VALÈNCIA. La Generalitat Valenciana abre la puerta a la vuelta de Plácido Domingo a Les Arts. Al menos, hay un giro de 180 grados en la opinión que el Consell tiene de las acusaciones de abuso sexual por parte de varias mujeres que le apartó de la ópera valenciana en 2020. La Secretaria Autonómica de Cultura y Deporte, Paula Añó, puso como ejemplo al cantante como un artista “cancelado” por la “cultura woke”, que “ha echado a un lado lo que son las razones para fijarse en lo identitario” y que se basaría en un “auge del sentimentalismo”.
Lo hizo en una entrevista en Les Notícies del Matí de À Punt. Cuando el periodista, Òscar Martínez le recuerda que el veto “se hizo por unas razones”, Añó le pregunta rápidamente que cuáles son, si acaso está juzgado o en un procedimiento. La Secretaria Autonómica finaliza su intervención argumentando que “la presunción de inocencia se presume en nuestro país”. “No se está intentando solo cancelar ideas sino cancelar personas”, concluye.
En efecto, la prohibición de contratar a Plácido Domingo, además de eliminar su nombre del Centre de Perfeccionament y finalizar cualquier colaboración pública con él fue una iniciativa política del entonces Conseller de Cultura Vicent Marzà, en respuesta a las diferentes acusaciones públicas y anónimas de nueve mujeres, publicadas tras una rigurosa investigación por la agencia Associated Press, que le valió al cantante también la rescisión de todos sus compromisos con diferentes instituciones musicales en Estados Unidos.
Finalmente no hubo procedimiento judicial alguno. Ninguna mujer le denunció ante un tribunal ni él las llevó a ellas por calumnias. De hecho, llegó a disculparse en un comunicado ambiguo; más tarde volvió a defender su plena honorabilidad. Algunos de los casos no podían ser judicializados porque habían preescrito.
Más tarde se sumaron otras once acusaciones. El sindicato American Guild of Musical Artists sí hizo una investigación en la que entrevistaron a 55 personas, de las cuales 27 reconocieron conductas inapropiadas y otras 12 afirmaron conocer las conductas inapropiadas del tenor.
El Botànic asumió el terremoto buscando ser los que dieran la respuesta más contundente. Controlando la mayoría del Patronato de la Fundación del Palau de Les Arts, que controla la gestión del auditorio, finalmente se firmó la orden. El Teatro Real de Madrid, sin embargo, siguió contratándole y el público le siguió aplaudiendo.
En todo momento, Jesús Iglesias Noriega, director artístico de Les Arts al que se le ha preguntado en diferentes ocasiones, se remite a la decisión tomada por el órgano competente, que él debe acatar en todo caso.
Con la misma voluntad política con la que se cortó lazos con Domingo, ahora el Consell podría traerle de vuelta. Preguntada a la Conselleria si esta opción está encima de la mesa, esta recuerda que las palabras de Añó “han sido un opinión personal”, pero que “no se descarta que ante una persona que es formalmente inocente se podría restituir su nombre”.