La pasarela propone...
Durante las semanas de la moda en las que se presentaron las tendencias para la próxima primavera-verano hubo momentos de gran belleza, destellos de inspiración sobre la propia pasarela y también entre bastidores y, sin embargo, también situaciones que es mejor olvidar, inusuales y sorprendentes en su sentido más negativo.
Temporada tras temporada, los diseñadores nos deleitan con el resultado de una imaginación desbordante en la que se mezclan prendas imposibles de llevar en la vida real, otras que parecen sacadas de una película de ciencia ficción y algunas completamente extravagantes. Esos elementos perturbadores son clave y actúan como un referente, bien para que el público entienda mejor la inspiración de la colección o, en la mayoría de los casos, para llamar la atención de los medios de comunicación y convertirse en la fotografía del día que abra las crónicas de moda -“que hablen aunque sea mal”, decía Wilde-. Son esas propuestas imposibles las que acompañarán los escasos minutos -¿segundos?- que los telediarios dedican a la moda ya sea a nivel nacional o internacional. Imágenes que se convierten en la excusa perfecta para mofarse de la moda y corroborar lo superflua y absurda que para muchos puede resultar.
...y la calle dispone
Las propuestas que vemos sobre la pasarela, incluso las menos arriesgadas, pasan luego por el tamiz de la realidad antes de comercializarlas. El show está muy bien pero no hay que olvidar que la moda es un negocio que mueve millones de euros y, para que esto ocurra, las colecciones se tienen que poder vender. Para ello, las proporciones más exageradas se suavizan, se añaden forros a vestidos que en el desfile dejan ver el cuerpo desnudo de las modelos sin tapujos, se modifican tejidos y colores e, incluso, algunas piezas, sobre todo en el caso de los complementos, nunca llegarán a producirse ya que son diseños exclusivos para el desfile.
Lo que vemos sobre las pasarelas se versiona y ajusta en lo posible para que sea más comercial. Después, una vez que las prendas están en las tiendas, será la calle la que decidirá cuales serán los hits de la temporada, éxitos de ventas copiados hasta la saciedad por las cadenas de moda low cost y adaptados al día a día lejos de las pasarelas. Las celebridades, las blogueras de moda y demás it-girls del mundo que luzcan determinada tendencia serán determinantes para mover a la masa a las grandes cadenas de moda o a las firmas de mayor nivel para conseguir esa pieza clave de la temporada. Luego también hay misterios como la famosa cazadora amarilla de Zara, que nadie sabe cómo ni porqué pero se hizo terriblemente viral hace unos meses.
Las tendencias que con suerte no veremos
Repasando los desfiles de las últimas semanas de la moda es imposible borrar el recuerdo de las botas dobles camperas (en la imagen lateral superior) o el look completo de boxeador de Hood by Air, las bañistas de Thom Browne con el gorro de tu abuela y los labios en azul celeste, el bolso iluminado con leds de Dolce&Gabbana, la inspiración tribal con la cabeza cubierta de Pucci o los labios negros y mates vistos en varios desfiles. Que no cunda el pánico, son algunas de las tendencias que, con suerte, no veremos nunca a pie de calle.
Aunque quizás sea una lástima no poder tropezarnos en nuestro día a día con algunas de ellas, de ser así seguramente lo harían más ameno y tampoco está de más mantener cierto punto de locura que nos salve de lo cotidiano, también en esto del vestir. Sin embargo, eso es otro debate a parte.
Lo que nos ocupa ahora es hacer un repaso de algunas de las tendencias más disparatadas que, afortunadamente, no bajarán jamás de la pasarela a las calle.
Estos zapatos no están hechos para caminar
Como las botas dobles de Hood by Air que sirven para caminar hacia adelante y hacia atrás con la misma soltura, es decir, con ninguna. Otro tema recurrente son las plataformas del tamaño de un escalón, véase las que firma Miu Miu que desafían la estabilidad de las propias modelos, imaginen lo que pueden hacer con la de las simples mortales.
Estampados delirantes
El grafismo mal entendido capaz de provocar un ataque epiléptico y convertir prendas carísimas en auténticos kleenex, es decir, de un solo uso por lo cansino que puede llegar a ser repetir un modelo con una identidad tan marcada.
La moda 'divertida'
O cuando la originalidad se convierte en una broma, en un disfraz. Cuando alguien dice que una prenda es divertida uno debe asustarse un poco porque esa diversión puede que tenga que ver con la reacción que cause en los demás: la carcajada al verte. Un ejemplo, los vestidos-muñecas de papel de Moschino (foto lateral).
Maquillaje de ciencia ficción/Halloween
En pasarela y en las páginas de belleza de las revistas de moda siempre funcionan pero ¿quién se atreve a ir a trabajar con los labios pintados en tonos pastel o en negro? Las sombras de ojos con sobredosis de glitter es otro maquillaje recurrente sobre las pasarelas. Mejor dejemos el maquillaje de fantasía para los desfiles y fiestas de disfraces.
Combinaciones que solo funcionan en los reportajes de moda
Desgraciadamente pocas personas tengan la habilidad de combinar rayas, cuadros y estampados gráficos con el mismo acierto que Miuccia Prada y, seguramente, si lo logras, tampoco lo entiendan en tu entorno y te miren un poco raro. Si te arriesgas lo más probable es que el resultado se acerque más al de alguien que ha perdido completamente el norte o al de mi pobre abuela cuando se vestía a oscuras.
Brillos por el día y transparencias sin tapujos
La moda no tiene reglas y puedes ponerte lentejuelas a plena luz del día o un vestido que enseñe más de lo que los demás pueden imaginar, eso sí, elige bien en que ocasión porque te lo jugarás todo a una carta y la probabilidad de fracasar es muy alta
Locas combinaciones de color
El llamado color block -consistente en combinar colores primarios que nada tienen que ver entre ellos-, vuelve esta primavera y todos sabemos que jamás fue una buena idea a no ser que seas una fan incondicional de Ágatha Ruiz de la Prada.
Total look vs. Disfraz
Se llama total look cuando prendas y complementos de un estilismo responden a una misma inspiración. Por ejemplo, vestirse de marinera o con estilo étnico de los pies a la cabeza. Nunca será una buena idea porque meterse tanto en el papel puede acabar en un disfraz. Mejor incluir pequeños detalles, guiños que recuerden una determinada tendencia.