El concejal de Cultura Festiva del Ayuntamiento de Valencia califica de "valiente" el compromiso de Joan Ribó de dimitir en caso de ser imputado por el viaje a Galicia
VALENCIA. Nueve meses después de convertirse en concejal de Cultura Festiva, Pere Fuset confiesa no haber tenido tiempo suficiente para abrir todos los cajones de su área y, si lo ha hecho, de momento sólo hace referencia a rumores y evidencias que no puede demostrar. Un "tufillo a mangarrufa" es lo que, según explica, encontró a su entrada al Ayuntamiento de Valencia, una 'conquista' que llegaba tras 24 años de gobierno del Partido Popular. Portavoz de Compromís, los primeros meses de trabajo se han basado en el diagnóstico de los problemas, aunque no por ello sin una larga lista de cambios, y en la adaptación a una estructura novedosa para la ciudad: el tripartito.
- Volvamos al punto de partida, ¿con qué se encontró en la concejalía de Cultura Festiva a su llegada al Ayuntamiento de Valencia?
- Con una máquina anticuada y compleja, con una manera desfasada de trabajar y una plantilla, en algunos casos, desmotivada. Un sota, caballo y rey que no permitía salirse del guión. También con mucho tufillo a mangarrufa aunque, a veces, por la necesidad imperiosa de sacar las cosas para mañana, no te da tiempo a sacar las cosas de los cajones. Este tufillo a mangarrufa está impregnado en las paredes de la concejalía, acompañado de mucha rumorología.
- Más allá de la rumorología, ¿qué hechos concretos ha detectado?
- No hago una acusación sin pruebas, por eso sólo puedo hablar de tufillo. Cuando pueda [acusar] de alguna otra cosa, que en algún otro momento podré, iré a los tribunales que es donde se debe hacer. Puedes tener evidencias de cosas que son imposibles de demostrar, en ese sentido sólo puedes procurar que no se vuelvan a producir. Mi prioridad debe ser trabajar de cara al futuro.
- En estos meses, ¿qué ha podido cambiar en el funcionamiento de la concejalía?
- Poco. Es un año de reconocimiento, de detectar los problemas y, a partir de ahí, plantear las soluciones. Es el año del diagnóstico. Lo que estoy viendo es que en cuestiones como contratación, este área tiene una complejidad especifica: el dateline. La fiesta no cambia de día. Vamos a trabajar por agrupar los contratos porque esta concejalía ha sido siempre el reino de los contratos menores. Creo que sería positivo para poder sacar mejores precios, aunque para llevarlo a cabo necesitamos más personal.
- Habla de agrupar contratos menores, una de las críticas del Partido Popular fue precisamente la concesión de los contratos de la fiesta de Nochevieja…
- Si había algo irregular lo que tenía que haber hecho el Partido Popular es aprovechar que estaba los juzgados declarando por su imputación en la Operación Taula para haber presentado una denuncia, que es lo que haré yo cuando vea algo irregular. Cuando entras aquí y eres nuevo te preocupas por cada paso que das. En este caso me pareció absurdo porque de los 29.000 euros que cuesta la fiesta estaban poniendo en duda un contrato que no llegaba a 3.000 euros y que, aunque no tenía porque ser fiscalizado, el Ayuntamiento de Valencia sí lo hizo. Se concedió a una empresa que ya había trabajado en actos con el Partido Popular. Efectivamente uno de sus socios había colaborado con Compromís, pero yo no voy a pedir que nadie lleve el carné en la boca para trabajar en este Ayuntamiento. No voy a permitir que el PP encienda la máquina del fango.
- La baremación de los contratos concecidos en Inndea o la denuncia del Partido Popular por el gasto del viaje a Galicia son algunas de las polémicas en las que se ha visto envuelto el tripartito, ¿cuál es su opinión al respecto?
- Las declaraciones de Joan Ribó me parecen muy valientes, demuestra mucha seguridad en si mismo. Si ese viaje se ha producido por relaciones institucionales entre diversos ayuntamientos que pueden compartir una complicidad en lo que se refiere a la manera de gestión no hay por qué ocultarlo. Si en algún momento la Justicia no lo entiende así, me parece lo más honesto que puede hacer un alcalde. Respecto a las otras polémicas, reconozco que la dinámica del trabajo no me ha permitido conocer a fondo las cuestiones.
- Es el año del diagnóstico, pero con buena parte del camino recorrido, ¿cuáles son los objetivos a corto plazo?
- Pondría como referente Navidad. Con menos presupuesto hicimos más cosas y las llevamos a más sitios. Conseguimos que la iluminación llegara a más barrios, que Expojove ganar en proyección y publico, que por primera vez la Nochevieja tuviera una celebración... Esa es la referencia de lo que queremos, optimizar el uso del dinero, sacar la mayor rentabilidad.
- Es uno de los concejales con más presencia mediática, en tanto que portavoz de Compromís, ¿se plantea ser candidato a la alcaldía?
- Cualquier respuesta en ese sentido, tras nueve meses como concejal, es un brindis al Sol. A Joan Ribó le queda cuerda para rato, espero y deseo que así sea. El primer examen me lo haré a mi mismo cuando pasen estos cuatro años. Nosotros tratamos de hacer la mejor gestión posible, ese es el objetivo de cada día, ¿qué me haría ilusión? Debe ser algo precioso, pero ahora lo que quiero es que las Fallas salgan bien.
- Nueve meses después, ¿cómo está funcionando la relación del tripartito en el día a día?
- Rita Barberá decidía hasta el color de las flores del puente. Esto refleja muy bien cual era la manera de trabajar. La sociedad ha dado una lección a la clase política, diciéndonos que prefiere asumir el riesgo de que pueda existir a veces conflicto pero que haya diálogo. Es más complejo pero he de decir que el día a día es mucho más fácil de lo que a priori se podía esperar. Los casos en los que ha podido transcender un motivo de fricción han sido anecdóticos y se han apagado rápido. Honestamente, tenía la sensación de que iba a ser más difícil de lo que está siendo.