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exposición en el colegio mayor rector pesset

Las memorias del Doctor Uriel en los nuevos tiempos del guerracivilismo

Una muestra reúne la memoria de Pablo Uriel a través del cómic de Sento Llobell y los objetos que relatan su agónica vida durante los tres años de conflicto bélico

29/05/2019 - 

VALÈNCIA. Es habitual escuchar, en las protestas antifascistas, el grito de "¡No pasarán!". Fue el grito de los republicanos en el asedio de Madrid durante la Guerra Civil, que se ha acabado convirtiendo en un lema de la lucha contra el fascismo en todo el mundo (aunque el origen de la expresión viene de la Primera Guerra Mundial). Con la entrada en el mundo mediático de Vox, la cultura del guerracivilismo se ha despertado en una España que sigue sin saber cómo cerrar heridas a pesar de que siguen pasando los años y las generaciones. El domingo, el partido de ultraderecha tuiteaba, tras conocerse el resultado de las elecciones municipales una imagen del Ayuntamiento de Madrid bajo el texto "Ya hemos pasao'", que hace referencia a al chotis franquista de Celia Gámez (Que también dice: "Este Madrid es hoy brazos en alto,/y signos de facheza, cual nuevo abril./Este Madrid es hoy de la Falange,/siempre garboso y lleno de cuplés"). 

En este contexto sociopolítico, y pocos días después de la entrada de Vox en prácticamente todos los organismos del país, resulta casualmente apropiada la exposición que se inaugura este miércoles en el Colegio Mayor Rector Peset Dr. Uriel, mil dies de guerra, basado en el cómic de Sento Llobell. Una historia de no ficción basada en las memorias de Pablo Uriel, suegro del dibujante, y editadas en tres novelas gráficas, muy bien acogidas por crítica y público.

Ilustración: SENTO LLOBELL

La historia de Dr. Uriel es un fascinante testimonio sobre los horrores de la guerra, las contradicciones y la equidistancia en la que sitúa al ser humano la deshumanización del otro. El relato que construye Sento Llobell, con la ayuda de su mujer Elena Uriel, cuenta la Guerra Civil como pocas veces se ha hecho: sin maniqueísmos, ni hablar de ganadores ni de perdedores, sino retratando los horrores que los civiles tuvieron que sufrir durante los tres años de conflicto. "Pablo logró, no se cómo, hacer unos escritos en los que no se dedica a arreglar cuentas con nadie. Yo he leído muchos libros sobre la Guerra Civil y en un 80% es gente contando lo malos que eran los enemigos. Pablo se fija en la parte más humana: ve que en el ejército franquista hay buenas personas y en el anarquismo también mala gente", explicaba Llobell en una reciente entrevista a la revista Plaza

Lejos de blanquear el horror del fascismo en España, la historia de Pablo Uriel empieza cuando, recién graduado en Medicina, el levantamiento militar le hace encontrarse con fusilamientos indiscriminados (incluido el de su hermano), represión ideológica y, finalmente, su encarcelamiento. Luego encadenará eso con su participación en el frente bajo el mando franquista y su posterior captura y encarcelamiento durante más de un año en una cárcel republicana. Uriel sufrió el ensañamiento de los dos bandos, y sin embargo consiguió sobrevivir a todo. Así lo relata en una carta que le escribió a su hija Elena en los 70: "Tengo la impresión de que me fue concedida, de modo bastante extraño, una propina de cuarenta años de vida. Prisión militar: supervivientes aproximadamente el 20%, entre ellos tu padre. Mi batallón en la batalla de Belchite: supervivientes el 15%, entre ellos tu padre. Prisioneros de los republicanos: de veinte a veintiún prisioneros seleccionados por ser oficiales, un solo superviviente: tu padre. La verdad es que tú has nacido de milagro".

Ilustración: SENTO LLOBELL

La muestra, que se inaugura en el Colegio Mayor Rector Peset, recoge dos historias paralelas. Por una parte, la misma narración del cómic a través de sus originales, el relato dibujado. Por otra, decenas de objetos reales del personaje que Elena Uriel y Sento Llobell han sabido conservar a lo largo de estos años y que sirven para darle ese contexto documental a aquello que se narra en las novelas gráficas, el relato demostrado. "Para quien haya leído las novelas, será una inmersión mucho más profunda en la historia de Pablo Uriel; para quién no lo haya hecho, la muestra le hará correr a leerlas", explica Álvaro Pons, responsable de la Cátedra de Estudios de Cómic de la UV que apoya la exposición, visitable hasta el 7 de julio.

La sensibilidad y la lucidez con la que Pablo Uriel relató su increíble historia surgió con el agitación político del conflicto: "La primera vez que escribió sus memorias, Pablo cuenta en el prólogo que, cuando Franco celebró los 25 años de paz, él siente la necesidad de decirle a sus hijas cómo se ha logrado esa paz. Presenta el proyecto a varias editoriales, pero con el dictador vivo, nadie se atreve a publicarlo. Era una sociedad que estaba enmudecida por el pánico", explicó en dicha entrevista Llobell.

Ahora, cuando la Transición se ha acabado pero ni las generaciones más jóvenes logran reconciliarse, estas memorias pueden servir para recordar, a unos y a otros, el terror que provoca la pérdida de la empatía, y que la sangre derramada entonces pertenecía a personas. Algunas de ellas aún en fosas comunes sin identificar, por cierto.

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