VALÈNCIA. Aunque con algo de retraso con respecto al calendario previsto, el Museu de Belles Arts de València abre de nuevo al público su primera planta, un espacio que ha permanecido cerrado durante meses mientras se efectuaban una serie de obras de adecuación del espacio y una revisión del discurso museístico que trae muchas novedades a la pinacoteca. Por lo pronto, serán hasta 75 las obras que se incorporarán al museo dirigido por José Ignacio Casar Pinazo, que presentó el resultado de la actuación ayer al secretario autonómico de Cultura, Albert Girona, y a la directora general de Cultura y Patrimonio, Carmen Amoraga. Estos cambios responden, tal y como anunciaron en septiembre de 2017, a una suerte de ‘ensayo’ del plan museológico en el que se está trabajando, un paso previo a la aceptación del documento por parte del Ministerio de Cultura.
“Nos interesa este paso intermedio”, explicaba Casar el pasado año, tras el anuncio del la remodelación de la primera planta del museo, con la que quieren acercarse a ese museo que desean ser, no solo de pintura sino haciendo un especial hincapié en las artes suntuarias a través de un renovado discurso que relaciona el barroco valenciano, nacional y europeo. De esta forma, tras realizar una necesarias obras de mantenimiento así como la renovación de las instalaciones de ventilación y la mejora de la iluminación, se ha reorganizado la distribución de las obras incluyendo piezas que hasta el momento no se habían visto en el museo. Tras la remodelación, la primera planta queda ordenada en los siguientes espacios: Arte español del siglo XVII, Arte italiano y flamenco del siglo XVII y Arte del siglo XVIII y Romanticismo.
"Hemos eliminado las salas monográficas de artistas imbricando su obra en la cronología de su tiempo, en una línea narrativa que apuesta por mostrar la complejidad y la variedad de los lenguajes que se producen en cada momento, usando para ello la gran riqueza y continuidad de las colecciones del Museo", ha explicado Casar Pinazo al respecto de una reformulación de las salas para las que se ha utilizado el criterio de “contextualización de los autores con el momento histórico”. En este sentido, el museo ha añadido esculturas, artes suntuarias y mobiliario, como San José y San Miguel, del escultor del siglo XVIII Ignacio Vergara, y cerámicas propias del romanticismo como mancerinas, pisapapeles y platos de vajilla con motivos chinescos, así como un tapiz de Albert Awertck, procedente de la donación Orts-Bosch.
Entre las nuevas obras que se exponen en la exposición permanente están los 32 cuadros de la Colección Delgado, incorporados al museo mediante comodato por cinco años. Entre ellas destacan Dama de perfil, de Diego de Velázquez; Magadalena penitente, Oración en el huerto y El Salvador, de Bartolomé Esteban Murillo, y San Pedro, de José de Ribera, entre otros. Hay que resaltar también Arnaldo y Armida, de Gaspar de Crayer, y Éxtasis de Santa Filomena, de Vicent López Portaña, incorporados mediante sendos comodatos con la Fundación Epiarte y una familia valenciana.
A la espera de la puesta en marcha definitiva del plan museológico, el Museu de Belles Arts está en un punto de inflexión que parece se alarga más de lo que querrían, una situación que no se les escapa a nadie. “A todo el mundo le encanta decir si es el segundo o el tercero de España, pero en cuanto a la dotación no está entre los cinco primeros. Hay que procurarle de los fondos y el personal necesario para estar a la altura de sus colecciones”, expresaba recientemente el valenciano Miguel Falomir, director del Museo del Prado, durante una entrevista con Cultur Plaza. “Uno de los grandes dramas del Museo del Prado es que durante mucho tiempo no estuvo a la altura de ellas y creo que, en estos momentos, es lo que le ocurre a Bellas Artes”, añadía el director, que demandaba para el museo valenciano una mayor financiación y autonomía.
El Museu de Belles Arts de València abre sus almacenes, con motivo de celebrar el Día Internacional de los Museos, y prepara un recorrido por los pasillos en los que se conservan verdaderos tesoros, donde se lleva a cabo la catalogación de obras y donde suceden demás labores de mantenimiento que permiten que el museo funcione
Tras inaugurarse en València, la exposición 'Prohibit fixar cartells. REA' pasa por el Museu de Belles Arts de Castelló con una nueva selección de carteles que pretende recordar cómo ha sido el diseño en la provincia durante las últimas décadas