Las polémicas que sepultó la Dana en València

VALÈNCIA. "La verdad es que teníamos una hoja de ruta hasta el día 29 y del 29 hasta ahora tenemos otra". Estas palabras, pronunciadas a finales de noviembre por la alcaldesa de València, María José Catalá, son buena muestra del cambio de prioridades en la gestión de las administraciones tras la Dana que asoló decenas de municipios de la provincia de Valencia.

Desde entonces, el debate público ha sido acaparado por la emergencia y la restauración de la normalidad, que relevaron de inmediato los temas protagonistas del momento. Así pues, ante la catástrofe, en València ciudad se ha dejado de hablar de proyectos como el de Pérez Galdós o el Corredor Verde, la todavía pendiente reforma definitiva de la Plaza del Ayuntamiento, la recuperación de la Copa América o la última reforma fiscal en València ciudad.

Pérez Galdós

Sin ir más lejos, apenas un mes antes de la dana, el gobierno municipal dio luz verde al proyecto de reforma de Pérez Galdós, por valor de casi 33 millones de euros. La iniciativa había sido controvertida porque, para evitar incumplir los plazos que marca la Unión Europea, las concejalías de Urbanismo y Movilidad, dirigidas por los ediles Juan Giner y Jesús Carbonell, decidieron llevar a cabo la renaturalización de la gran vía pero manteniendo el túnel pese a las reclamaciones vecinales.

La decisión se sostenía en un informe que cifraba la supresión del viaducto en un sobrecoste de 19 millones o un retraso de tres años por nuevos estudios y la elaboración de un nuevo proyecto, ambos aspectos no contemplados en un principio y que, según el gobierno local, harían inviable llegar a tiempo con Europa. De hecho, el Ayuntamiento ya ha solicitado una prórroga de la fecha límite, que estaba fijada para junio de 2025.

Corredor verde

La otra gran controversia vigente en materia de movilidad cuando llegó la dana venía a cuenta del nonato bulevar García Lorca, que sustituirá la playa de vías ferroviarias. Allí, Urbanismo y Movilidad han desechado la propuesta surgida del concurso de ideas del anterior gobierno para el corredor verde sur, por lo que volverá al proyecto de urbanización aprobado en 2014, con dos carriles de transporte rodado por sentido y las conexiones horizontales que cortaría el discurrir del "eje verde".

Para justificar el cambio, el ejecutivo local expone el acta del jurado que eligió el proyecto ganador del corredor verde según la cual la propuesta era "arriesgada" por eliminar "gran parte de las infraestructuras de comunicación existentes". Una campaña con más de 40.000 firmas ha pedido la recuperación del corredor. Por su parte, la portavoz de Compromís, Papi Robles, planteó que "si ahora no pasan coches por García Lorca, ¿por qué deberían ser necesarios en el futuro?", mientras que su homólogo socialista, Borja Sanjuán, defendió que "no hay ningún informe que diga que es inviable técnicamente" el corredor.

Copa América

Con todo, el debate quizá más sonoro que venía produciéndose en las últimas semanas era el de la posible vuelta de la Copa América a la Marina de València. Especialmente después de que el equipo ganador de la última edición de Barcelona, el Team New Zealand, hiciera público, apenas siete días antes de la dana, que no repetiría la competición en la Ciudad Condal, lo cual abría la puerta a un probable retorno a aguas valencianas.

Antes de la dana, la ciudad estaba a la espera de que se abriera el período para presentarse candidata, que debería presentarla la Generalitat en colaboración con el Ayuntamiento.  El CEO del NZ, Grant Dalton, se había dado hasta enero para pasar el examen a las propuestas y cabe recordar que el president de la Generalitat, Carlos Mazón, contrató a un consultor experto para llevar a buen puerto las negociaciones.

Así pues, si cuando llegó la dana la pregunta era "quién pagaría la Copa América" -se ha convertido en uno de los principales argumentos de Compromís y PSPV para rechazar el gran evento náutico-, tras la catástrofe las administraciones han contenido, al menos en público, las ansias manifestadas durante la campaña electoral. De hecho, Catalá sostuvo que las prioridades ahora son otras y que la "hoja de ruta" había cambiado, si bien esto no supone un adiós contundente.

Reforma fiscal

Al llegar la dana, el debate municipal también giraba en torno al ámbito fiscal, con la aprobación de la nueva tasa de basuras obligatoria por una ley estatal y una directiva europea. El nuevo gravamen, que se pondrá en marcha el año que viene, se calculará por tramos en función del consumo del agua y supondrá una recaudación de 47,6 millones de euros para las arcas municipales. Y su implementación ha sido objeto de controversia.

En ese sentido, la edil de Hacienda, María José Ferrer San Segundo criticó la "rigidez" con la que la ley estatal traspuso la normativa europea: "No es verdad que no se podía hacer de otro modo", dijo señalando al Gobierno de España para recordar que los populares pidieron hasta 5 años de plazo para aplicarla, y eliminar la obligatoriedad de que la tasa fuera "no deficitaria", lo cual dificultaba aplicar algunas bonificaciones. Tras la dana, se ha iniciado el proceso para eximirla en las tres pedanías afectadas.

Por su parte, Compromís y PSPV aseguraron que el pago de esa tasa contó con el apoyo del PP europeo y exigieron que esta sea "progresiva" para "ayudar a las familias valencianas que hacen correctamente las cosas". "Apoyaron la directiva europea de la que emana esta norma y además sube la tasa de manera lineal a todo el mundo, al pobre y al rico", señaló Compromís. Mientras que los socialistas han planteado bajarla el 30% a los hogares e incrementarla a los locales de hostelería y turismo.

Asimismo, en la reforma fiscal aprobada por el ejecutivo local, como adelantó Valencia Plaza, se incluye la subida del 3% al 4% del Impuesto sobre construcciones, instalaciones y obras (ICIO). Una "armonización con los de la mayor parte de las grandes ciudades", según vendió el gobierno local, que supondrá un aumento de la recaudación del 33% para las arcas municipales y que se hace, dijo el Ayuntamiento, "ante la reactivación del mercado inmobiliario".

Plaza del Ayuntamiento

Este otoño también ha sido momento para recuperar uno de los grandes temas de la ciudad: la esperada reforma de la plaza del Ayuntamiento. Tras acceder al ejecutivo local, el PP que dirige Catalá decidió  suspender el anteproyecto salido del concurso de ideas organizado por el ejecutivo anterior porque generaba muchas "dudas" y querían mejorarlo con "cambios" para buscar "otro modelo" de plaza.

A día de hoy, el ejecutivo municipal sigue sin hacer pública cuál es la intención para el nuevo proyecto. La alcaldesa creó un 'consejo de sabios' con arquitectos de reconocido prestigio para evaluar grandes proyectos como este y, tras una tercera reunión, celebrada este septiembre, Urbanismo trasladó que el coste de las obras del proyecto ganador se encarecerían considerablemente: de los 8,6 millones de euros que planteaba el proyecto del arquitecto Miguel del Rey, la actuación costaría el doble o incluso el triple. Algo de lo que ya advirtió el mismo equipo redactor.

Pronto salieron a criticar el anuncio los dos portavoces de la oposición. El socialista Sanjuán aseguró que el gobierno municipal estaba poniendo "nuevas trabas" a la peatonalización de la plaza y creando pruebas "para poder justificar posteriormente que el Ayuntamiento pague unos sobrecostes del doble y el triple del valor inicial". Por su parte, la portavoz de Compromís exigió los informes técnicos en los que se basa para "echar por tierra" el resultado del concurso que dejó terminado el gobierno anterior para la reforma de la Plaza.