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exDE LA CULTURA A LA ECONOMÍA

La ruta (o el reto) de la Seda: un proyecto para hilar fino

¿A falta de Corredor Mediterráneo, Corredor Patrimonial?

10/01/2016 - 



VALENCIA. Xian, mayo de 2015. El coordinador en España del Programa UNESCO Ruta de la Seda, el diputado valenciano del Partido Popular en el Congreso José María Chiquillo, defendía la candidatura de Valencia para acoger en 2016 la reunión del II Encuentro Internacional de la Ruta de Seda. Para ello se apoyaba en el vídeo superior, un híbrido que muestra a las claras la vinculación de los dos sujetos protagonistas en esta suerte de "corredor patrimonial": la cultura y el negocio.

Aunque Estambul y Teherán también eran candidatas, Valencia se impuso a las capitales de Turquía e Irán y recibirá entre el 9 y el 12 de junio a los 33 representantes de esta alianza comercial estructurada en un hecho histórico-cultural. Esta reunión junto a la visita de seis de esos representantes entre el 17 y el 19 de marzo, en plenas Fallas, suponen los dos hitos diplomáticos que se integran en el proyecto Ruta de la Seda que depende -defiende y coordina- la UNESCO desde Valencia, con la supervisión y control de su sede en París.

El conclave de marzo, por cierto, se espera que sea decisivo para la deliberación que incluya a las Fallas como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. El veredicto se conocerá en noviembre de este mismo año y los miembros de la UNESCO que visitarán la ciudad y su principal fiesta llegarán desde China, Corea del Sur, Irán, Omán, Turquía y España, que estará representada por el propio Chiquillo. Es una prueba de fuerza, "decisiva" según los implicados, ya que aunque el fallo se espera desde hace años ahora se presupone un objetivo de éxito para toda esta estrategia turístico-comercial-cultural.

La cultura del dinero

Bajo el lema "Diálogo, diversidad y desarrollo", seis países tan dispares se encuentran para generar "encuentros bilaterales" con una marcada intención "porque las empresas promuevan espacios de encuentro comercial", señala a Valencia Plaza. La desaceleración económica global iniciada en el año 2008, sea tan cíclica como la casuística electoral asegura o tan duradera como se extrae del crudo y reciente Estado de crisis (Zygmunt Bauman y Carlo Bordoni. Paidos, 2015), ha encorsetado a la cultura en la necesidad de la generación de riqueza capital. La creación, per se, apenas cuenta con espacios de comunicación al gran público en los medios y museos, patrimonios tangibles e intangibles, músicos, pintores, etcétera, miden su aportación a la humanidad en cifras redondas.

No obstante, si la cultura es según la Real Academia Española de la Lengua, antes que un hecho creativo, un "conjunto de modos de vida y costumbres", sería difícil entender cómo es el pueblo valenciano si se le priva de lo que el comercio trajo desde Oriente desde hace 2000 años: arroz, porcelana, pólvora, cera y hasta el abanico y el catxirulo, entre muchos otros bienes. De vuelta a las reflexiones de Bauman en Trabajo, consumismo y nuevos pobres, es el sistema econcómico el que impone defender la creación de un vínculo transnacional a partir de relaciones comerciales, desdibujando en su comunicación y en su defensa otros valores, como los dos primeros que incluye el claim de la Silk Road: diálogo y diversidad.

Ni Alejandro Noguera, vicepresidente de UNESCO en Valencia y coordinador del proyecto Silk Road para la ciudad, ni Chiquillo ocultan la intencionalidad de crear "un corredor patrimonial", en palabras del segundo: "cada vez más son los valores turísticos los que influyen a la hora de establecer conexiones y conocimiento con respecto al valor productivo de un país. De hecho, nuestra intención es que la Organización Mundial del Turismo se integre en este proyecto", apunta el primero. El objetivo de generar un turismo para la zona no low cost también se considera.

De esta forma, la cultura, la tradición, el patrimonio y la historia (con la pe y la hache minúsculas o mayúsculas según quien lo diga), servirá en esencia para aproximar a inversores de los citados países, así como de algunos recurrentemente citados, como Kazajstán, corazón de la propia ruta. La reunión de diplomáticos, empresarios y homólogos, en un conglomerado que por el lado valenciano incluye la participación de la Agencia Valenciana de Turismo (Generalitat Valenciana, principal inversor del proyecto), la Diputación de Valencia, la Universitat de València, la Cámara de Comercio Valencia, la Fundación Hortensia Herrero y, por supuesto, UNESCO España y Valencia, busca enraizar nuevas relaciones comerciales.

Una inversión "inicial" y un programa a la espera

Fotografía tomada el día de la declaración institucional con motivo de la Ruta de la Seda en Les corts, con el president de la cámara Enric Morera (al centro) y José María Chuiquillo (segundo por la derecha)

El doble ciclo electoral del pasado año, factor que ordena sorprendentemente el desarrollo de los pueblos, lastró las posibilidades de llegar a 2016 con un programa claro para la Ruta de la Seda en Valencia. Así se desprende del programa inicial presentado por UNESCO, que presentado en gran medida aunque no al completo, se apoya para la ciudad sobre hitos que estaban en la agenda antes de que este se lograse. Por ejemplo, la incursión de las Fallas como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO (donde ya está el Tribunal de las Aguas de Valencia y tras casi 400 reconocimientos previos de este tipo en el mundo) o la reapertura del Colegio Mayor de la Seda, rehabilitado con la financiación privada de la Fundación Hortensia Herrero, o la suma del proyecto a la V Cabalgata del Año Nuevo Chino, coordinándose con el activo Instituto Confucio de la Universitat de València. 

Chiquillo defiende que "no es baladí y hay que poner en valor para Valencia" lo que supone la reunión de los representantes de este organismo dependiente de la Organización de las Naciones Unidas. Allí se van buena parte de los recursos obtenidos desde la Generalitat Valenciana -ahora detallados-, en conceptos de gestión y producción de los eventos, incluida la XII Multaqa de las Tres Culturas que se celebrará simultáneamente en Valencia al cónclave de junio. 

Los recursos económicos con los que se ha ido enarbolando el proyecto se pueden dividir, hasta el momento, en tres inversores y cantidades. La principal y primera apuesta de la Generalitat Valenciana y de la AVT, que destinará 400.000 euros a la incursión de Valencia en la Ruta de la Seda y la celebración de los citados encuentros y demás actividades. Actividades que, desde la Administración, se resolverán en las próximas semanas, con el dead line que marca la feria del turismo Fitur donde estará presente esta apuesta para el sector. 

De esos 400.000 euros, entre 160 y 180.000 euros están destinados a UNESCO, para que organice los encuentros citados y otra serie de actividades detalladas en este enlace. Las que sí son del todo novedades son las tres siguientes: un recordatorio en el barrio de Velluters que sirva como símbolo físico del lugar más occidental de la Ruta de la Seda, aunque tampoco está concretado (se "plantea su instalación"); un ciclo de 14 conferencias impulsadas por la Librería Patagonia; y dos exposiciones enarboladas en torno a los recursos del Museu L'Iber de soldaditos de plomo, el más grande del mundo.

Esta última propuesta pertenece a un presupuesto separado que trata de aglutinar Noguera a partir del fondo de inversión Libertas 7, del que es representante a su vez que es el principal gestor del citado museo. Las dos exposiciones ad hoc serán, una primera en el mismo museo, rememorando diferentes escenas de la Ruta de la Seda, "desde Xian" hasta recrear "una Ofrenda a la Virgen de los Desamparados"; y una segunda llegará en torno al mes de noviembre, con una exposición ampliada al respecto y para la que "se esculpirán piezas exclusivas", apunta Noguera. Se espera, tal y como se ha asegurado a este diario, que el ilustrador valenciano Paco Roca dibuje un 'mapa patrimonial' para tal efecto.

La aportación estatal y el factor China

El peso de China en las declaraciones de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO

Además de la aportación de la Generalitat Valenciana (de forma destacada, la más cuantiosa) y de lo que recabe Libertas 7 para este fin, la tercera de las aportaciones llega del Gobierno de España a través del Ministerio de Cultura. La enmienda presentada por el propio Chiquillo a los Presupuestos Generales del Estado logró recabar 20.000 euros para este proyecto, una alejada de la importancia que por parte de sus impulsores se le da a la magnitud cultural y comercial del mismo: "es un momento malo para las economías, especialmente para la autonómica. Entendemos que es una inversión inicial porque queremos continuar con el proyecto los próximos años", apunta Chiquillo. De hecho, el proyecto discurre bajo la nomenclatura documental 'Valencia Ciudad de la Seda: Estrategia de la Comunidad Valenciana en la Ruta de la Seda 2016-2020'.

La organización, no obstante, "no tiene duda de que el Ayuntamiento participará de esta iniciativa". No obstante, por el momento sólo la AVT y el Ministerio citado han concretado sus cifras, en un año de actividades que cuentan con "el mandato" y la coordinación de UNESCO en París. Los implicados, por su parte, aseguran no percibir ninguna remuneración económica por su aportación al proyecto Valencia Ruta de la Seda como "corredor patrimonial", un término expuesto por Chiquillo. Él mismo, el presidente del Centro UNESCO Valencia/Mediterráneo, José Manuel Gironés, su vicepresidente (Noguera) y la consultora internacional de la ONU comisionada en Valencia, Annick Thebia, conforman el core y equipo del proyecto en esta organización. El director del Instituto Confucio, Vicente Andreu, y el director de la Librería Patagonia, Fernando Sánchez-Heredero, conforman una segunda línea de trabajo destacado, aunque Chiquillo destaca a este diario la atención e interés mostrado por el secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer.

No cabe pasar por alto que ha sido China el país que más ha invertido en la creación de esta Ruta y en sus eventos, caballo de Troya para un diálogo comercial, político y social derivado de su apertura en estos ámbitos y que combate la denuncia perpetuada en el tiempo por organizaciones como Amnistía Internacional o Greenpeace en materia de Derechos Humanos y ecología. El 'gigante amarillo', país más poblado, tercero en superficie, principal exportador e importador mundial y segundo según su PIB y su gasto militar, está interesado en generar actividad y relaciones a través de esta ruta de Oriente a Occidente. Noguera señala a este diario por su parte que China "necesita equilibrar las distancias sociales que hay entre su población de las regiones interiores y de las costas y esta es una acción más, de importancia, dentro de otras que ya están favoreciendo ese proceso de generación de una economía productiva de mayor rendimiento en esas zonas".

El interés de China en ocupar espacios de trabajo diplomático y en los citados sentidos se deja notar a través de la UNESCO, muy en la línea de la realpolitik. De hecho, desde que en 2008 la organización "para la Educación, la Ciencia y la Cultura" derivada de la ONU - donde tiene derecho a veto en el Consejo General- generase una lista de reconocimiento a los patrimonios inmateriales, es China la que mayor número acumula (38), seguida de lejos por Japón (22) y Corea (18). En Europa, España es el país líder en estos reconocimientos (15), seguido Francia y Croacia, con 14 cada uno. La posición geopolítica y los citados intereses mencionados en el caso chino no son distintos para los países que visitarán ex profeso Valencia (Irán, Omán y Turquía), quizá con la salvedad de la muy occidentalizada y aún más desarrollada Corea del Sur.

El proyecto nace con una inversión experimental si se tienen en cuenta las expectativas en un sentido comercial que se le atribuyen, eso sí, como efecto inducido y entre intereses empresariales privados y bilaterales. Thebia, supervisora del proyecto en Valencia, apuntó en la presentación del programa que esta "nueva ruta de la seda relanzada por la UNESCO va ser fundamental en los intercambios internacionales". Cabe preguntarse si, de no haber llegado la inversión de la Generalitat y el empeño de UNESCO Valencia,  todavía no se habría subsanado el incomprensible error documental no haber incluido a la ciudad en la Silk Road. Cabe esperar en el periplo 2016-2020 un retorno material, sin que la idea inmaterial de partida invite a pensar que éste sea difícil de cuantificar. Hasta que no se concretó esta participación activa y económica de las instituciones (a falta de que el Ayuntamiento de la ciudad se pronuncia al respecto), el mapa se congelaba en Venecia, aunque recientemente y en su formato interactivo llega hasta la capital del Turia. 

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