CELEBRADA EN EL PALAU DE LES ARTS

Los Max en València: cuatro premios ‘en casa’ y la reivindicación de los teatros privados locales

Numerosos artistas valencianos dieron forma a una gala que sonó a la región y tuvo en sus intérpretes y músicos a los protagonistas de la vigésima edición de los premios que otorga 

6/06/2017 - 

VALÈNCIA. La vigésima edición de los Premios Max tuvo un marcado sabor valenciano. Por los cuatro premiados y por la producción artística de la gala que se celebró en el Palau de les Arts y fue rentransmitida por La2 de TVE. Los profesionales de las artes escénicas y musicales de la región desarrollaron todsantaos los entreactos y amenizaciones de la gala. La noche estuvo conducida por los actores valencianos Noèlia Pérez y Josep Zapater que dieron rienda suelta a sus vises actorales y líricas –también como autores de la música y letras de la gala-, con un guión firmado junto al director de la misma, Joan Font, y la también presentadora Ana Morgade. Nombres propios de la noche a la que no se sumaron ni el Ministro de Cultura, Iñigo Méndez de Vigo, ni su Secretaro de Estado, Fernando Benzo Sáinz.

Pero la presencia de autores e intérpretes valencianos fue más allá: los ya citados cuatro premios que se quedaron en València se recibieron como Mejor Espetáculo de Calle y Mejor Composición Musical, ambos para Maduixa Teatre por Mulier; a la Mejor Dirección para la valenciana afincada en Barcelona Carme Portaceli; y Mejor Autoría Revelación para la argentina afincada en València María Cárdenas. Una cifra muy inferior a los 11 que completaron el mejor año de los valencianos en los Max, el pasado 2016, aunque solo Pinoxxio de Ananda Dansa recogió 9 de todos esos reconocimientos.

Los artistas valencianos se exhibieron durante la gala: así se sucedieron las entregas

En esta gala de 2017, la segunda en la historia de estos premios de la Fundación SGAE que se celebra en València, desfilaron por el escenario durante la gala los actores Natxo Diago, Alba Blanco y Xavi Castelló, Montse Alborch, Ramón Ródenas, Frank Alonso y los alumnos de la Escola Superior d’Art Dramàtic de València. También los músicos Nacho Tamarit, Diego López, Borja Penalba y Sergi Renovell, además del Cor de la Generalitat que hizo una de las actuaciones más memorables de la noche junto al innovador y eterno Carles Santos.

La Banda Simfònica de Dones ‘8 de març’ de la Federació de Societats Musicals de la Comunitat Valenciana abrió con dos pasacalles la noche justo antes de que se entregase –por primera primera vez- el Max al Mejor Espectáculo de calle. Y el primero se quedó en casa: Maduixa Teatre logró ese reconocimiento por Mulier, dedicando su premio a todas las compañías de teatro de calle en el mundo. El espectáculo de danza sobre zancos, que estuvo presente en la última edición de Dansa València, profundaza en la identidad femenina a través del juego corporal. Joan Santacreu, de Maduixa, dedicó el premio también a todas las mujeres y celebró que, al fin, los espectáculos de calle tuvieran premio “ya que la calle es el mayor escenario del mundo”.

La primera de las decepciones de la noche entre los nominados valencianos llegó con el Mejor Espectáculo Revelación. Con gira y dos estancias en València y una en Madrid, A España no la va a conocer ni la madre que la parió, de Wichita Co, no logró el premio; In Tarsi, de la Compañía de Circo ‘eia’ logró este galardón. Un premio que la compañía recogió “con mucha ilusión por ser, por primera vez, la ocasión de que una compañía de circo compitiera por este premio”. Quisieron, además, dedicarlo a sus familias, “las primeras en sorprenderse cuando les decimos que nos queremos dedicar al circo”.

Tras el primer entreacto se entregó el premio al mejor espectáculo infantil o familiar fue para Amour, de la compañía Marie de Jongh. Esta obra para toda la familia parte del teatro gestual (sin texto) a partir del cual su lenguaje se hace más internacional. La noche también dejó algunos premios honoríficos, como el premio al teatro aficionado que recibió el Grupo Yeses, nacido de la antigua cárce de Yeserías de Madrid. Tras el segundo, una candidatura valenciana que tampoco pudo ser. Curt Allen Wilmer se llevó el Premio Max al Mejor Diseño de Espacio Escénico por Hamlet. Marcos Morau, Premio nacional de Danza 2013 y trabajando estos días en Alaska, Estados Unidos, no logró este reconocimiento en su trabajo para la obra de danza contemporánea Oskara, una de las grandes triunfadoras de la noche. La obra sí logró Mejor Vestuario por el trabajo de Iraia Oiartzabal, que le dedicó el premio al de Ontinyent “por darnos tanta caña”.

Portaceli, contra la invisibilidad de las mujeres en la Historia

Carme Portaceli fue la segunda y gran alegría de los Premios Max para la parroquia valenciana. Invitó a alzar la voz “contra la invisibilidad de las mujeres”. Su fabulosa obra Només son dones sirvió para que se le reconociera su trabajo en una gala dedicada a las autoras, precisamente: “en España, en este momento, en plena democracia, siguen sin salir estos nombres. Las militantes ni siquiera eran consideradas presas políticas en la cárcel; eran prostitutas o presas comunes. Ya es hora de que salgan a reducir nombres como los de Matilde Landa”. Carlos Marquerie recibió, por su parte, el premio al mejor diseño de iluminación por Caída del cielo. El fundador de La Tartana Teatro, este escultor y marionetista, autor y director, ve así reconocida su obra también como iluminador.

La presidenta de la Fundación SGAE, nacida también en València, aprovechó su discurso para denunciar que “la no presencia de la mujer adultera los contenidos y los hace menos democrático. La ausencia de mujeres en los centros de creación es injusta y una merma de talento. Es importante que nos comprometamos todos, especialmente las instituciones. Cuenten con nosotras, las autoras. Cuenten con los creadores. Ojalá el balance que podamos hacer dentro de 20 años sea bien distintos. Se lo merece el sector y se lo merece la sociedad española”. Portaceli volvería a subir al escenario con el Premio al Mejor Espectáculo de Teatro (Factoría Escénica Internacional).

Oskara se granjeó un segundo premio Max al Mejor Elenco de Danza compuesto por Alain Moya, Urko Mitxelena, Ibon Huarte, Eneko Gil, Martxel Rodríguez y Jon López. “Nos dan ganas de seguir trabajando”. Además, el premio se enfocó “contra los boicots a los actores” y con una mención contra Miren Gaztañaga. Como Iraia, insistieron en “la caña” de Morau durante el proceso de creación: “caña de la buena. Nos ha dado mucho trabajo, pero nos hemos llevado mucho más”, resumieron los miembros del elenco.

La también Premio Nacional de Danza Rocío Molina sumó un premio Max por Caída del cielo. La bailarina andaluza quiso dedicar este premio tanto a sus músicos como a sus técnicos: “estamos el 80% del año viajando y girando juntos… somos pocos, pero nos apañamos bien”. Más tarde, la bailarina que durante en el último mes ha actuado dos veces en València dentro de la programación del Teatre el Musical y del Festival 10 Sentidos, se llevó también el premio a la mejor coreografía. Mientras iniciaba el discurso de agradecimiento en la recogida de este segundo premio, decidió improvisar un baile en uno de los momentos más geniales de la noche.

Por su parte, el Mejor Intérprete Masculino de Danza fue a parar a manos del también andaluz Manuel Liñán por Reversible. La directora del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, Natalia Menéndez, recogió otro de los premios honoríficos: el de la Contribución de las Artes Escénicas. Quiso fijarse en los trabajadores técnicos “e invisibles” que hacen posible el festival.

Nuria Mencía y Ainhoa Santamaría, actrices reconocidas de la gala 

La cosecha de premios para el País Vasco se convirtió en la más importante de la noche. Ainhoa Santamaría también se llevó para Vitoria su premio Max por La estupidez, tras desfogarse con un “hu, ha”. Dedicó el premio a su compañía (Feelgod Teatro) y “a la gente que crea. Gracias a ellos podemos subirnos a los escenarios. Gracias a ellos podemos contar. El valenciano Chema Cardeña no logró que el Max al Mejor Actor de Reparto se quedara en casa. Paco Ochoa, miembro del elenco de El laberinto mágico, dedicó a sus compañeros de reparto y a su familia el galardón.

Nuria Mencía, protagonista de La respiración, se llevó el principal de los reconocimientos a las actrices en la gala de los 20 Premios Max. Miembro durante años de la compañía CNTC, Mencía ha trabajado con Eduardo Vasco, Laila Ripoll, Natalia Menéndez, Álex Rígola o José Pascual. Buena parte de la audiencia todavía la recuerda por sus papeles en las películas La soledad o La noche de los girasoles, de Jaime Rosales y Jorge Sánchez Cabezudo, respectivamente. “Estoy muy feliz. Es mi cuarta nominación a los Max, pero la verdad es que Nagore es un personaje increíble con un equipo con el que me quedaría para siempre y por eso este premio es tan especial”. La obra ha llenado teatros de España durante año y medio con un un texto de Alfredo Sanzol.

En la sala de prensa, Mencía se fundía en varios abrazos con Ángel Ruiz, mejor actor protagonista por su papel en Miguel de Molina al desnudo. Coincidentes en castings desde hace dos décadas, Ruiz reconoció el cariño entre ambos que lograron los dos principales reconocimientos actorales de teatro. El actor aseguró tras recibir el premio que “el teatro es una bofetada para remover consciencias. Es lo que me ha llevado a contar las historias no contadas y la España que todavía hay que recordar”. El artista se lo dedicó a todos los que “sigue esperando que se haga memoria y se haga real".

En el espacio para las compañías, los premios por la Mejor Producción Privada de Artes Esénicas, Mejor Espectáculo Musical y Mejor Espectáculo de Danza fueron para Kubik Fabrik (Historias de Usera), Compañía Nacional de Teatro Clásico (Cervantina. Versiones y diversiones sobre textos de Cervantes) y Kukai Dantza (Oskara).

María Cárdenas: la noche de la autora en la noche de las autoras

Uno de los momentos más especiales para los valencianos llegó con el Max a la Mejor Autoría Revelación para María Cárdenas. La argentina afincada en València escribió Síndrhomo desde la cama del hospital. Con esta obra y con su esfuerzo superó por segunda vez un cáncer y celebró de manera efusiva y alegre la llegada de este reconocimiento tan merecido. Un guiño más a favor de la creciente carrera de La Teta Calva, compañía que vive unos últimos años dulces y que ha encontrado en el premio a Cárdenas su último hito en una consolidación a nivel estatal.

Pero no fue el último de los premios para la cosecha valenciana: Damián Sánchez, responsable de la Mejor Composición Musical para Espectáculo Escénico se llevó el Max por Mulier. Así el espectáculo de Maduixa Teatre se llevó nada menos que dos premios, fijándose como el espectáculo de calle de la temporada.

Unas dosis de sabor local también llegó con el premio al Mejor Espectáculo de Teatro que fue a parar a la empresa catalana Factoria Escènica Internacional por Només són dones. La empresa está participada por la ya citada y premiada Portaceli y da cabida a la también valenciana Sol Picó. El resto de premiados fueron José Ramón Fernández, como Mejor Adaptación o Versión de Obra Teatral por El laberinto mágico y Alfredo Sanzol como mejor autor por su La respiración, que también se llevó dos premios en el cómputo global de la noche.

Los teatros privados se reivindicaron

Desde la llegada de los invitados al Palau de les Arts se dejó notar la reivindicación amistosa de los autores, actores y empresarios del teatro valenciano. Con una pegatina que decía: Teatros Legales ¡Ya!, los agentes de las escénicas quisieron reivindicar la situación crítica por el incumplimiento de una normativa que les equipara a las discotecas. Una formulación de licencia de actividad que ya ha generado la primera ola de denuncias y que por el momento, pese a los primeros movimientos del Ayuntamiento de València, todavía no se ha concretado en pasos firmes y conjuntos con la Generalitat; a la postre, quien legisla en esta materia. hace apenas unos días, los teatros enviaron un duro comunicado al respecto. 

También repartieron unas ocatavillas con el mismo lema y un breve texto que decía: "ante la problemática que las salas de teatro privadas de València venimos padeciendo en la última década, debido a la ordenanza municipal del año 2007 promovida por los anteriores gestores del Ayuntamiento, por la cual sumía a las salas de teatro privadas creadas a partir de 2008 en un limbo legal, equiparando, entre otras cosas, Teatro a Discoteca, queremos denunciar ante la opinión pública, medios y compañeros de profesión esta preocupante y grave situación, con la única finalidad de que los partidos políticos corrijan esta anomalía institucional y creen una nueva normativa específica mediante la cual las salas de teatro de la ciudad puedan ser legales y sean paralizados los expedientes sancionadores que actualmente estén en proceso. No hay Teatro sin teatros". Un comunicado impulsado por AVETID y FETI, la Associació d'Empreses d'Arts Escèniques del País Valencià y la Federación de Espacios de Teatro Independiente

Una reivindicación de la que fueron testigos el president de la Generalitat, Ximo Puig, la vicepresidenta, Mònica Oltra, y los consellers de Cultura y Sanidad, Vicent Marzà y Carmen Montón. Asistieron también el alcalde de la ciudad, Joan Ribó, el secretario autonómico de Cultura, Albert Girona, el director del Institut Valencià de Cultura, Abel Guarinos, y los tres subdirectores adjuntos de artes escénicas, audiovisual y música Roberto García, José Luis Moreno y Marga Landete. También la diputada de Teatros de la Diputació de València, Rosa Pérez Garijo, además de los tres concejales de cultura de la ciudad Glòria Tello, Pere Fuset y María Oliver, y otros regidores del Consistorio, como el también actor Carlos Galiana. Además, al evento acudieron distintos representantes públicos de distintos estratos y colores políticos: desde los portavoces en Les Corts de Compromís y Podemos Fran Ferri y Antonio Montiel, al nuevo máximo representante de este último partido en la Comunitat, Antonio Estañ acompañado por el diputado en el Congreso Iñigo Errejón. Compañeros parlamentarios de este, Toni Cantó, Marta Rivera de la Cruz y Félix Álvarez (Felisuco), los tres de Ciudadanos, también estuvieron en Les Arts.

En la jornada de ayer, no fue el único revés que recibieron los representantes públicos: el comité de empresa de CulturArts denunció su situación de "indefensión" y "precariedad". Los representantes del grupo laboral pidieron también una reacción al Gobierno valenciano actual con la situación crítica de la Relación de Puestos de Trabajo todavía pendiente.

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