Elías Taño: "Me encantaría que pintáramos todas las paredes de Fanzara de negro, el color de la censura"
Elías Taño: "Me encantaría que pintáramos todas las paredes de Fanzara de negro, el color de la censura"
VALÈNCIA. El MIAU, la iniciativa popular que ha puesto a Fanzara en el mapa del arte urbano, mueve ficha ante la falta de iniciativa del Ayuntamiento, que aunque hace meses mostró interés por llegar a un acuerdo, sigue sin retirar la ordenanza municipal que impide el normal funcionamiento del certamen. Desde la organización del MIAU se ha decidido dar un ultimátum y dejar clara su posición: si no se retira completamente la propuesta promovida a principios de año, el proyecto se abandonará.
Así lo ha explicado el propio MIAU al vecindario, en una reunión para informar de la parsimonia del consistorio. El pasado mes de junio, la organización pidió formalmente la completa retirada de dicha ordenanza para poder continuar con la iniciativa. El Ayuntamiento no reaccionó, y el certamen pidió el 15 de julio un informe a la secretaría del municipio sobre la misma ordenanza, ya cuestionada anteriormente tanto por el Síndic de Greuges como por el Consell Valencià de Cultura.
Por un lado, el Síndic puso en cuestión que dicha ordenanza se formalizara sin que hubiera una consulta previa a la ciudadanía, un requisito legal. Pero no solo eso: en su informe final, el ente relata como el Ayuntamiento ni siquiera ha contestado a su petición de información y que no ha facilitado en ningún momento su labor fiscalizadora, otro deber legal que habría incumplido con la excusa de la “falta de recursos humanos”. Por otro lado, el Consell Valencià de Cultura, en clave más política, se puso del lado de la organización, condenando la voluntad del Ayuntamiento de Fanzara de querer controlar los contenidos de los murales previamente, una práctica tildada como “censura”. La resolución contó con 13 votos a favor y tres abstenciones, las de los miembros designados por el Partido Popular.
Cuestionada la ordenanza legal, política y socialmente, el Ayuntamiento sigue sin animarse a retirarla; así que desde el MIAU han puesto una fecha límite para dar el siguiente paso, el 15 de septiembre. Si a esa fecha el consistorio ha retirado la ordenanza ni abordar un convenio de colaboración con el certamen artístico, dejará de celebrarse y la organización incluso amenaza con devolver las paredes de Fanzara a su estado original, pintando sobre los murales para borrarlos. Como si no hubieran existido durante una década. En caso de que el Ayuntamiento entrara en razón, a ojos del MIAU —según fuentes presentes en la reunión ciudadana—, están dispuestos a lo contrario: buena voluntad y encaminar el futuro convenio que encararía la vuelta de la iniciativa en 2025 con normalidad.
El festival, que lleva celebrándose desde el año 2014, ha tenido que dar parón este año debido a la famosa ordenanza promovida por el alcalde Marc Diago (PP), que permitía al Ayuntamiento revisar previamente el contenido de los bocetos de las obras que se fueran a pintar. En esta misma ordenanza se indicaba también que en las fachadas no podrían pintarse frases ni dibujos de carácter político o cualquier otra intervención que “pudiera herir la sensibilidad de las personas o de los distintos colectivos”.
En respuesta a esta ordenanza “censora” el coordinador del proyecto MIAU, Javier López, aclaraba el pasado mes de julio en Culturplaza que trabajar bajo esta ordenanza "que ellos mismos saben que es ilegal tanto en su tramitación como en su contenido" no les permitiría que “los artistas crearan de manera libre sus murales”, algo totalmente inadmisible para llevar a cabo el festival, según la organización.
Como propuesta, desde el MIAU sí estarían de acuerdo en que el convenio comprometiera al festival a que los murales velaran por el derecho al honor y no incluyeran ningún ataque personal.
Esta ordenanza -implementada en enero del 2024- surgía en respuesta a un mural pintado por Elías Taño en el que se incluía esta frase en un alegato por la memoria histórica: “La única patria digna de este país sigue en cunetas”, algo que desde el festival amparan entienden como un ejercicio de libertad de expresión del artista, y cuyo borrado supondría ir en contra de la filosofía del proyecto.
El mismo Elías Taño proponía en una entrevista con este diario: “Me encantaría pintar todos los muros de negro, que mis compañeros y la organización me apoyaran y los pintáramos juntos. Que todos vean el color de la censura, de las políticas que van en contra de la libre expresión”.
Tal y como señala López, para que el MIAU pudiera realizarse de cara en 2025, su demanda innegociable es que “los artistas puedan crear con libertad. El festival, en el que los artistas trabajan sin cobrar un caché, siempre ha funcionado como un proyecto social “de convivencia a través del arte”.
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