Cuando ves su tamaño te preguntas, ¿esto flota? Y tanto que lo hace. Así es el ICON of the Seas, el nuevo barco de Royal Caribbean y el crucero más grande del mundo.
Cuando en tu bandeja de entrada llega la invitación a un viaje, siempre es emocionante. Más si es a Miami, de la que me declaro fan absoluta y mucho más si es para inaugurar un nuevo crucero. Llamadme friki, me encantan los cruceros. Siempre he pensado que no tienes porqué ser crucerista para que te gusten. Puedes disfrutar de un viaje al uso, pero también de la comodidad que supone tener un hotel que flota y que cada día te lleva a un destino.
Pero no nos desviemos del tema. La invitación en cuestión era para inaugurar un barco. Y eso siempre es una maravilla. Para más inri, era para conocer el que se ha posicionado como el nuevo crucero más grande del mundo, el Icon of the Seas, el nuevo emblema de Royal Caribbean. Así que en una coctelera metíamos Miami, nuevo barco y esta naviera, que es de mis favoritas... Había que aceptarlo sí o sí. ¿El resumen? Ha sido alucinante. De principio a fin. No quedaba más remedio que compartirlo con el mundo, para que todos conozcáis qué tiene este barco para ser un verdadero icono -el nombre le va que ni pintado- y por qué puede ser el perfecto aliado para tus próximas vacaciones.
Para empezar, las cifras son apabullantes. 365 metros de largo, eso es que si lo pusiéramos al lado de la torre Eiffel de pie, sería más alto. Un total de 20 cubiertas, 2805 cabinas capaces de albergar hasta 5610 personas, atendidas por la friolera de 2350 miembros de la tripulación... Y eso solo a rasgos generales, porque el momento en el que te topas con él, sabes que estás ante algo grande y no solamente en tamaño.
Y eso lo sientes al verlo y nada más traspasar la entrada, que se hace por The Pearl, una estructura que ocupa tres cubiertas, compuesta por 3600 baldosas cinéticas que se mueven y cambian de color según el momento del día. Una vez acomodados en nuestro camarote, en el puente 14 y con balcón al mar, llegó la hora de dar la bienvenida al barco.
La cosa se ponía emocionante por momentos. En la ceremonia de nombramiento no cabía un alfiler. Y eso es porque el padrino -así digamos- del barco, no era otro que un astro del fútbol, un icono para un icono, el inigualable Leo Messi. Y aunque no te guste el fútbol, sabes sí o sí quién es Messi, ese argentino que posiblemente sea el mejor jugador de nuestros tiempos. Ahora afincado en Miami y jugando en el equipo del mismísimo David Beckham, el Inter de Miami, se trajo a todo el equipo a la presentación vestidos de rosa de arriba a abajo, presentada por cierto por Mario Lopez, sí, el de Salvados por la Campana. Tras unas palabras de los CEOS de Royal Caribbean llegó el momento esperado, en el que en una ceremonia toda en inglés, Messi bautizó el barco en perfecto español. Hubo su momento de botella de champagne rompiéndose contra el casco y sus fuegos artificiales posteriores. La pólvora siempre hace sentir un poco más en casa aunque estés lejos...
A partir de aquí, el disfrute, con mayúsculas. Porque en este barco no te da tiempo a aburrirte ni un micro segundo. Lo primero es explorar sus vecindarios como ellos los llaman, que son ocho en total. Y el nombre es muy acertado, porque en cada uno de ellos no sabrás a veces si estás en un barco o en una ciudad, pero si miras bien atento, siempre verás el mar.
Para los amantes de la adrenalina está Thrill Island, que alberga toboganes, convirtiendo este en el parque acuático más grande del mundo en el mar, un simulador de surf, rocódromo para escalar y hasta la posibilidad de rodear la corona del logo de Royal Caribbean suspendido a 46 metros sobre el mar. Para las familias, Surf Side, un paraíso para los pequeños, con multitud de actividades y zonas adaptadas a ellos. Para los amantes del sol y el relax están Chill Island, con tumbonas y piscinas, entre ellas la Royal Bay pool, la piscina más cara del mundo en un barco y The Hideaway, esta zona solo para adultos con terrazas y una piscina infinity que flota sobre la cubierta 15.
Y parece que no te lo acabas, pero queda mucho más. El Royal Promenade, un pasillo que recorre el barco con tiendas, restaurantes y hasta un Starbucks a bordo, AquaDome con una cascada enorme y el Aqua Theater o mi favorito, Central Park. Ojo, porque es un parque en alta mar, con más de 30.000 plantas y árboles de verdad, bancos para descansar, cafés... Hasta se escucha el sonido de los pájaros. Este sí, de forma artificial.
Llegados a este punto puede incluso dar ansiedad saber todo lo que tiene y pensar que es muy posible, que no llegues a verlo todo a no ser que le dediques un tiempo a ubicarte y a descubrir, pero poniendo algo de empeño se consigue. Y por supuesto, lo que nos interesa a nosotros, hedonistas. El comer y el beber. Y eso en esta compañía se lo toman muy en serio, con una propuesta de más de 40 restaurantes, bares y lounges, ideadas para cada ocasión, momento del día y gusto personal. Vamos, que te vas a hartar a comer y beber si quieres.
Las opciones son casi infinitas. Cocina mexicana en el Loco Fresh, bowls asiáticos, pitas y mac and cheese en el AquaDome Market, sushi en Izumi in the Park, pescados y mariscos en Hooked Seafood, carne en Chops Grille, sándwiches en Park Café... Y por supuesto, cocina internacional en los restaurantes principales, hamburguesas y perritos en Surfside Eatery, pizzas en Sorrento's... Hay de todo y para todos. Algunos de ellos van incluidos en el precio del crucero, otros son sus restaurantes de especialidad, pero siempre vale la pena conocer alguno.
Los tragos están también muy a la altura. Cócteles preparados con alcohol de primeras marcas, creaciones especiales, cócteles sin alcohol, vinos y hasta un champagne bar, Bubbles, con un córner en Central Park. Todo ello lo puedes disfrutar mientras escuchas una actuación de piano, estas en un bar de jazz o te apuntas al karaoke.
El entretenimiento es de lo mejorcito que podrás ver en un barco. Alucinamos en mayúsculas con la representación del Mago de Oz, con orquesta en directo incluida, con su show acuático con robots, patinadores y verdaderos artistas de los saltos en altura o con un espectáculo de patinaje en Absolute Zero. Porque sí, queridos, este barco tiene hasta su propia pista de hielo.
Durante este año, el Icon of the Seas va a estar navegando entre Miami, su propia isla en las Bahamas 'Perfect day at CocoCay', Cozumel, Santo Tomás, St. Maarten e incluso San Juan de Puerto Rico, entre otros destinos. Y las fechas disponibles están volando, porque todos quieren conocer -y no me extraña- la nueva maravilla de los mares.