Entonces, ¿el diseñador puede o no ser artista?

VALÈNCIA. El debate en torno a si el diseño es o no arte no es nuevo. La relación entre estos vasos comunicantes, saber qué pesa más, cambia según el autor y el proyecto. Si esto pasa cuando se habla del diseño, la cosa se complica cuando sumamos otros ingredientes como la pintura, ilustración o arte urbano. Los supuestos límites entre estos ámbitos son el punto de partida de Another View, una exposición colectiva que reunirá en la galería Plastic Murs (C/Denia, 45) a cinco autores que nadan entre uno, dos o más de los ámbitos citados para, al final, resultar en una suma en la que importa más el qué que el cómo. Será Antonyo Marest, Díaz-Faes, Roberto Rodríguez, Rylsee y Tobias Kroeger quienes sumen fuerzas en una exposición que podrá verse a partir de este viernes 16 de junio y hasta el próximo 21 de julio. 

“Cabría preguntarse si la insistencia en delimitar la naturaleza de los trabajos tiene sentido en un momento en que muchos de los creadores transitan de una disciplina a otra, retornan y más tarde vuelven a abandonarla explorando nuevos retos, ya sea por motivación personal, profesional o una mezcla de ambas. No se trata de excursiones forzadas o irreflexivas, ni de cambios traumáticos derivados de modificaciones en la escena en la que estos creadores se insertan. Responden a la búsqueda de nuevas formas de expresión que dejan interesados por el camino y a cambio reclutan nuevos espectadores”, explica el periodista Paco Ballester al respecto de la exposición.

El artista urbano alicantino Antonyo Marest seguirá jugando con los colores más vibrantes aunque en este caso la estética remitirá a los años 80 y principios de los 90, sumando distintos patrones y formas geométricas que conviven en un mismo espacio. De la explosión de colores al rojinegro de Díaz-Faes con una selección de piezas en las que sus personajes ocupan todo el espacio dejando apenas aire en los bordes; mientras que el especialista en tipografía suizo Rylsee jugará con las letras ‘R’ y ‘S’ tensándolas por distintos extremos. Por su parte, el artista contemporáneo alemán Tobias Kroeger presentará su particular manera de realizar retratos enfrentando a la visión clásica la potencia de lo digital. 

El último de los cinco nombres que conforman la exposición colectiva es el del diseñador Roberto Rodríguez, que apuesta por la psicodelia en una selección que recuerda cromáticamente pero no formalmente a su anterior visita a la galería. Fue el pasado mes de octubre cuando el autor protagonizó su exposición individual Tiempo de caza, en la misma galería que pisará este viernes. En contraposición a las piezas que esta semana desvelará al público, hace unos meses mostraba su propio bestiario, una colección de tigres y leones con tintes asiáticos y colores flúor. 

"Es posible que necesitemos estas guías para saber en qué estantería encontrar rápidamente su trabajo en una sociedad marcada por la falta de tiempo para la reflexión, en la que se decide con inmediatez qué interesa y qué se descarta. La exposición crea una visión coral de la relación entre el diseño, el arte y disciplinas colindantes. Una opción detallada para entender mejor los mecanismos creativos comunes a las distintas expresiones artísticas. Este recorrido permite al visitante componer una panorámica del momento actual de creativos en constante cambio. Creadores cuyo trabajo, un crisol de referencias, se encuentra ubicado en un particular Caléxico".