VALENCIA. La escalera, ese lugar de tránsito en el que aparentemente nada pasa. Sin embargo el camino puede resultar más interesante que el destino, si es que lo hay. Los escalones de la Galería 6 del IVAM pasarán de ser un elemento de conexión entre salas al escenario de Lost in Transition, un poema performativo obra de Helena Cabello y Ana Carceller. La producción de la videoinstalación, que llegará en las próximas semanas en sustitución de la exposición de Dora García, ya está en el horno, un proyecto por el que se verá como numerosos voluntarios bajan esas escaleras representando ese "abanico de grises" que hay entre el negro y blanco del género y la sexualidad.
Cabello/Carceller han ideado una convocatoria abierta para poder participar en su propuesta expositiva, un proyecto que quiere acabar con la simplicidad del binomio hombre-mujer tal y como se presenta tradicionalmente y que invita a la grabación a trans, drag, genderfluid, genderqueer, cuir o agénero. El rodaje, previsto para el próximo 29 de junio, presentará esa ruptura entre los géneros a través de unos participantes a quienes las artistas han dado libertad para hacer lo que quieran: la escalera es suya. Así las cosas, darán vida a un espacio no considerado desde el punto de vista expositivo un vídeo que, como en muchos otros de sus trabajos, se realizará en el mismo lugar donde será proyectado.
Profesoras en la Facultad de Bellas Artes de Cuenca, utilizan el arte como plataforma de visibilización de las diferencias, una reivindicación del tránsito como modo de vida, de la eterna búsqueda y experimentación para llegar a formas que son, finalmente, posibilidades. Aunque originalmente la palabra inglesa queer significa extraño o fuera de lo normal, ha derivado en homosexual, además de dar nombre a la teoría sobre género. En este ámbito Cabello/Carceller quieren poner por encima de todo el discurso pues, aunque no hay una finalidad educativa, sí hay una lucha contra la superficialidad y, por ende, los estereotipos. Iniciaron su trabajo en la década de los 90, en una España en la que muchos de los conceptos que manejaban resultaban ajenos. Hoy siguen en ello.
- Vuestro contacto con la escena internacional fue vital para enfrentaros a conceptos que aún no habían llegado a España, ¿qué encontrasteis?
- H: Estuvimos viviendo en Gran Bretaña un tiempo, donde empezamos a entrar en contacto con todo este mundo. Lo queer no es algo que aprendimos, sino que vivimos. Vivimos en directo esa difusión de modos y maneras que aquí no habían llegado. Libros, modos de entender las prácticas sexuales o ciertos posicionamientos en cuestión de género. Para incluirlo en nuestra reflexión tuvimos que formar parte de la creación del concepto, tuvimos que escribir para generar discursos, practicar la critica, comisariar exposiciones… salir de la propia practica artística.
- A: Las cosas tienen difícil traducción. Elegimos en entorno anglosajón por filia, pero también tenían cosas como la Sección 28 que recomendaba, aunque no era obligatorio, no exponer arte que promoviera la homosexualidad. No todo lo de fuera es maravilloso. El problema de España es que era un momento extraño, a principios de los 90 se vive el final de la Movida madrileña, una explosión de libertades sin razonar y donde las mujeres ocupaban un espacio decorativo. Era importante pensar qué puesto querías ocupar en ese momento, teníamos que ir a otro tipo de sociedades donde el movimiento feminista y lesbiano con conciencia se hubiera generado y hubiera dejado un poso no esencialista. Nuestro principio fue muy endogámico, ahora hay más pluralidad.
- Habláis del contacto con la teoría queer, ¿qué punto os situáis dentro de este espectro?
-H: En un lugar que no está fijo, móvil, que establece alianzas puntuales dependiendo de los objetivos en cada momento. A veces te interesan elementos de las teorías comunistas, en otro momento coges cosas del teatro, todo eso lo mezclas con teoría queer. No hay nada fijo, son nuevas maneras de entender tus fundamentos teóricos como algo que está en continuo movimiento. Es importante caminar desde la duda, retroceder a veces, reconsiderar lo que has hecho.
- A: También lo usamos como herramienta, como método. Nosotras no ilustramos lo queer, lo usamos como estrategia. Generamos situaciones inestables, ponemos a la gente en lugares donde al principio no está cómodo. Lo queer es algo extraño, una de las cosas maravillosas que tiene es arrojarle al otro tu diferencia, estar orgulloso de ella y mostrarla. Queremos experimentar lenguajes y ver cómo funcionan. El proyecto del IVAM, quizá, es más queer en el sentido de que buscamos a personas que habitan ese mundo, pero en Madrid estuvimos rapeando filosofía, y también lo entendemos como queer. Intentamos tener una mirada muy amplia del concepto. Hace unos años, una teórica estadounidense nos dijo que le interesaba mucho nuestra forma de entenderlo porque veía como estaba finalizando. Lo queer surge de las sexualidad, pero no se queda en los cuerpos.
- ¿Las cuestiones de género en el arte deben integrarse en todos los discursos o permanecer como un apartado?
- A: Incluir en cada uno es una trampa. Lo ideal es que se apliquen las dos cosas, ¿debe integrarse Historia de España en Historia de Europa o debe estar como asignatura aparte? Quizá lo que haya que hacer es quitar las asignaturas tradicionales y darles la vuelta. Se ha probado con las transversales: no funciona, porque nadie las aplica. No hay ningún interés en introducir estos conceptos. En términos de arte, la universidad española está totalmente obsoleta
- ¿Es la educación artística en el ámbito universitario todavía conservadora?
- A: Las áreas de conocimiento están obsoletas, vienen de los años 80. Los departamentos se dividen por áreas artesanales, no tiene nada que ver con el arte contemporáneo. De hecho las artesanías las deberían enseñar técnicos de laboratorio, no debería haber personas que sean catedráticos porque sepan hacer moldes en bronce. Hablo de volver a la Bauhaus, no puede ser que hablemos de nuevas tecnologías y sea vídeo y foto, ¿Qué haces con todo lo nuevo que se está hace haciendo, lo niegas? Se está metiendo como un residuo en áreas donde no encaja. Es urgente la reconsideración pero es difícil que se haga desde dentro. El modelo ha colapsado y debe evolucionar.
- Hablamos de abrir un abanico de opciones, ¿vais a contracorriente de una sociedad cuyos mass media simplifican la figura femenina y masculina?
-H: En general los medios de comunicación se sienten más seguros etiquetando porque ayuda a transmitir los mensajes de manera más directa. El arte trabaja desde lo complejo, construcciones que ayudan a entender la complejidad de cada elemento que trabajan. Efectivamente los medios trabajan a la inversa, también la política, pues la simplificación es también una forma de definir una estrategia. Vamos a la contra, pero las artes siempre han trabajado en esa dirección.
-A: Trabajamos en otros tiempos, la publicidad lo hace, además, de manera muy superficial. En términos de género tienen una visión tremendamente superficial a la hora de incorporar un cuerpo disidente, van a lo fácil. Parece que todo a pasado y seamos todos iguales, pero esto acaba de empezar.