A los márgenes de otros conflictos enraizados como el de la paella, emerge un problema: la mala calidad del zumo de naranja local
VALENCIA. En los últimos quince días una tarea entre el hedonismo y el terror: ir a establecimientos de comida y asueto en la ciudad de Valencia y pedir zumos de naranja. No una cata de zumos, que hubiera sido un acto absurdo y descafeinado, sino una ingesta concienzuda y completa. Al mismo tiempo toda una retahíla de preguntas en torno al líquido naranjero dirigidas para quienes trabajan con la naranja, para quienes la huelen. Y ante ello una reacción unánime: “Es una vergüenza”, “no entiendo cómo pasa”, “hace mucho daño”, “incomprensible”.
Lo que podría parecer un informativo de Pedro Piqueras es en cambio la descripción para un uso cotidiano en la ciutat, tomar zumo de naranja, acto desacreditado. Valencia, Valencia, tenemos un problema. A los márgenes de la paella se ha ido larvando el mal zumo. Y nadie sabe cómo ha sido. O tal vez sí.
Sábado por la tarde. Temporada taronja. Paseo de la playa de la Patacona, sol y palmeras. Uno de las últimas incorporaciones hosteleras desde el pasado verano oferta buen rollito mediterráneo, vida sana, cultura costera. “Un zumo de naranja, por favor”, “los zumos que tenemos son de bote”. ¡De bote! De bote a pesar de que a una distancia de pequeño paseo surgen los naranjos.
“No tiene demasiada justificación que sea difícil encontrar zumo de naranja natural”, cuenta espantado el agricultor Enric Navarro, empresario y miembro directivo de Mercavalencia. “Con la horchata era entendible por la dificultad para que los establecimientos la produjeran, porque era costosa, pero Zumex y Zummo, que son de aquí, ya tienen tecnología de sobra para que sea más que asequible”.
Martes frente al palacio del Marqués de Dos Aguas. El rococó se desparrama ante los ojos como si la urbe se pavoneara seductora. Paradisiaco, todo paradisiaco. “Un zumo de naranja, por favor”. Y de repente el clímax se derrumba. Una sustancia anaranjada de difícil ingesta a cambio de tres euros y pico. ¿Es que no es Valencia país para taronges?
“En Andalucía, en cualquier bar de carretera, te encuentras con un aceite buenísimo: ¿Por qué no pasa aquí lo mismo con el zumo?”, pregunta Navarro. Bien, vamos a por las razones.
Resulta insólito que en territorio naranjero sea tan inmenso el desconocimiento en torno a la naranja, tan limitada su difusión, tan escueto el fervor. “Sería fantástico poder ver en la carta de cualquier local zumos de naranjas de distintas variedades, porque precisamente lo mejor de la citricultura valenciana es la variedad, y no llega a los establecimientos”, explica Enric Navarro.
Jueves de febrero en el entorno de la Lonja. Terraza, calma inmensa. El corazón de Valencia. El Mercat Central más allá. “Un zumo de naranja, por favor”. “No tenemos, tiene que ser de melocotón o piña”. ¡Ay!
El agricultor Héctor Molina (divulgador bien concienzudo) eleva la causa: “tiene que ver con el desconocimiento que tenemos por los productos de proximidad. No tenemos nivel de exigencia ni tan siquiera con los alimentos de los que somos productores. Por eso queremos consumir cítricos incluso en meses de verano cuando aquí no es temporada y las naranjas son del hemisferio sur”. Una cosa, se intuye, lleva a la otra.
Ruth Boeto, alma mater de Muez, núcleo bon vivant en la Plaça del Mercat, alude a la temporalidad: “En el caso de una bebida tan emblemática para Valencia como es el zumo de naranja, que lo que sirvamos sea un producto de temporada y de proximidad cobra todavía más importancia. Hemos probado varios proveedores y nos hemos quedado con dos que cumplen esas características y cuyas naranjas nos gustan especialmente. Uno de ellos (el que a mí más me gusta) nos trae naranjas de mesa, porque no produce de zumo, y siempre me dice "Qué pena que gastes unas naranjas tan buenas para zumo". Lo que más nos cuesta es hacer entender a parte de la clientela que el zumo de naranja es un producto estacional, y que sólo vendemos zumo de naranja natural en temporada, más o menos de diciembre a marzo, según el año. Mucha gente viene en verano pidiendo zumo de naranja y nos pone una cara un poco rara cuando decimos que no tenemos, que no es temporada; en la mayoría de cafeterías se sirve zumo de naranja todo el año”.
En el WhatsApp ya hay un emoji para la naranja, entre la sandía y el limón. Entonces únicamente falta que de ella corra el buen zumo y que tomar uno en Valencia no sea una prueba de obstáculos.