Tan triste como comer en el AVE, pero sin hacer la digestión a 300 km/h.
Cuatro centros de la ITV, una misión: que nuestro vehículo pase la Inspección Técnica de Vehículos. Otra misión: no sucumbir ante el obtuso lenguaje de la mecánica automovilística. Otra más: que el “señores me explican cosas” no acabe en llanto.
Tengo fotos de hombres y mujeres llorando apoyados en la verja azul de la ITV de Vara de Quart.
Tengo fotos de una coetánea en edad y tamaño —o sea, de bolsillo— engullir un Paquito porque la gestión de la revisión de su coche le llevó desde el desayuno a la merienda. (El Paquito era mío, lo recepcionaron en su estudio, situado a metros de mi casa. Como agradecimiento le di un trozo del bocadillo, poniendo el dedo hasta el porcentaje del bocata que le cedía. Me mordió el pulgar).
No tengo ninguna foto en el móvil de desayunos, comidas o almuerzos memorables cerca de las ITV. Pero lo he intentado. En todos esos cadáveres de dosis de aceite individuales queda constancia de que yo, lo he intentado. He comido tostadas con tomate más ásperas que unas zapatas de freno desgastadas.
Aquí, el resultado de la búsqueda del sabor en los aledaños de algunas de las ITV cercanas a València ciudad.
Pasar la ITV en Vara de Quart supone morir en Mc Donald’s, Foster ‘s Hollywood o Burger King. El cementerio General pilla cerca.
Casi la totalidad de centros de ITV investigados para este artículo, tenían cerca un Mc Donald’s / Foster ‘s Hollywood / Burger King, cadenas de comida rápida que llevarían la pegatina de vehículo chungo de esas que hay que colocar en la esquina inferior derecha del parabrisas.
Lo que sí que hay cerca de la ITV en Vara de Quart son bares que, más que para llorar, son para beber hasta no poder conducir. Mis ganadores lo son por cuestiones de naming: La Última y Nos Vamos (pura tautología) y Bar Restaurante ¡YA!. Me haría feliz un cobranding entre los dos bares: La Última y Nos Vamos ¡YA!. Un sueño para los amantes del imperativo en plural mayestático.
Cada vez más veo similitudes entre la letra de Quevedo (BZRP Music Sessions #52) y una cita en la ITV: “Y nos fuimos en una / Empezamo' a la una / Y con la nota rápido / Nos dieron las tre'”, que es lo que pasa cuando te dan hora a una hora y se pasa la hora de comer.
“Dime, beba / Fecha y hora y te paso a buscar / Yo le llego adonde los demás / Tú sabes que no le llegan”. Aquí el trapero Pedro Domínguez Quevedo le canta, claramente, a la cita previa y a ese mecánico de barrio que se le escapó algo en la puesta a punto del vehículo.
Por todo esto, y porque al lado de la ITV de Campanar hay un bar que se llama Góngora 17, situado en el número 17 de la calle Góngora, cabe recordar el conflicto entre los escritores Góngora y Quevedo tomando un cremaet en la barra de este bar, mientras la mirada se nos pierde en la fotografía a escala real de un campo de naranjas.
En dicho bar tienen aguacate para las tostadas del desayuno. Siempre es agradable consumir un producto sobrevalorado mientras un parroquiano desayuna con un sol y sombra y un bocadillo de jamón, lomo y chorizo. Sin tomate.
Emociones fuertes.
Por otra parte, a un kilómetro a la redonda están El Carrer, Ciro y Bar Ricardo, pero ir a estos es hacer trampa.
La ITV de Massalfassar es un erial en cuanto a lo gastronómico se refiere, pero las buenas gentes de este y el pueblo colindante, Massamagrell, me han recomendado el bar Jocar “Bar típic on van els uelos i els homes a pegar-se bon esmorzarot. Segons el meu iaio i À., el millor lloc de la zona per fer-se un all i pebre. Peculiar, disseny antiquat a saco, terrassa plena d’homes… a mi no em convida a anar jaja però tots diuen que es menja bé i a bon preu”.
El bar que nos merecemos para retar al micromachismo del almuerzo.
Hay algunas cositas más, bares populares como se ve que lo fue el Seat Arona en el 2021. ¿Qué hará Seat cuando se le acaben los nombres de municipios cercanos al mar? ¿Para cuándo un Seat Almunia de Doña Godina o Seat Navalmoral de la Mata?
Esos bares son Nostre Bar, decorado con una cabeza de toro anclada a la pared, que sobresale hasta que los cuernos se meten en la vitrina con los útiles para el almuerzo, y Casa Pablo, bar del que destaco su gran ventanal, que más que permitir el paso de la luz natural, funciona de torre de control para que los camareros vean desde el interior si la clientela de la terraza va corta de bebida.
El 3 de noviembre de 1996 se emitió en Estados Unidos el episodio dos de la octava temporada de Los Simpsons. En él, la familia se mudaba a la urbanización Cypress Creek, donde Homer trabaja para el excéntrico multimillonario Hank Scorpio.
Me fascina que haya un club de golf cercano a la ITV de San Antonio de Benagéber que se llama Escorpión. La vida imita al arte.
Siempre hubo clases, y cerca de esta ITV es más fácil dar con un gastrobar que con una cafetería con nombre de señora. Na Terra, Más Ferrat o Petit Bistrot son algunos de los restaurantes de esta zona residencial en la que circulan coches de seguridad privada y las calles tienen nombres de minerales y árboles frutales. La calle Castaño colinda con Zafiro y Pirita con Peñón de Ifach supongo que porque no quedaban más minerales.
Hay más de 5300 especies minerales conocidas.
Con muchísimos menos azulejos hidráulicos, muebles blancos e interiorismo, pero con almuerzos, está el restaurante asador Nueva Terraza, bar donde el gigantismo se practica y en los bocadillos caben tantos ingredientes como en el maletero de un Touran.