Donde la fotografía y la impresión reciben mimos. No suelen salir en las fotos, pero son los encargados de que las fotos salgan bien
Lugar: Estudio Paco Mora Dirección: C/Burriana 15-bajo izquierda Metros cuadrados: 140 Año de inauguración: se fundó en 2006 y esta dirección lleva desde 2009 Trabajadores: Cinco
VALÈNCIA. Las revistas y los libros (de fotografía, elemental) se apilan, los materiales se descomponen en texturas sobre las mesas, las arañas (de juguete, solo una imaginación) corretean. El Estudio Paco Mora es una de las grandes referencias en los servicios de impresión y la especialidad fotografía a lo largo de España. Pero qué hay dentro.
En la calle Burriana, que es como una saeta del callejero por la que el cuerpo anda en calma, junto a una frutería, la guarida donde el propio Mora y equipo digitalizan, editan, imprimen, montan, enmarcan… Tras algunas de las mejores exposiciones del país, están sus manos. Museos, salas, exposiciones. Unas manos tantas veces cubiertas por guantes blancos (qué delicia visual) acariciando negativos, poniendo tacto desde las yemas de las manos ante imágenes que parecen encerrar muchos mundos.
Como vigilantes de cada grano, de cada píxel, donde la imagen se descompone hasta el infinito, su entorno laboral es un gran laboratorio en el que oficina y espacios técnicos se funden en una misma área. O, incluso, en una misma mesa: “donde recibimos a los clientes, damos los cursos y alrededor de ella se desarrolla el 90% de nuestra actividad”. Es la mesa donde se plantean los trabajos y la mesa donde se entregan.
Todo esto era, también, arte. La ubicación de la antigua galería de arte MAV. Magatzems D’Art. Cuando llegaron, en 2009, provenientes de un pequeño piso de 40, buscaban un local diáfano, de planta baja, con espacio y que transmitiera espontaneidad. Ah, y un rincón para colocar su viejo Macintosh, incunable tecnológico.
Entre frames, trabajo en marcha y regusto a linotipia, han logrado conjuntar dos universos aparentemente opuestos por la brecha tecnológica. El mundo analógico y el mundo digital, por supuesto, se llevan bien y alcanzan la armonía. La artesanía más la tecnología, enuncian como síntesis.
Reciben a un grupo de estudiantes arremolinados alrededor de su eje central. Les descubren las claves de un trabajo emparentado con el arte que busca garantizar la calidad de la creación. Ese discurrir humano por el espacio abierto ensambla la idea de que todos puedan estar viendo qué se trae el estudio entre manos. Literalmente.
Al pasar junto a una frutería de la calle Burriana, ese bajo del que usted me habla esconde a toda una institución de la fotografía española. No suelen salir en la foto, pero son la garantía de que la foto salga como debe.
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