VALÈNCIA. Una semana después de que las cristaleras de la cafetería de Las Naves aparecieran cubiertas por denuncias de la empresa adjudicataria a la dirección del centro, los responsables del mismo se reunieron con ésta. Así se lo habían anunciado antes de la acción pública, concretamente el 4 de mayo y, una vez tuvieron los informes definitivos sobre la legalidad de rescindir el contrato unilateralmente, cumplieron con la cita. Unos informes de la Secretaría del Ayuntamiento de València que dan validez a una acción que las empresarias señalan por "antiética" e impropia del "talante" y color del Gobierno local.
En esa reunión del pasado lunes 5 de junio, la decisión solo fue refrendada. Más allá de las acusaciones de "moobing y extorsión" que las empresarias han hecho al director del espacio, Rafael Monterde, la reunión en sí sirvió para ensuciar todavía más una relación que ya es de salida. La empresa mostró a través de otro comunicado su "asombro ante las afirmaciones de quien es concejal, entre otras materias, de Derechos y Participación Ciudadana", ya que Peris, siempre según Bluebell Coffee, adujo que el hecho de que hubieran hecho pública su situación y acudido a los medios "ha conducido a la resolución final de no renovación".
La empresa apunta a que al concejal y tercer vicealcalde de la ciudad de València "no le ha gustado que la ciudadanía conozca la vulneración de derechos que está sufriendo Bluebell y su falta de reacción al respecto, sino que funda en ello su decisión última de no renovar". Las empresarias recuerdan al concejal a través de este último comunicado su derecho de denuncia pública acerca de las irregularidades gubernamentales: "es un derecho fundamental de todo ciudadano, y el señor Peris es 'representante de los derechos de la ciudadanía'”. Además, justifican que la comunicación de su situación -que inducirá a tres despidos y a pérdidas de 50.000 euros, según la empresa- al darse cuenta de que "todos los intentos de obtener una respuesta acerca del por qué se ha decidido la no renovación del contrato de explotación de la cafetería de Las Naves eran infructuosos".
En el comunicado, la empresa aprovecha para fijar los dos motivos por los cuales los representantes del Ayuntamiento de València toman la decisión de acabar con el contrato.
-El contrato de explotación, en su redacción, se ajusta a la legalidad y la no renovación del mismo a la empresa también es legal.
-El revuelo mediático ocasionado por el Comunicado que Bluebell envió a prensa el pasado 1 de junio imposibilita la renovación del mismo.
En relación al primer punto, las empresarias muestran de nuevo su escepticismo ante la legalidad refrendada por la Secretaría del Ayuntamiento: "es más que discutible la legalidad de un contrato que otorga una facultad absoluta y discrecional a la Administración de no renovar un contrato de explotación hostelera de estas características sin aducir incumplimiento alguno que lo justifique". Para la empresa, "cuando menos, es abusivo".
Además, a su juicio, "la no renovación es arbitraria y éticamente reprobable". También porque, como resumen, "una decisión de estas características no casa bien con el programa con el que concurrieron a las elecciones quienes hoy integran una Administración municipal que debiera velar por los intereses de las pequeñas, emprendedoras e innovadoras empresas valencianas. Bluebell Coffee, con sus 3 años de andadura en el mercado, está sufriendo, por haber confiado en la buena fe de esta Administración, un enorme perjuicio económico".
