El archivo vivo del artista sonoro se libera en la Galería 3 del museo
VALÈNCIA. El universo Llorenç Barber tiene una nueva constelación en el IVAM. Archivo de escuchas es la segunda parada de la macrorevisión de su vida y obra, que empezó en el Centre del Carme y tendrá una última parada en Haus der Kulturen der Welt en Berlín. En este caso, se trata de una recuperación y puesta en valor de su archivo personal a través de más de 7.000 documentos, entre publicaciones, partituras, artículos, discos o vídeos. Piezas de naturalezas diferentes, pero que, encajadas, forman una especie de collage del pensamiento, influencias y potencia del gran artista sonoro valenciano.
La Galería 3 se viste sin que haya nada colgado en la pared. La sala es un lugar predominantemente de escucha. Un sistema de sonido envolvente 7.1 abriga todo el espacio, en el que se reproduce un travelogue sónico, realizado por Llorenç Barber, en colaboración con Montserrat Palacios y Pedro André y en dialogo con el curador Lorenzo Sandoval. La pieza se disfruta, eso sí, con el silencio suficiente en la sala para poder escuchar su diseño envolvente.
Este collage sonoro será el mejor resumen de la carrera polifacética de Barber, que siempre se ha empeñado en buscar un rincón por explorar en el arte sonoro, sin abandonar nunca la calle o la ecología. Desde sus toques de campana hasta sus colaboraciones con Niño de Elche o Enrique Morente.
También es una muestra de dos pilares de su carrera, que también destacaron los comisarios en la presentación a la prensa de ayer. Por una parte, el concepto de plurifocalidad, que queda claro desde el propio montaje formal de la pieza. Barber busca, con sus piezas, acabar con cualquier verticalidad o jerarquía, y lo hace principalmente distribuyendo varios focos de enunciación que los iguale a todos. Lo hacía en sus conciertos de ciudad, donde todos los barrios y todos los sonidos tenían algo que contar de la ciudad. Lo hace con las paredes desnudas de la Galería 3, que en vez de guiar a un visitante, lo envuelve, y le da la capacidad de escuchar desde puntos diferentes y generar su propia experiencia de escucha. Esto es otro aspecto fundamental de la obra de Barber, emancipar a quien escucha para que sea la voluntad de este quien complete la experiencia sonora.
El segundo pilar es el de la ecología, que atraviesa la carrera de Barber, tanto como preocupación como en su contenido. Principalmente lo hará a través de la biomúsica, término que acuñó en 1980 y que supone la integración de los sonidos de la naturaleza como foco, para que el sonido se transforme en un cosmos. Desde dispositivos de Barber como el sambori para pájaros, hasta la inclusión de los sonidos de la naturaleza en sus conciertos de ciudad, la ecología no ha sido una tendencia ni una pose, sino la constatación de que el artista sonoro tiene la ambición de relacionar su obra con el mundo de una manera total.
La otra parte del archivo de escuchas es el archivo documental. Una especie de biblioteca de Alejandría que no es solo un acercamiento a la obra de Llorenç Barber, sino al mundo del arte sonoro en general. Además de artista, Barber ha desarrollado una producción académica y de pensamiento casi en paralelo, y es buen conocedor del panorama internacional de la intelectualidad y la práctica de la disciplina.
De esta manera, Archivo de escuchas no es solo la pieza que completa la experiencia de la exposición del Centre del Carme, sino una puerta de entrada para conocer al Cura Castillejo; adentrarse en el mayor estudio sobre el arte sonoro jamás hecho en España, La mosca tras la oreja, que escribió a cuatro manos junto a Montserrat Palacios; o entender a los pioneros que precedieron a Actum, Zaj.
El archivo descansaba hasta ahora en la casa de Barber y Palacios de manera algo caótica. Ha sido Tono Vizcaíno quien ha catalogado los documentos, que ahora se han trasladado a los muebles diseñados por Lebrel para completar la experiencia de la escucha. Diseminados por el espacio, el visitante puede coger un libro, y sentarse, bichear las carpetas con documentación, o ponerse un disco.
Era un secreto que se estaba cocinando a fuego lento, pero Barber ayer decidió desvelar el secreto: “Quiero que mi archivo duerma aquí”, explicó en rueda de prensa. Tras la digitalización del grupo de investigación Laboratorio de Creaciones Intermedia del Departamento de Escultura de la Universitat Politècnica de València y la puesta en marcha de esta exposición, la intención de Barber es liberar de manera permanente al menos este archivo.
A preguntas de este diario, tanto desde el museo como desde el entorno del artista explican que falta por cerrar los flecos, como si será su archivo total o parcial, o si hay condiciones como acabar de digitalizar lo que aún no esté. En todo caso, la voluntad está y el acuerdo se da por hecho.
La rueda de prensa de presentación de la exposición sirvió para seguir explicando a Barber. Tanto en tercera persona del singular como en primera. Lorenzo Sandoval, que es co-comisario de los tres nodos expositivos, contó que el archivo ha sido complicado de organizar porque se trata de un trabajo que se resiste a ser archivado porque “cuenta con unas condiciones de producción que hace que los medios técnicos no permitan que se contemple en su totalidad”.
Montserrat Palacios, por su parte, ha destacado la naturaleza eminentemente musical de la práctica de Barber. “Hace arte sonoro pero es músico de formación. Eso lo deja en tierra de nadie, porque no hace composiciones para un cuarteto de cuerda, pero los artistas plásticos tampoco le entienden. Él no hace esquemas de trabajo, hace pentagramas, no hace esculturas sonoras sino instrumentos”. Para la etnomusicóloga y pareja del artista, Barber propone un “universo casi cuántico” que integra transformación social, una mirada nueva sobre el espacio público, y una dimensión nueva de la escucha.
Por su parte, Barber aprovecha los micrófonos encendidos y la atención mediática para hacer una radiografía del espejismo valenciano, en el que, según él, la alargada sombra de lo que el denomina “músicos tardosinfónicos” no ha permitido que se desarrolle una escena de arte sonoro con normalidad. “Hacíamos las cosas con la risa de algunos. Pero el tiempo nos ha dado la razón y el mundo se ha puesto a nuestra altura. ¡Eureka, ya estamos aquí!”, refiriéndose al hito que supone haber entrado en el IVAM.
Un hito también remarcado por la directora del centro, Nuria Enguita, que conoce la trayectoria de Barber tanto como artista como programador. Recordó Nits de Aielo i Art como "una iniciativa pionera", tanto en sus contenidos como en la intención de programar más allá del espacio urbano. También puso en valor el trabajo de archivo, una de las piedras angulares de su proyecto para el museo, que también respaldo la Directora General de Patrimonio y Cultura, Pilar Tébar.