VALÈNCIA. Cuando las aves están migrando necesitan detenerse en algún punto para ganar fuerzas. Una pequeña parada técnica para descansar antes de seguir con su camino, un momento en el que conectar con sus acompañantes de viaje y recargar las “pilas”. Los próximos días 18, 19 y 20 de diciembre estas aves migratorias sobrevuelan Benimaclet transformadas en cuatro intérpretes de danza contemporánea que se dejan acompañar por las leves notas de piano de Vanesa Santanach en Aves de paso.
Un espectáculo único que reflexiona sobre la complejidad de las relaciones humanas de la mano de Arantxa Lecumberri, que se estrena en València -y en el marco de la segunda edición de Círculo en moviment- y se apoya en el teatro y la danza para contar la historia de las relaciones personales y de “los lazos que necesitamos crear” ya sea de pareja, amistad, familiares…
Con esto Lecumberri busca plasmar a través del movimiento y la música el arte de los pájaros y su movimiento. Compartiendo título con la canción de Sabina en la que las aves de paso se personifican en esas personas que “como pañuelos, curan fracasos” con leves notas de amor, Lecumberri encuentra la manera de abordar este vuelo sobre las relaciones que se construyen: “Las aves de paso siempre se detienen para recuperarse y luego seguir su vuelo migratorio. Veo ahí como cada uno de nosotros vamos siempre con nuestra mochila y nuestro camino y necesitamos parar entre nosotros para recuperarnos”, destaca la creadora.
Con una pieza que se inspira, en parte, en la pieza Smoke del coreógrafo sueco Mats Ek encuentra una manera de hablar de las relaciones a través de “la complicidad del gesto y del movimiento”, en algo que ella misma define como una expresión de las emociones a través de la danza, con una pieza que nace del análisis de Smoke y su significado: “La temática, el intimismo y el nivel musical y gestual del coreógrafo nos inspira, pero nos centramos también en las relaciones, su carga de complicidad y de romanticismo. A través de la danza y la plasticidad del movimiento se transmite la frustración, el enfado y el bloqueo de las relaciones, esa incapacidad de comunicarse. Se transmite también la risa, la diversión y esa parte de complicidad que nos sostiene”.
Los abrazos se transforman en movimientos y las caídas se vuelven un paso más en la coreografía. El cuerpo, el amor y el movimiento se convierte en un lenguaje propio en el que contar la historia. Además de todo esto, Lecumberri considera que la música en directo se convierte en sí misma en un protagonista que acompaña a todo lo que sucede en escena, con pasajes escritos y otros que se prestan a la improvisación, al igual que sucede con el resto de intérpretes: “Hay una escucha muy grande entre los dos lenguajes, lo que buscamos es que se comuniquen. Construimos una coreografía con base en ese diálogo que hay entre ambos y a la escucha que hay entre esos lenguajes”.
Finalmente, las aves de paso aprenden a “quedarse” para comprender el gesto de una manera más poética, comunicativa y única. Un gesto que para Lecumberri se transforma en una materia de estudio muy compleja y que se va descubriendo conforme avanza la producción: “El gesto en danza es una parte crucial de la comunicación. El cuerpo habla solo, al igual que lo hace la cara y sus expresiones. Las miradas, la expresividad que está en los ojos, en la sonrisa…” un movimiento que empieza por las extremidades, y que para Lecumberri se mueve con el corazón y con unos brazos que, en esta pieza, se convierten en alas.
La obra Encuentros Paralelos pisa el escenario de la Sala Teatro Círculo de Benimaclet este 15 y 16 de octubre a las 20h
Arrancará con la actuación del narrador oral Susu Benítez que presentará sus 'Historias lejanas para oídos cercanos'