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se juegan seis 'manzanas'

València saca pecho de talento escénico en el sprint final hacia los Premios Max 2024

11/06/2024 - 

VALÈNCIA. Las artes escénicas valencianas están preparadas para el sprint final de los 27º Premios Max, que se celebrarán el próximo 1 de julio en Tenerife. Seis son las ‘manzanas’ a las que opta la escena local en una cosecha que, en esta ocasión, llega con la novedad de que son las artes del movimiento y no tanto el teatro del texto las que se han impuesto en el listado de nominados. Así los destacó el dramaturgo Rodolf Sirera quien, en representación del Consejo Territorial de SGAE de la Comunidad Valenciana, lideró el tradicional encuentro de finalistas que acogió este lunes la Sala SGAE, un encuentro que sirvió para compartir experiencias, anécdotas y hacer una fotografía rápida de los sectores culturales cuando apenas quedan unos días para saber cuántos trofeos traerán las maletas de los profesionales valencianos. 

La danza es protagonista en esta hornada, dejando, además, dos producciones nominadas por partida doble. Tal es el caso Corps seul de Christine Cloux, que opta a Mejor espectáculo de danza y Mejor intérprete femenina de danza. La bailarina suiza, que reside desde hace décadas en València, donde ha bailado con la compañía Cienfuegos o el Ballet de la Generalitat, celebra unas nominaciones que vienen a aplaudir el poder de lo pequeño, del trabajo desde la semilla, de esa “soledad acompañada” que le puede valer dos galardones. “Estoy alineada con gente que tiene grandes producciones, con escenografía, vestuario… Mi vestuario lo ha hecho mi madre”, confesó Cloux durante el encuentro.

Con Corps seul reflexiona sobre el paso del tiempo a través de su cuerpo, el movimiento y su biografía, una mirada que tiene que ver también con la propia industria cultural. “A partir de una cierta edad en danza ya no te contratan […] Todo lo que se acumula a lo largo de una carrera, todo lo que se logra, todo lo que se trabaja y todo lo que se suda, es la persona y es el artista. El cuerpo en la danza envejece de manera mucho más rápida y es algo que nos achacan desde muy jóvenes. En ese espectáculo reivindico el arte de la danza, del movimiento, antes que su aspecto estético”. 

Otra de las piezas que está nominada por partida doble es En la oscuridad todo se mueve, de la coreógrafa alcoyana Paula Serrano, nominada a Mejor espectáculo de danza y Mejor coreografía. La pieza, del Institut Valencià de Cultura (IVC), presenta un giro de tuerca a la obra del dramaturgo valenciano José Sanchis Sinisterra El lector por horas, creando un nuevo relato desde la danza en el que da más protagonismo al personaje de Lorena, la joven ciega a la que su padre contrata a un hombre para que le lea. A partir del texto comenzó un intenso trabajo de investigación en el que Serrano trató de ir a la “esencia” de la obra aunque, eso sí, con una propuesta “fuera la de la norma”. Y ahí nació En la oscuridad todo se mueve.

Foto: Tato Baeza / SGAE.

La danza es formalidad, cuerpo, técnica, pero a mi me gusta descubrir qué hay en ese trasfondo y puedo decir que me da igual el resultado final porque lo que me llevo de esta obra es el proceso de creación, ha sido lo más gratificante. Ese es el premio. Entiendo al coreografía desde esa globalidad, como un todo”, relata Serrano. La coreógrafa estuvo acompañada por la actual directora adjunta de artes escénicas del Institut Valencià de Cultura y del festival Dansa València, María José Mora, quien habló de la necesidad de que la creación valenciana tenga “relevancia a nivel nacional e internacional”. “Continuaremos haciendo producciones, pero [queremos] que estén cuidadas desde otro lugar, con esa difusión del trabajo”, explicó Mora, que también subrayó la necesidad de apoyar no solo la exhibición, sino también los procesos y a creadoras como a la propia Serrano. 

En la categoría a Mejor espectáculo musical o lírico sigue en la pugna Bruno, el musical que lo cambió todo, de Off Teatro, una obra que escenifica el acoso escolar y sus consecuencias a través de las historia de Bruno y que termina siendo un canto a la vida. La pieza, que tomó forma en el marco del veinte aniversario de la sala, ha ido tomando vida propia gracias al mimo de sus creadores y al boca a boca, que la llevaron recientemente a tomar el Principal. “Lo tratamos desde el respeto que merece”, reflejó por su parte Mamen Mengó, autora y directora del show junto a Víctor Lucas, quien subrayó el trabajo de investigación realizado en torno al bullying. Por su parte, el productor Pedro Giménez puso en valor el esfuerzo para llevar a cabo un musical de estas características, una labor “complicada” sin una apuesta clara desde Madrid o Barcelona. “La parte artística la tenemos, está demostrado, ahora necesitamos ese empuje para la parte de producción”.

También tiene opción a ‘manzana’ Mingo Albir, a Mejor diseño de iluminación por Tots eres fills meus, quien reivindicó durante su intervención los oficios de las artes escénicas, todas aquellas labores más allá de la dramaturgia que construyen el universo de cada proyecto. Aunque, ojo, con un matiz importante: “No me siento creador”, explicó. “Estamos todos arropando la idea del director. No creo en las iluminaciones o escenografías de autor”, relató Albir. Con todo, sea unos oficios u otros, lo que está claro es que las artes escénicas en toda su pluralidad tienen una cita el próximo mes de julio en Tenerife.

Foto: Tato Baeza / SGAE.

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