Una apertura esperanzadora para estos días de incertidumbre: Basea (Joaquín Costa, 26) es un rayo de luz y desde ya un restaurante imprescindible
Fuimos sin más expectativas que pasar un rato feliz y exactamente eso es lo que obtuvimos, ¿verdad, Dani? Lo que no esperábamos, además, es una propuesta gastronómica de tantos quilates y con tanto amor sobre la mesa, qué bonito que te sorprendan cuando no lo esperas.
Hablamos un poquito de comida, pero básicamente de las cosas importantes: el amor por el barrio (que no se nos acaba), Bryan Ferry, nuestras prioridades y la vida que será —bebimos un Riesling cuyo nombre no recuerdo y tres platos que intuyo no olvidaremos: Brioche de papada ibérica, lenguado a la brasa con patatas panaderas y unos maravillosos espárragos blancos de La Catedral, la brasa tan sutil. Bienvenidos a València, chicos.
Tras Basea andan Jesús Gor y Borja Parellada, tenían previsto abrir justo antes de Fallas pero qué os voy a contar; su ideario es el que sigue: “me he pasado muchísimos años intentando aprender de los mejores en la alta cocina, y todos ellos llegan a la conclusión de que lo que queda es el productazo; sin ir más lejos una vez estando en Mugaritz preguntamos a Andoni dónde nos recomendaba ir a comer el día libre esperando que nos contestara Akelarre, Arzak, Zuberoa o uno del estilo, pero nos dijo que fuésemos a comernos un besugo a Katxiña en Orio”.
Aduriz no es tonto y yo os hubiese recomendando exactamente lo mismo, tetes; así que exactamente esos son los mimbres de Basea: anchoas de Rafa Lopez, pimientos de la Catedral, carne de Discarlux y el mimo de la brasa. Ojalá no pierdan nunca el rumbo del sentido común.