Ya llegó. Ya no tienes que esconderte para ir cortando trocitos de turrón, comer polvorones o berrear villancicos, porque en tu casa habita el mismísimo Grinch. Las Navidades están a la vuelta de la esquina y le pese a quien le pese, este año prometen ser mucho mejores
Quedadas, ilusión, luces y muchas cosas que habíamos perdido. Y por supuesto, los dulces navideños. Que a nosotros nos gustaría comerlos todo el año y mira que muchos luchan por desestacionalizarlos... Polvorones, mazapanes, roscones de Reyes o panettone. Aquí somos de abrazar todo lo que se nos venga de por medio. Y por supuesto, los turrones. No hay Navidad sin turrón. Y los hay fantásticos. Nos chiflan los de Torrons Vicens, los de Rafa Gorrotxategui y hasta el Suchard. Sí, ¿qué pasa?
Pero al César, lo que es del César. No hay otro como el turrón de Jijona y Alicante. Su singularidad era tal, que ya en 1977 empezaron a gozar de la IGP (Indicación Geográfica Protegida), pero hacía ya cinco siglos que por estas tierras se elaboraba el turrón duro y blando, con lo mejor que brindaba la tierra: almendras de excelente calidad, miel y azúcar. Y como no podía ser de otra forma Jijona, se convirtió en un pueblo que vive por y para el turrón, en el que hay casi más obradores que bares.
Si hay una firma que ha traspasado fronteras y se cuela cada año en nuestras casas -incluso a través de la televisión- son los turrones de la familia Sirvent, aquella saga que comenzara Lorenzo Sirven Ibáñez, más conocidos como El Lobo y 1880. Casi 300 años de nada llevan elaborando este dulce imprescindible, porque su historia se empieza a escribir en 1725, cuando nace El Lobo. Una tradición que ha pasado de padres a hijos, que hoy está en manos de la undécima generación y tiene hasta un Museo del Turrón en Jijona.
¿El secreto de su éxito? Seguir la misma receta que desde el principio, mediante un proceso tradicional y artesano y elaborar sus turrones con materia prima de primera calidad, all natural, por lo que certifican que además, todo lo que llevan sus creaciones es sostenible y respetuoso con el medio ambiente. “Almendra y miel. Qué fácil parece y qué difícil es”, tal y como ellos mismos claman. Y lo suyo no tiene lugar a dudas, con productos fácilmente reconocibles como el turrón de Alicante, el de Jijona, de chocolate con almendras o de fruta, además de dos novedades para este año, los turrones 100% bio, elaborados con ingredientes ecológicos, que esconden en su interior un papel de semillas para plantar tu propio jardín.
Por su parte, 1880, nació en 1939 en manos de la misma familia, pero tomó el nombre del año en que se escribe aquella receta magistral de su turrón. Su despliegue es apabullante, con diferentes sabores (de yema con cereza, chocolate negro con almendra...) y otras especialidades como pan de Cádiz o mantecados, a las que se unen este año los sticks de turrón o una torta de turrón a la piedra, que se sigue elaborando en molinos de piedra. Recordarás su eslogan, ¿verdad? “El turrón más caro del mundo”. Este año además es de verdad, porque la firma ha inaugurado tienda nueva en Madrid en la que se venden tres pastillas de turrón dignas de coleccionista. De trufa blanca de Alba y pan de oro, otra del café más exclusivo del mundo, el Kopi Luwak de Indonesia y uno de azafrán de La Mancha. ¿El precio? 250 euros y solo por encargo.
No son los únicos con una tradición bien arraigada. En 1890 la familia Espí arrancaba su andadura con Turrones Espí, que comenzó tímidamente con un despacho de venta. Hoy es una de las tiendas gourmet más afianzadas de Alicante (https://turronesespi.com/tienda/). ¿Lo suyo? Turrón de autor de elaboración artesanal, que toman forma en sus afamadas pastillas de turrones clásicos Calidad Suprema, que también venden en formato mono dosis o en porciones cuadradas. Afianzados con lo que mejor saben hacer, apostaron por introducir otras variantes como los turrones sin azúcar, y ecológicos y otros sabores menos conocidos, como el turrón de nieve que se elabora con almendra sin tostar, mazapán, azúcar y unos sutiles toques de canela y limón.
Como ellos hay muchos más, como El Artesano que en 1969 fundaron las hermanas Filliol con el dinero que su padre había obtenido gracias a la carpintería. Más de 50 años después, siguen haciendo turrón de Alicante y Jijona a la manera antigua y además, organizan visitas a su obrador para conocer cómo se hacen estos productos totalmente artesanos.
El Abuelo, Antiu Xixona, Pablo Garrigós Ibáñez, Picó... y así hasta más de una treintena de empresas dedicadas íntegramente a endulzar nuestras mesas navideñas. Hasta los hosteleros velan porque se continúe con esta tradición cada año. De la calidad y de siempre escoger lo mejor para sus propios productos, sabe mucho Carlos Bosch. El empresario al frente del Grupo El Portal, hace ya tiempo que lanzó su línea de productos premium, donde no faltan conservas, aceites, jamón o etiquetas de vino, champagne y hasta un vermut de reciente incorporación.
¿Otros imprescindibles? Su colección de turrones de Alicante, concretamente elaborados en Jijona para Manero en Casa (https://www.gastroportalstore.com/) De yema, chocolate, a la piedra o los tradicionales de Alicante con almendras miel y azúcar y Jijona. ¿Lo mejor? Que te puedes hacer con una caja con todos y dos bolsas de peladillas. Imposible resistirse.