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'páginas en construcción'

Medio siglo de ediciones ‘raras’: cuando una cometa o un ladrillo también pueden ser revistas

15/12/2024 - 

VALÈNCIA. Cajetillas de tabaco, ladrillos, cometas, exprimidores y hasta pelotas hinchables. Para un ciudadano de a pie todos estos objetos pueden ser sencillamente eso… objetos, pero para un artista son un lienzo. Para el coleccionista Pepe Murciego estos objetos tienen un potencial aún mayor: pueden convertirse en revistas. ¿Cómo? Rompiendo los límites de la imaginación y jugando a generar con estos un formato legible, artístico y en el que poder contar cualquier historia. 

Prueba de ello es la muerta Páginas en construcción que hasta el próximo 30 de marzo toma la Sala Contrafuertes del Centre del Carme para mostrar el legado de este coleccionista que lleva recopilando revistas experimentales desde los años 70. A través de más de setenta números de revistas españolas -de las cuales catorce pertenecen a la Comunitat Valenciana- explora el formato de las revistas experimentales y como ha mutado hasta volverse tan único y hasta “irreconocible” con el paso del tiempo.

El juego, la pasión y la dedicación toman las vitrinas del Centre del Carme para contar la historia de estas publicaciones tan peculiares, consideradas ahora como “rarezas” únicas, y que Murciego coleccionaba casi sin ser consciente de su valor: “Comencé a coleccionarlas hace más de cincuenta años porque me gustaba su formato y poco a poco me di cuenta de que tenía un buen arsenal de objetos y contenidos". 

"Luego me introduje en el mundo del coleccionismo y muchas de las revistas que se exponen surgen precisamente de intercambios emocionales y de colaboraciones”, apunta el coleccionista, quien empezó a jugar con sus propios "cromos" hace, justo ahora que se inaugura la exposición, treintaiún años. Lo hizo con la revista La más bella, que también se expone al final de la Sala Contrafuertes, con algunos de sus números más peculiares: desde un traje de trabajo dotado con herramientas -incluido un martillo de caramelo- hasta un ladrillo que se divide en capas, pasando por una caja de zapatos que convierte la suela en texto. 

“Para generar estas revistas lo importante es ser apasionado, saber jugar y divertirse. Es un mundo muy abierto, casi interminable y es increíble ver como se rompen todo tipo de límites. En mi colección hay desde revistas ensambladas hasta algunas más objetuales, pero todas ellas buscan generar una poesía experimental y visual con la que cautivar al lector”, apunta este apasionado creador.

En la muestra se puede ver de todo, desde “editoriales” que trabajan sus revistas sobre la marcha, como pueden ser la Revista Caminada, que se genera conforme se avanza por un mismo espacio hasta las más comunes: las monográficas. “Muchas editoriales optan por proponer un tema a sus colaboradores y generar a través de este las revistas. Hay algunas que versan sobre la noche, otras sobre “las putadas” y de temas mucho más abstractos como el ruido. En estas los colaboradores se centran en un concepto original para hacer una “superinterpretación” de la idea planteada y generar un objeto que encaje en esta”.

Entre los creadores que “colaboran” en estas revistas se encuentra, junto al propio Murciego, varios artistas destacados del panorama nacional como Joan Brossa, la artista y performer Esther Ferrer y la Premio Nacional de Artes Plásticas Concha Jerez. “En un objeto cualquiera puede esconderse un juego único y con ello una colaboración. El truco del ensamble da cabida a todo tipo de artes que van más allá de las escrituras y de las páginas como soporte. Cada objeto que se despliega en esta exposición es una página propia que cuenta una historia y que, junto a su editorial, tiene un sentido único”.

Entre estas peculiares “páginas” Murciego destaca que encuentra tres materiales que siempre están en todas las revistas: el juego, el placer y el amor al arte. “En todas estas revistas hay una carga muy importante de afecto, de la que salen de treinta a cien ejemplares. Mi colección se conforma por intercambios, por el placer de compartir con otros colaboradores y gente que mira lo que hacemos y por la diversión que provoca el juego”, explica el comisario entre cometas, pelotas, cajetillas de tabaco y pastilleros que contienen pequeños textos, “este es un mundo maravilloso en el que no hay límites y en el que aún está todo por crear”. 

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