VALÈNCIA. Estudio Savage se viste de blanco para presentar la que supone su primera colección nupcial. Bajo el título, ‘La novia que quiere bailar’, el estudio capitaneado por Adrián Salvador y Lucas Zaragosí se pone manos a la obra con una propuesta bien distinta a los clásicos vestidos de novia. “Siguiendo nuestra filosofía de marca, está pensada para una mujer que se viste para si misma, muy funcional pero siempre con un punto de originalidad”, explican sus impulsores.
Un traje de chaqueta en crepe de seda, un vestido tobillero de gasa o una falda capa de mikado de seda combinado con un trench de organza... Volúmenes ligeros, formas románticas sintetizadas hasta la estructura, movimiento, luz y más movimiento. Mil y una combinaciones que tienen como eje común marcar la diferencia y el lema que rige toda creación de la marca valenciana: Global needs local, local means culture. “Los días especiales son para disfrutarlos. Y una boda es una celebración, es una fiesta”, reivindican, por lo que ‘La novia que quiere bailar’ no dejar de ser “una forma de expresar que el día de tu boda ir guapa es importante pero divertirte es imprescindible”.
Con sede en el número 19 de la calle Pintor Salvador Abril, Savage no es una nueva aventura para Adrián Salvador y Lucas Zaragosí sino la continuación de una con la que se pusieron en el mapa de la industria de la moda valenciana. Fue el pasado año cuando decidieron cambiar de marca y dejar atrás a esa Siemprevivas que tantas alegrías les había dado para asumir un proyecto de mayor envergadura que contempla otros sectores. Por lo pronto, el diseño lumínico de Savage –firmado por Ramón Arnau y Mariola Reyna- para Almerich les valió en 2017 un premio ORO de la Asociación de Diseñadores de la Comunitat Valenciana (ADCV).
Adrián Salvador y Lucas Zaragosí (Savage): "Para emprender hay que ser disruptivo"
