VALÈNCIA (EP). El Museu de Belles Arts de València se adentra en "la perfección" y la "versatilidad" que el escultor valenciano José Capuz plasmó en sus trabajos durante su medio siglo de producción artística a través de una selección de cerca de 40 obras que se exhiben hasta el próximo 12 de septiembre y en las que se le reivindica como precursor de la renovación escultórica.
"Es escultura pura". Así, define a este artista valenciano la comisaria de la muestra, Helena de las Heras, en la presentación de la exposición 'José Capuz. Escultor del clasicismo moderno' junto al director del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana, José Luis Pérez Pont, y el director del Museu de Belles Arts de València, Pablo González Tornel. Al acto también han asistido miembros de la familia del artista, entre ellos sus nietas Ana y Glòria.
Al respecto, la comisaria ha explicado que la importancia de Capuz radica en que fue el precursor de la renovación de la escultura realista de su época en Valencia, y protagonista, junto al catalán José Clará y el palentino Victorio Macho, de la renovación escultórica en España.
La muestra reúne unas 40 esculturas, otras tantas fotografías y 16 dibujos que repasan las diversas técnicas y temáticas en la obra de Capuz quién trabajó en diferentes materiales como mármol o madera
donde practicó la talla directa, además de terracota, yeso o bronce estructuradas en orden cronológico en siete bloques temáticos.
Así, se inicia con su etapa de formación en València, Madrid y Roma, donde realizó sus primeros trabajos; su regreso a España donde destacan aquí los retratos de Joaquín Sorolla y su hija, Helena Sorolla, además se incluyen dos pinturas, dos retratos de José Capuz
uno realizado por su amigo Sorolla y otro del pintor José Nogué Massó.
Continúa la exposición con su etapa de exposiciones y asociaciones de artistas; el binomio escultura- arquitectura, Capuz participó junto a Adsuara en la fachada del Círculo de Bellas Artes de Madrid;
escultura monumental; escultura religiosa de la que se exhibe un grupo imaginario procedente de la Cofradía Marraja de Cartagena y finaliza la exposición con algunas piezas de libre creación de sus últimos años.
En ese sentido, ha destacado que la singularidad del artista radica en que es "muy heterogéneo, muy versátil" y desde sus primeras exposiciones de 1909 hasta que en 1956 cierra su estudio en Madrid "abarca todos los géneros con la misma capacidad técnica y su perfección como artista". "Su estilo básicamente es el de la síntesis formal y la valoración de masas y volúmenes y luego los planos facetados o planos muy simples. Es escultura pura", sintetiza.
De este modo, en su trayectoria puede encontrarse desde "torsos totalmente puristas; a maternidades, que es una preferencia en su producción escultórica, o la escultura decorativa porque está en la época de la integración de las artes".
Después de la Guerra Civil, Capuz "transfiere su afán renovador a la escultura religiosa, especialmente en la imaginería, que renueva no solo en formas y en contenido sino también en la expresión de los pasos creando una serie de nuevas imágenes para las procesiones".
Por ello, no es extraño que después de la guerra "siga siendo un escultor oficial en buena medida, pero es que era de los mejores escultores que había en el momento".
La comisaria justifica el silencio en el que cayó Capuz en el cambio de paradigma del arte a lo largo del siglo XX en el que la escultura figurativa quedó "relegada con el tiempo". De hecho, tanto el Museo de Bellas Artes como el Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias "González Martí' le dedicaron una sala hasta principios de los 90.
Por su parte, el director del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana, José Luis Pérez Pont, ha incidido en que la voluntad es trabajar junto a los Museos de Bellas Artes de València, Castelló y Alicante para recuperar "fragmentos de la historia del arte valenciano, de artistas que lo fueron todo en su momento pero que el paso del tiempo sepultó su recuerdo".
Por ello, ha rechazado invertir dinero público en grandes exposiciones de "renombre de las que hacen cola, sino en recuperar a grandes figuras olvidadas para incrementar el patrimonio de los valencianos". De hecho, para esta exposición se han restaurado el relieve de 'Diana cazadora', el busto del pintor Peppino Benlliure, y la maternidad en bronce.
Por su parte el director del Museu de Belles Arts de València ha destacado que "el público va a tener la oportunidad de visitar esta exposición ubicada junto a la Galería Mariano Benlliure lo que permitirá disfrutar de una experiencia dual de dos maneras de entender la escultura del siglo XX".
La exposición incluye obras de la colección del Museo de Bellas Artes, del Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias González Martí, el Instituto del Patrimonio Cultural de Espña, del Museo Sorolla y del Centro de Arte Reina Sofía, entre otras instituciones además de diferentes colecciones particulares.
El Belles Arts lleva obras de Ribera al Petit Palais de París mientras que la Fundación Per Amor a l'Ar afianza su relación con el Thyssen