O qué es lo que tienes que reservar para disfrutar de un verano eterno en las Pitiusas
¿Ya de vacaciones? Quizás eres uno de los afortunados que las coge en julio o puede que esperes a hacerlo en agosto e incluso septiembre. No importa, porque estas líneas te sirven para cualquiera de los meses venideros.
Siendo de la terreta, ¿puede haber algo más fácil que montarte a un ferry y plantarte en las Baleares? A mí me parece el planazo veraniego, ya sea para pasar un día -el fast ferry solo tarda dos horas y media- o para unos cuantos. Y más si te llevas tu propio coche, que te ahorra estrés y dinerito al llegar a las islas. Solo un ratito por el Mediterráneo nos separa de Ibiza y Formentera, esos paraísos a los que nos escapamos para alejarnos del mundanal ruido.
Que también puedes tener ruido, pero no es de lo que vamos a hablar aquí. Eso se lo dejamos a otros. No nos oirás hablar de beach clubs estridentes con saxofonista incluido, sino más bien de estos restaurantes que sí, que valen la pena e incluso el viaje. Y concretamente en Ibiza, los hay a patadas. No son todos los que hay, pero sí un buen compendio de direcciones para no fallar.
La visita a Jondal de Rafa Zafra es obligatoria, así como tomar un arroz en S'Espartar o Port de Balansat, comerte un bullit de peix en El Bigotes y una sardinada en el Aquarium de Cap Blanc. También tomar vinos naturales a pie de playa en Nudo o con vista a las montañas en Casa Lhasa, probar la cocina con tintes franceses de Es Terral o deleitarte con una de las mejores barras de sushi de la isla, la de Omakase by Walt y la cocina peruana de Omar Malpartida en Maymanta.
¿Y la isla en clave alta cocina? En sus tres estrellas Michelin, la de La Gaia capitaneada por Óscar Molina, la de Etxeko de Martín Berasategui y Paco Budía y la de Es Tragón, de Álvaro Sanz, el restaurante con ADN mediterráneo que basa su concepto en la reinterpretación de recetas antiguas. También la isla es la protagonista en los menús de David Grussaute en Unic. La suya es cocina de Kilómetro 0 puro y duro, poniendo en la mesa mucho producto de la despensa ibicenca, desde el porc negre al trigo xeixa o uno de los tesoros del mar Balear, la posidonia, con la que elabora un dashi con gamba roja ibicenca. Muchos mimbres y alta cocina a la que tener el ojo más que echado.
Más direcciones. Esta dicen que es uno de los secretos mejor guardados de la isla y es que en en el noroeste de la isla, en Sant Miquel de Balansat y en el interior, está el hotel boutique Ca Na Xica, rodeado de árboles y olivos milenarios. Allí es donde se encuentra otro portento, el restaurante Salvia que capitanea el chef Pablo Carrizo, que tras pasar por las cocinas de grandes como Quique Dacosta, elBulli o Carme Ruscadella, ha apostado aquí por la cocina del Camp d'Eivissa, que es como llama a su menú. Con lo vegetal como protagonista, elabora platos como un hinojo local con vichyssoise ahumada con alioli de estragón, puerros a la brasa con queso de Mahón o calabaza ibicenca escabechada.
También ha desembarcado en la isla Tomás Abellán y lo ha hecho en Casa Linda, ubicado en el hotel Jardines de Palerm. Tras consolidar Casa Luz y Bar Alegría, da el salto a las Baleares con una propuesta honesta en la que busca que “la gente se sienta en casa, deguste productos locales en un entorno único y disfrute de la energía de la isla”, tal y como afirma el propio Tomás. Ensaladilla de king crab, un refrescante tartar de tomate, un ssam de cordero con sabores de Middle East o la tortilla abierta con gambita y su coral, son algunas de las opciones de la carta.
Otro cantar es Formentera. ¿Quién quiere irse a mil horas de avión de distancia teniendo el paraíso tan cerca? Porque esas playas y ese agua, la tienen otros sitios, pero lo que no tienen es lo que ofrece el Mediterráneo. Pues bien, quitando chiringuitos que te hacen el descalabro en la cuenta bancaria, la isla tiene muchos alicientes en materia gastronómica.
Los hay clásicos, como Es Caló, Es Molí de Sal o Can Rafalet, para comer con vistas al azul infinito. También otros más nuevos que, respetando la tradición, la llevan a lo más alto, como ha sido el caso de nada menos que tres espacios de Nandu Jubany. El catalán atesora Can Carlitos, Es Còdol Foradat y Aigua e Aire, que tiene además un colmado con el sello del chef.
No menos interesante es Fandango (en la playa de Es Pujols) el proyecto gastronómico de Ricardo Arambarri (vinos Vintae), Francisco Larrey, Nacho Díaz e Isabel García. Buen producto, buenos vinos y buena vibra.
La gran novedad es la de otro catalán, Carles Abellán, que además de estar frente a Tapas 24 o estrenarse como director gastronómico del Grupo Manero, abrió en 2022 CasaNatalia. Y lo hizo como ese lugar en el que uno se siente en casa, quizás siendo esta su apuesta más personal, con él en la cocina y su mujer Natalia Juan en la sala. La cocina apuesta por el picoteo, con puntitos de cocina catalana y productos de la isla, que se resuelven en platos como la famosa ensaladilla de Tapas 24, las croquetas de pollo rustido o su versión del bikini.
Se surte además de huevos de Formentera para preparar sus estrellados sobre patatas y butifarra catalana o la fritá de langostinos de Sant Carles y también de calamar de la isla que prepara con cebolla confitada y salsa ligeramente picante. Y lo mejor es que puedes terminar el día en su bar musical, Charly's Bar con música de la buena, la de los 70 a los 90, que tiene hasta un karaoke.
El otro es el nuevo proyecto de Valentín Sánchez Arieta tras Al Tun Tun y Valen&Cia. En nada abre Jaleo, su primera incursión en la isla tranquila, concretamente en Sant Francesc de Xavier. El verano es fabuloso en las Pitiusas, ¿verdad?