VALÈNCIA. El metraje no es un aspecto a destacar en una película. Si la narración fluye, importa poco si el mensaje se transmite en 15 o 150 minutos. Sin embargo, Piscina es una de esas cintas que nos animan a celebrar que el mejor festival de mediometrajes del mundo se celebre en València. La obra del brasileño Leandro Goddinho nos aboca al drama vivido entre dos mujeres jóvenes en un lugar incapaz de entender su libertad. Incapaz de aceptar tanta verdad. Una historia que sólo puede sobrevivir en una piscina vacía, donde muebles y recuerdos acolchan el encuentro de un universo de secretos guardados durante más de medio siglo y destapados en apenas unos instantes.
una cinta sensible, estética, íntima y necesaria
Piscina también es una fábula sobre el peso del tiempo, en la que unos segundos parecen atrapar más de una vida. La sinceridad de sus actrices protagonistas (Luciana Paes, Sandra Dani, Carolina Bianchi, Marcela Fetter) traslada al espectador a momentos de gran intensidad, con una fotografía y una dirección de arte impecables. En ambos trabajos hay momentos de lirismo geniales sin que el proceso de los personajes se interrumpa por ello.
Pero Goddinho va mucho más allá con la capacidad de condensar un sinfín de aristas en la historia de las mujeres a las que apenas muestra. El pasado va ser mucho más crudo y va a liberar un ámbito poco descrito: el lugar de los homosexuales ante la crueldad despierta durante un conflicto bélico. Ese lugar es la II Guerra Mundial y la Alemania nazi y Brasil se vuelven a cruzar en esa compleja ida y vuelta entre sus habitantes tras el colapso de Europa.
No obstante, todas esas son verticales que se abren desde la historia de amor a cada minuto. Ninguna ventana abierta devalúa una cinta sensible, estética, íntima y necesaria. Una de las representantes sudamericanas del festival que opta a ganar, pero sobre todo a emocionar al público de la Filmoteca (Sección Oficial: viernes 17 de noviembre a las 20 horas; jueves 23 de noviembre a las 18 horas).