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se esperan más cambios

Fuset cambia de fichas en Junta Central Fallera para controlar la rebelión de presidentes 

El concejal de Cultura Festiva, Pere Fuset, prescinde del secretario general de JCF, José Martínez Tormo, seis meses después de la publicación de las polémicas normas falleras 

28/04/2017 - 

VALÈNCIA. Bulbasaur, Charmander o Squirtle. Apenas pasaban unos minutos desde que encajabas el cartucho en la Game Boy cuando ya era hora de elegir equipo. Con distintos perfiles, la decisión era crucial para iniciar la aventura en Pueblo Paleta. Sin embargo, pasados los niveles, cada vez se hacía más patente la necesidad de generar un equipo diverso y útil para hacerse con todos. Algo así le ha pasado al concejal de Cultura Festiva y presidente de Junta Central Fallera (JCF), Pere Fuset, que ha aprovechado el ecuador de la legislatura para ejecutar un cambio de fichas en su equipo que le permita ganar los próximos combates. Aunque se espera un goteo de cambios en las próximas semanas, la primera salida tiene nombre y apellidos: José Martínez Tormo, secretario general de JCF desde 2015 y 'número dos' del edil de Compromís hasta ahora. Gestor cultural y miembro de la Associació d'Estudis Fallers (ADEF), Tormo formó parte de la comisión encargada de defender ante la Unesco la candidatura de las Fallas como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Si bien, su nombre también ha estado vinculado a la polémica en torno a las normas de protocolo para falleras, que salieron a la luz el pasado mes de octubre seguidas por una lluvia de críticas al organismo. 

Seis meses después de la debacle por la normativa y pasadas las Fallas de 2017 llega el momento natural de renovación, cambios esperados por muchos que llegan con un objetivo: el de fortalecer el equipo de Fuset frente a una rebelión de presidentes que está alcanzando altas cotas de tensión. La temperatura sube y no parece que vaya a moderarse, pues el congreso fallero con el que la fiesta se podría independizar del poder político parece estar más cerca que lejos y el ambiente en las asambleas sigue crispado. Con tanto fuego encendido, el cambio de fichas buscaría colocar a alguien capaz de manejarse en una cocina donde todas las ollas han alcanzado el punto de ebullición. "Una fiesta como las Fallas no se puede hacer de espaldas a la Administración, pero tampoco se puede controlar. Lo que no pueden estar es politizadas: ni se puede tratar de ejercer un control político sobre ellas, ni se pueden utilizar para ejercer presión política a un Ayuntamiento, que una ideología que se pueda creer dominante las utilice para hacer oposición o tensionar al Gobierno Municipal", explicaba Fuset durante una entrevista concedida a Cultur Plaza el pasado mes.     

Cabe recordar que el pasado mes de noviembre la asamblea de presidentes aprobó una moción de reprobación a Fuset, por 134 votos a favor y 85 en contra, a los acuerdos adoptados “unilateralmente” por la directiva de JCF, un texto que demandaba "la inmediata invalidación de los documentos firmados por las candidatas a falleras mayores de Valencia siendo sustituidos por unas normas consensuadas y aprobadas por la Asamblea General de Presidentes de Falla". Con este contexto, la no renovación de Martínez Tormo apunta a la elección de un perfil con un mayor peso en el ámbito fallero y que allane el camino en un nuevo ejercicio que no parece vaya a ser más calmado que el anterior. No es una sorpresa el cambio de fichas en el equipo, una revolución en el seno de Junta Central Fallera de la que se viene hablando desde hace meses, especialmente desde que saltara la polémica de las normas falleras, tras la que muchos agentes demandaron salidas del organismo. 

Las normas falleras, el principio del fin

 Foto: KIKE TABERNER.

“No sé si alguien tiene que dimitir; no sé si sí o si no. Evidentemente yo he cedido las competencias a Pere Fuset y él tendrá que tomar una determinación”. Así respondía el 21 de noviembre de 2016 el alcalde de València, Joan Ribó, después de que se hiciera público el contenido de las normas que por primera vez Junta Central Fallera hizo firmar a la fallera mayor y su corte de honor, que incluían restricciones en su vestimenta de calle refiriéndose explícitamente al escote y longitud de sus faldas. Su publicación corrió como la pólvora y la demanda de responsabilidades pasó por la primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de Valencia y portavoz del grupo municipal socialista en el consistorio, Sandra Gómez, que demandó “algún gesto que reconozca” la “mala decisión”; y la propia vicepresidenta y portavoz del Consell, Mónica Oltra, quien indicó que las normas eran “incompatibles” con la ley. 

Mientras tanto, el concejal de Cultura Festiva y presidente de JCF, Pere Fuset, declaraba preguntado por su posible dimisión que “sería irresponsable abandonar el barco”; y el secretario general de JCF, José Martínez Tormo, también descartaba salidas e instaba a la “reflexión”. Tras días de dimes y diretes, finalmente la polémica rebajó su tono y las cabezas no rodaron. Hasta ahora. Si bien esta no ha sido la causante de la marcha de Martínez Tormo, el revuelo causado por esta cuestión -del que llegaron a hacerse eco medios de comunicación de alcance nacional- supuso el principio del fin. Por lo pronto dos dudas quedan en el aire: quiénes serán los siguientes en abandonar el equipo de Fuset en JCF y la identidad del nuevo secretario general, cargo que, por cierto, está dotado con una retribución anual bruta de 61.131,55 euros.


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