La compañía creativa que se dispone a lo largo de una extensa mesa de creación artesanal. La serie de espacios creativos se detiene en Grabador Esteve, número 16
Lugar: Trumbo Dirección: C/ Grabador Esteve 16 Metros cuadrados: 150 Año de inauguración: 2015 Trabajadores: 13
VALÈNCIA. Cuando llegamos a Trumbo, en la calle bien recta de Grabador Esteve, frente a una librería histórica que ya no es ni librería, un ventanal haciendo las veces de mirilla muestra, de un golpe de vista, casi todo Trumbo. El espacio de trabajo de la agencia creativa, donde el equipo se dispone en torno a una larguísima mesa, entablada como un suelo de madera, y que discurre atravesando cualquier barrera. Tuvieron en mente, antes que a aquí, irse a otro local en el que la mesa atravesaba todas las dependencias; finalmente se fueron a éste, pero conservaron la idea. El edificio, señorial como lo son los que vienen de otro siglo y se levantaron con ambición de trascender, muestra un emblema del paso de Javier Goerlich por la construcción. “Nos dedicamos a generar historias, a buscar el propósito de las marcas, queríamos que la nuestra propia tuviera una historia en torno a la ciudad”, introduce Xavi Sempere, uno de los dos socios de la compañía.
Juan Póveda, su otra mitad, anda enfrascado pelando unos pepinos. Cada mañana, a las once de la mañana, prepara sus licuados. El de hoy también contendrá melón, limón, plátano y un poco de jengibre. Vitamina frutal para el pensamiento creativo.
Venir a este espacio, en el que un primer zaguán bifurca las entradas entre izquierda y derecha, era para ellos y para su propio proyecto una suerte de declaración de intenciones: “Un espacio abierto y modular donde nuestro equipo pudiese comunicarse con fluidez y desarrollar proyectos inspiradores. Con cocina para cuidar nuestra salud y nuestra convivencia. En un lugar bien comunicado para que todos pudiésemos llegar con comodidad. ¡También nuestros clientes! El hecho de estar en el centro nos hace estar cerca de lo que pasa, y al ser una agencia de publicidad e innovación es muy interesante tener cerca los comercios de la ciudad para poder entender las tendencias de moda, de gran consumo, culturales y sociales”.
Un botijo, una histórica máquina de imprenta Minerva Boston (¡qué máquina!) y un sensor de escucha (que justo hoy no tiene el oído muy afinado) se desenvuelven entre las estancias reflejando involuntariamente el avance tecnológico.
Un equipo ejecutivo y uno creativo conviven en una mesa de más de 12 metros hecha a mano por artesanos locales. Recoge el testigo de la antigua tipología del negocio previo: tienda de muebles. “Siempre hemos estado cerca de esta industria. Desde que empezamos con 17 años estudiando diseño industrial nos ha acompañado…”.
El propósito de trabajar frente a un mismo elemento transversal, sin más divisiones, arrastra la intención de generar conexiones estrechas: “Al estar juntos, los procesos son cada vez más mixtos e híbridos y eso es justo lo que necesitan los proyectos para ser innovadores. Ese componente inesperado que es la consecuencia de muchas conversaciones y de una idea germinal que pocas veces recordamos de quién surgió”.
El elogio de la espontaneidad como palanca de creación. Ver a los dos socios, Poveda y Sempere, discurrir de aquí para allá genera el efecto de sentirles en el salón de su casa. “No nos gustan los espacios que no reflejan la personalidad de quien los habita”. Al fondo del fondo, la terraza, el patio interior, promete la primavera. Pero no es el día.
En torno a estas paredes, asociadas al rumor colectivo de que aquí se crió Rita Barberá, se han generado campañas para compañías como Tyris, Chozas Carrascal, Myrtus, Universidad Europea… Las paredes acristaladas sirven de muro en el que colgar los procesos creativos. Pareciera que se está gestando el contenido de una revista al borde de la publicación.
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