Gofres, crepes, salados, dulces, helados, mantequillas caseras y trampantojos.
Cuando hablé con ellos por primera vez, allá por mayo de 2019, ya se planteaban lo de los desayunos. Pero es que el tiempo va muy rápido, la rueda empieza a girar y cuando te das cuenta llevas más de un año haciendo exactamente lo mismo. Pero la cuarentena nos sirvió a muchos, o a algunos, para ver un poquito más allá de la luz. Parar, replantear e innovar, y desde luego en el mundo de la gastronomía es uno de los que más adaptabilidad e innovación se ha demostrado.
La Casa Viva es un restaurante vegetariano ubicado al final de la Calle Cádiz. Un espacio interior lleno de encanto que ha sido construido con mucho mimo por todos los miembros de una familia. Cada material es reciclado y ha sido readaptado por ellos a mano. Sillas restauradas, lámparas reutilizadas y bioconstrucción.
¿Y cómo dieron el paso?¿Cómo se bajaron de la rueda? Marlene, la encargada del restaurante de Ruzafa, pasó la cuarentena con sus padres. Su madre es la crack que está detrás de todas las recetas. Me cuenta que un día, entre tantos, sacaron un gofrera que tenían sin usar en casa y les dio por desayunar gofres. Unas horas más tarde, decidieron que tenían que dejar al mundo probar ese pecado. Y sin más, sin pensarlo mucho, sabían que había llegado el momento de inaugurar los desayunos en su restaurante. Y teniendo en cuenta los nuevos horarios, era el momento justo para ello.
Así que ahí están, todos los días menos los martes, desde las 9 de la mañana dando unos de los mejores desayunos del barrio
Empezamos por los clásicos no tan clásicos, las tostadas. Pero ojo que no las mencionaría si no fuesen especiales. Tostadas de crema de cacahuete, plátano y melaza de arroz sobre pan de carbón vegetal o de mantequilla vegana casera y mermelada. Alucino con la mantequilla. No se queda fuera el pincho de tortilla vegano con pan. Y atentos al wrap hecho 100% de brócoli, nada de cereal, relleno de pisto casero de verduras, queso vegano y brotes tiernos. Con cartas así siempre pienso que ojalá pudiera resetear el estómago una vez tras otra para seguir probando. Qué difícil elegir.
Ahora que conocemos lo más clásico, pasamos a lo menos habitual, y lo que más me flipa de esa carta. Gofres, Waffles y Crepes.
Te los puedes montar como tú quieras. Como base puedes elegir entre pan de carbón, pan rústico, gofre salado y crepe salado de trigo sarraceno, arroz y cúrcuma. Porque ojo, todo es sin gluten. A la base puedes añadir cualquiera de sus combinaciones como patés caseros de tomate, zanahoria, de olivas verdes o queso vegetal, frutos rojos, queso de cabra y trampantojo de huevo hecho con calabaza y arroz. A destacar la mezcla Penyagolosa hecha con salsa de tomate casera y cúrcuma, jamón vegano, búfala, rúcula y pistchos.
Pero, como dice tu carta, si lo tuyo es el dulce, allá va. Puedes elegir entre gofres, crepes y atención, flor de Waffle. Este último ya solo por el nombre merece la pena probarlo. Puedes leer opciones como flor de waffle de amaranto y plátano con sutiles toques de coco al que te recomiendan añadir los toppings de crema de chocolate vegana, nata de soja, fruta y helados de chocolate y de mantecado. No me digas que no se te hace la boca agua. El favorito de Marlene el gofre de calabaza y avellanas. Dice que poco hay que ponerle porque el gofre te lo comerías solo a bocados. Aún así recomiendan darle mermelada, nata de soja, compota y melaza de arroz.
Yo no se vosotros, pero yo solo tengo ganas de volver a La Casa Viva a montarme una mesa de banquete. Una de esas llenas de colores, de sabores y con muchas manos compartiendo. Porque con una carta tan grande, ir solo es un sufrimiento.