazos razonables".
Para estas fuentes, en el sentir general, se aduce que "los contratos menores son bastante precarios si se tiene en cuenta los plazos y la cantidad de trabajo desde que se empezó a conocer que estaba disponible esta convocatoria". Desde una de las empresas a las que se ha contactado directamente se es especialmente crítico: "como es un contrato menor; esta fórmula por la que han optado es totalmente legal, pero para quienes nos hemos quejado en otro tiempo de este tipo de prácticas, resulta un procedimiento patético". Todos los que han contactado desde la semana pasada con este diario han solicitado preservar su anonimato al estimar que el círculo de empresas invitadas a presentar proyecto es reducido, y que, "en cualquier caso, no denunciamos una práctica delictiva, sino un comportamiento -apunta uno de estos independientes- poco o nada ético, más si cabe con temas de participación ciudadana".