RESTORÁN DE LA SEMANA

La Negri

Una sorpresita en una esquinita de Benimaclet. Una barecito de cuatro mesitas —y terraza, terraza con estufas—. Una cocina, de reducidas dimensiones, con lo justo para que salgan platos mayúsculos dentro de la simplicidad por la que apuestan

14/01/2021 - 

Salí de La Negri con ganas de volver a entrar. No porque me quedase con hambre, sino porque no pedí todo lo que tenía que pedir. Es lo que tiene esta vida de turnos dobles, donde el desayuno del domingo se junta con la comida y la sobremesa ha sido sacrificada a un dios malvado.

La Negri es el proyecto encabezado por Luzvi, y Luzvi es una cocinera a la que acabo de decirle «buah, pareces muchísimo más joven». «Es por mis padres», me ha dicho. Su madre es filipina y su padre camerunés. Sus abuelos nacieron en China y en Japón y ella, en Madrid en los años ochenta. Y el mestizaje, si hay querencia por los fogones, se nota para bien.

Primero fueron las mesas repletas de yucas, plátanos macho y lumpias. Después, la juventud ayudando a su madre, también cocinera. De ahí, llegó València y una oportunidad de estudiar en el CdT bajo las enseñanzas de dos grandísimos, dulces —y cuando toca, duros—  profesores: Jose Luis Mascaraque y Raúl Barruguer. Años de ir de una cocina a otra, alguna equivocación —todas las tenemos—, cocinar para Angelina Jolie en un rodaje y por fin, un proyecto chiquitito en Benimaclet con voluntad de crecer y un equipo que le sigue el ritmo de sabores agitados y certeros.


«Abrimos en julio. Ha sido una apertura complicada, dura a veces. Pero gratificante, estamos muy contentos por la buena acogida. Esto es un sueño logrado, muy importante para mi crecimiento personal». Este sueño mestizo se refleja en una carta que arranca con las gyozas y costillas chinas, para que se note la sangre asiática. Las cocas —de verduras encurtidas con mostaza de naranja La Montaña Aliños y de anguila ahumada con base de tartar de tomate, mayokimchi y rúcula— se intercalan con el Hot pulled pork de ibérico desmigado, salsa ponzu casera, vegetales encurtidos y cebolla crujiente o los torreznos. Del mar solo hay pulpo.

La croqueta morellana de pollo en adobo merece un párrafo aparte. «Me encanta que el plato estrella sea una receta de mi madre que he adaptado. Es una receta filipina, típica, hecha con productos de aquí». Las croquetas, generosas e irregulares, son prácticamente líquidas sin caer en la bechamel fácil. Son un guiso envuelto en una ligera corteza de pan frita.

¿Qué pido? Croqueta morellana de pollo en adobo.

Precio: 20€