VALÈNCIA. Cualquiera que escuche el nombre ‘Habichuela’ en el sur sabe de lo que se está hablando: una de las dinastías flamencas más longevas que existen. De esta procede Habichuela el Viejo, Juan Habichuela y también Juan Habichuela Nieto, quien visita la Fundación Bancaja el próximo viernes 9 de febrero con un concierto único en el que repasa todo su legado musical familiar a través de la guitarra y el cante. Este concierto, tal y como lo define el propio cantante, es una oportunidad única para volver a “una tierra a la que quiere mucho” y para poder seguir cantando su legado.
“Toco una composición en la que hay un enorme respeto por mi familia y los que me preceden, para mi el corazón va en la guitarra”, añade quien con tan solo 15 años acompañara al gran Enrique Morente a Estados Unidos, en la que sería su primera gira siendo tan solo un adolescente: “Fue una experiencia maravillosa de aprendizaje, de Enrique aprendí todo lo que un joven puede conocer a nivel musical y a nivel humano, ese aprendizaje me hacer ser quien soy ahora mismo”, añade.
Cuando sube al escenario, acompañado de su amigo Manuel a la percusión, muestra un recital de ocho a nueve temas que tocan todos los distintos palos del flamenco, en los que trabaja desde el tango hasta el bolero pasando por la parte más latinoamericana de este cante: “Siento que el flamenco se está pudiendo descentralizar un poco de Andalucía, hace poco estuvimos en São Paulo y pudimos llevar a cabo una programación preciosa, que se recibe con mucho cariño desde el público”, añade.
Con su herencia musical y su trabajo propio pretende mostrar en València todo el aprendizaje que le ha dado su familia y el flamenco, también con su toque propio y único: “Siento que cada concierto es un aprendizaje nuevo, de alguna manera siento que toco música con el alma y que también me sirve para recordar a mi familia y celebrar a mi abuelo”, añade Habichuela Nieto, quien invita al museo a todos aquellos que quieran conocer su trabajo en Sentimientos de mi ser, 8 abrazos para Lorca, Mi alma a solas y algunas versiones de la música que siempre ha sonado en su casa, con el duende y la fuerza con la que tan solo la podría tocar un ‘Habichuela’.
El Año Sorolla clausura sus actividades en València con una gran exposición en Fundación Bancaja en la que la emoción une el trazo del pintor y el relato de Manuel Vicent