La cadena de hamburgueserías madrileña Goiko Grill abre su primer establecimiento fuera de la capital y escoge el centro de Valencia para iniciar su expansión por toda España
VALENCIA (EP/VP). La cadena de hamburgueserías gourmet Goiko Grill desembarca este miércoles en Valencia con un restaurante en la céntrica calle Martínez Cubells. Se trata de la primera expansión de la firma madrileña, que cuenta con diez establecimientos en la capital. La operación inmobiliaria del local, que dispone de 180 metros cuadrados, ha sido realizada por Grupo Alain Consultores Inmobiliarios.
La cadena busca hacer de la capital del Turia una "capital hamburguesera" en la línea con la filosofía que ha seguido en Madrid, donde pasó de "ser una pequeña hamburguesería a crecer orgánicamente" hasta 11 puntos de venta, "gracias a la reinversión del total del flujo de caja de un restaurante a otro", destacan desde la firma.
El fundador de Goiko Grill, Andoni Goicoechea, ha destacado la apuesta de la marca por un producto "excepcional, natural, fresco y sin conservantes", ya que las hamburguesas se hacen con carne de vaca española "muy roja, fresca y picada a diario por el carnicero", sazonadas y cocinadas al punto preferido por cada cliente.
La historia de la empresa surgió en plena crisis económica, cuando Goicoechea, venezolano de ascendencia vasca, llegó a Madrid para ejercer como Médico Interno Residente (MIR) de geriatría en el Hospital de La Paz, tras lo que decidió abrir una hamburguesería en el local donde "quedaba a tomar cervezas con un amigo" al salir del trabajo.
El fundador de la marca planteó Goiko Grill como una hamburguesería gourmet "con la máxima calidad" y abrió el primer restaurante con la ayuda de su padre y hermana. "Al principio no entraba ni dios", ha reconocido, con meses "muy duros" y "mucho ensayo y error", porque compatibilizaba las guardias del hospital con el nacimiento del primer establecimiento en Madrid.
De hecho, ha asegurado que llegaba a dormir en el aparcamiento junto al restaurante y que se acercaba con la moto en los descansos del hospital para comprobar que todo estaba en orden. "Era un ritmo demencial", ha confesado Andoni Goicoechea.