Valencia nunca ha sido mucho de barras, hasta ahora. Destinada a los bares de toda la vida o a solo unos pocos míticos templos del producto como Ricardo o Rausell, -¡y es que, qué templos!-, el valenciano de turno siempre ha disfrutado más de una silla y una mesa, que de un taburete y una larga barra. Alejándose de las tendencias de otras ciudades de España como Madrid, Sevilla o Bilbao que se rindieron ante ellas hace mucho, es ahora cuando este espacio cobra protagonismo más allá de los bares de siempre, para adentrarse en direcciones valencianas donde la buena gastronomía, la creatividad y la pasión por las cosas bien hechas, están a la orden del día.
En ellas es donde surge la magia, donde ves en tiempo real todo lo que acontece al momento, donde comienza la verdadera conversación gastronómica, donde descubres muchos de sus secretos o rutinas, y donde la informalidad se da la mano con la alta cocina.
A continuación, una selección de barras nacidas en los últimos años a las que seguirle la pista próximamente y sus propietarios, que no han dudado en confesarnos su devoción por ellas, su deseo de tener una en su restaurante y por qué ha llegado el momento de devolverlas al lugar que le corresponde dentro de la hostelería de nuestra ciudad.
Gastronomía de autor, la fusión entre Perú y Japón, tapas con un twist especial, cocinas que celebran el producto, la creatividad por bandera con maridaje de vinos naturales, un bistró con cocina contemporánea o la despensa mediterránea y las brasas en su máxima expresión. Las actuales barras tienen de todo y para todos.
¿Les damos por fin la oportunidad que se merecen? Después de probarlas, no volverás a reservar en mesa baja nunca más. ¡Palabra!
Manāw
Fue en junio de 2024 cuando Miguel Ángel Pisano y Mariana Mercuri decidieron dar un paso más en esta aventura llamada Manāw para trasladarse de ese primer local de 80m2 a uno mucho más amplio junto al Palacio del Marqués de Dos Aguas que hiciera justicia, -y acompañase-, a esa fantástica propuesta gastronómica que une Japón y Perú, bocado tras bocado.
En esta mudanza, apostaron por un cuidado trabajo de interiorismo a cargo del estudio NAYACH Diseño Interior, donde desde el escaparate hasta el último rincón del local han querido plasmar el viaje que une las dos gastronomías. En concreto, la zona de la barra que es lo primero con lo que nos encontramos está “inspirada en un barco, aquel que trajo a los inmigrantes de Japón a Perú. Es una zona más informal, ideal para encuentros reducidos donde puedes beber y tomar algún plato sin tener que pasar por el protocolo de sentarte en una mesa del restaurante. O incluso para aquellas personas que acuden en solitario y prefieren la compañía o charla con el barman, también tengan opción de ello”, señalan Miguel Ángel Pisano y Mariana Mercuri.
En especial, desde Manāw ofrecen servicio ininterrumpido, desde el mediodía a la noche tanto en cocina como en el bar por lo que, ¿por qué no un pisco sour acompañado de una deliciosa selección de nigiris a media tarde? ¡No seremos desde aquí quienes lo juzguemos!

La Oficina de Carito y Germán + Maipi
Despidiéndose de esa mesa única que tanto marcó los primeros años de Fierro, Carito Lourenço y Germán Carrizo son conscientes de la importancia de crear en todos sus proyectos, espacios que generen conversación, encuentro y vínculo humano.
En 2024 decidieron darle una nueva vida al icónico Maipi tras coger el relevo a Gabi Serrano y Pilar Costa, mientras que fue en la primavera de 2025 cuando dieron la bienvenida en la familia, a la única oficina a la que no nos importaría volver todos los días. Dos proyectos totalmente diferentes, pero con una barra y el Grupo Tándem Gastronómico en común.
En Maipi encontramos una barra de más de 40 años de historia viva con la que no han dudado en mantener su esencia: producto fresco, vitrina visible y cocina al momento. Tras ella, Agustina es la reina de la fiesta que no duda en recomendarnos lo mejor del día si la indecisión corre por nuestras venas.

- - Maipi
Si cambiamos a La Oficina de Carito y Germán, nos adentramos en un espacio mucho más cosmopolita donde llevan el sabor y las brasas por bandera. Todo ello maridado con una refrescante propuesta de coctelería cuya carta ha contado con el asesoramiento del preciado maestro coctelero Iván Talens. Y es que aquí, ¿quién dijo que una coliflor con chimichurri o un rodaballo fresco a la brasa no puede hacer match con un Bloody Sherry o un cóctel Paloma?
“Nuestra barra tiene una parte de misterio por las cortinas que recuerdan a esos clubs privados y bares de principios del siglo XX, o a los clubs femeninos, más raros y sobre todo destinados a élites ilustradas o feministas en ciudades como Londres, París o Nueva York. Eran lugares donde las mujeres podían fumar, beber o hablar de política sin ser juzgadas. Las cortinas se usaban para crear intimidad y separar ambientes”, cuentan Carito y Germán a Guía Hedonista.

- - La Oficina de Carito y Germán
Barbaric
Álex Sánchez y Julia Dewald han demostrado desde que levantaron la persiana de su restaurante en 2024 que una cocina de autor fuera del circuito habitual, es más que posible y somos muchos los que nos trasladamos, -día sí, día también-, hasta el barrio de Patraix para disfrutar de sus creaciones.
Entre toda esa ecuación, una gran barra es la protagonista de nuestras comidas y cenas, a las que se suman algunas mesas bajas y un pequeño reservado que se esconde tras un universo de botellas de vino, conservas o macerados.
Será en ella –a poder ser justo enfrente de la cocina abierta–, donde tendremos nuestro asiento predilecto. Justo donde ocurre la magia, Álex explicando y trabajando con cada ingrediente, con el resto del equipo siguiéndole al compás en cada servicio. Y por supuesto, con Julia recomendándote auténticas joyas líquidas con las que acompañar cada plato.
“La importancia de la barra depende de cada proyecto gastronómico, en nuestro caso juega una parte esencial en el concepto. Desde el principio queríamos conseguir que el cliente viviera de primera mano todo lo que sucede dentro de nuestra cocina. Buscábamos la relación directa con el mismo a través de un espacio compartido, no solo físicamente sino también dando pie al diálogo”, reconocen sus impulsores. Dicho y hecho. ¡Vaya si lo han conseguido!

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Piscolabis Barra
Ya desde el nombre estamos ante una declaración de intenciones en lo que se refiere al tipo de local que nos vamos a encontrar una vez pongamos un pie en Piscolabis Barra. En este chaflán que habita el número 23 de la Avenida de Reino de Valencia, el pasado se da cita con el presente en una búsqueda de recuperar lo de siempre, pero actualizado a las necesidades del hoy.
“Queríamos una barra donde se comiera bien, sin pretensiones, y donde cualquiera se sintiera parte del sitio desde el primer minuto. Lo especial de la nuestra es que no busca impresionar, busca gustar”, señala Bárbara García, una de las socias de Piscolabis Barra junto con Francisco Baena y Gonzalo Castela.
“Creo que todos coincidimos en que la barra es el corazón del local. No hay formalidades y, aunque muchos piensen lo contrario, hay más intimidad. Puedes mover el taburete, acercarte un poco más y hablar sin prisas. Las distancias se acortan y todo fluye con naturalidad. A veces es el lugar para una charla tranquila, y otras, ese punto donde alguien entra sin plan y acaba quedándose, conversando con el camarero como si se conocieran de toda la vida. La barra tiene algo que no se puede copiar: el ritmo. Es más viva, más espontánea”, añade.
Es justo en ella donde podrás saborear sus ya sellos de la casa, como el bikini de cecina con queso de tetilla o su montadito de tartar de gamba roja y mantequilla salada.
Casa Pescadores
Poca presentación necesita la que probablemente ha sido la gran apertura de este último trimestre de 2025 en el Cabanyal. Y es que el nuevo proyecto que nace gracias a la unión del Grupo Mercabanyal y Jugando con Fuego, es una oda al alma marinera que tanto caracteriza a uno de los barrios con más solera de la ciudad.
Distribuido en varios espacios con propuestas claramente diferenciadas es en la zona del bar de tapas y parrilla sobre la que pondremos toda nuestra atención. La primera parte de la misma funciona como una parada de mercado donde puedes comer mientras te cocinan el producto, para posteriormente dar paso a la barra de bar, de esas de toda la vida; mientras que si nos trasladamos al fondo del local nos da la bienvenida en la zona de parrilla una barra de madera que promete hacer las delicias de los más hedonistas. Esta, cariñosamente ha sido apodada como ‘La Jefa’ donde los vinos y el champán no paran de hacer acto de presencia.
“La barra lleva muchos años siendo maltratada y poco a poco ha sido la gran olvidada de la hostelería, por eso considero que es fundamental recuperarla y volver a poner en valor esas barras donde destaque el buen producto”, comenta José Miralles, uno de los socios fundadores de Casa Pescadores.

Mengem
Sin dejar de lado las calles del Cabanyal, en esta ocasión ponemos rumbo a Mengem, el proyecto con alma de bistró que Sandra Guglielmetti y Elias Kogler inauguraron con tanto cariño hace aproximadamente un año y que ya puede presumir de contar con una recomendación Michelin entre su palmarés. Una carta que habla de todo lo que ofrece Valencia, pero con una mirada personal y sostenible, repleta de técnica, sensibilidad y respeto por el origen.
“La barra representa el espíritu más abierto y cercano de Mengem. Queríamos que fuera un espacio que rompiera barreras, especialmente en un entorno gastronómico donde a veces todo puede parecer demasiado formal. Aquí nuestra clientela puede relajarse, conversar, mirar y participar un poco del ritmo del servicio. Es un lugar donde la experiencia se vuelve más humana, más directa y donde también podemos mostrar quiénes somos sin filtros. No buscamos lujo, sino verdad”, reconoce Sandra Guglielmetti.
“Es una suerte que València esté recuperando ese espíritu que mezcla lo cotidiano con lo gastronómico. La gente busca experiencias más naturales, más vivas, menos rígidas. Creo que después de unos años de restaurantes muy estructurados, volvemos a valorar lo espontáneo, lo de barrio, pero siempre con producto y criterio”, añade.

Barecito
Y qué sería un bar tradicional sin su barra. Una de las aperturas del Grupo Gastroadictos de este 2025 la encontramos en el corazón de la Plaza del Ayuntamiento, -y no decimos la última porque también les ha dado tiempo a abrir proyecto en el Roig Arena y en Misser Mascó con Adicto y Adicta-.
Pero volvamos a una de las callejuelas que dan paso a la plaza, concretamente en el número 4 de la calle Cotanda, Barecito es ese homenaje al bar de toda la vida. En palabras del propio Rafa Recuenco, cofundador del Grupo Gastroadictos, “el altar de un bar es la barra, el punto de partida, donde todo empieza. Ahí está el profesional que conoce a los clientes de siempre, el que reparte y pone ritmo. Barecito es un bar pequeño, y eso nos obligó a pensar una barra que lo hiciera todo: atender al cliente de paso, al que solo quiere una caña o al que viene a disfrutar de la comida y la charla en la mejor compañía. Por eso la barra ocupa casi todo el local. Queríamos que fuera una barra viva, que funcionara a todas horas y para todo el mundo”.

¿No has tenido suficiente y necesitas más? ¡Apunta!
En la de Bar X, Memoria Gustativa, Timoteo, Bar Badis o el recién reformado Q’Tomas, siempre encontramos la felicidad. Por no hablar de cualquier viaje a Japón sin salir de Valencia como en Hiro, Haku, Nozomi Sushi Bar, Kaido Sushi Bar o Momiji Atelier.
¡Larga vida a las barras!