VALENCIA. Como sucediera con el surrealismo o el informalismo, aquellas imágenes aparentemente ajenas a la realidad son precisamente las que sirven como ariete para golpear lo establecido. La publicidad, el retrato y los fantásticos fotomontajes de Grete Stern se exhiben hasta el próximo 3 de abril en el IVAM, muestra de la mayor convicción y el activismo más agudo por la defensa de la mujer frente a su gravosa posición en la sociedad.
La Stern de los años 30 del pasado siglo en Berlín, la de los 40 y 50 en Argentina o la documentalista en los 60 desde el Gran Chaco. La genial creadora de origen alemán, a partir de la publicidad y el diseño editorial en sus inicios, más tarde con la base solvente de un salario -en la biblioteca del Museo de Bellas Artes de Buenos Aires- y dando rienda suelta a las posibilidades del fotomontaje, construyó un discurso feminista de lo más contemporáneo.
En al exposición comisariada por María Jesús Folch, Stern influye y es parte de las corrientes intelectuales, conectando en su madurez con Simone de Beuvoir, especialmente de las que se establecen en América Latina en la década de los 40. Casada una vez llegada al huir de la guerra con Horacio Coppola en Buenos Aires, en la exposición destellan los geniales fotomontajes para la revista Idilio, quizá también la cara más conocida de Stern en el mundo.
La exhibición del IVAM, 20 años después de que el mismo centro recogiera parte de una obra que pasó a poseer en sus fondos, ayuda además a entender cómo trabajaba (con cartones, diferentes planos, escenificación y producción de la foto final) esa creación de imágenes imposibles, con una mujer protagonista. El psicoanálisis, de tan profunda huella en la Argentina posterior al conocimiento de Freud y Jung, sirvió como excusa para que Stern cuestionara a la sociedad argentina -de forma inconsciente para ésta- qué sucedía con la mujer en la realidad.
Y para ello, irrealidad aparente. En la citada revista, sus fotomontajes acompañaban a una sección de cuestionario publicada semanalmente llamada El psicoanálisis le ayudará. Por si fuera poco, el enfoque de la publicación era el de las mujeres que, además, vivían en una sociedad iconizada por una Eva Perón tan influyente como incapaz de concebir a la mujer lejos de la faceta gestante, criadora y subrogada al hombre.
Ya en sus inicios, cuando fundó en Berlín junto a Ellen Auerbach una agencia de publicidad, Stern mostraba a ala mujer caricaturizada frente a su realidad proyectada por el hombre, a su antojo. Ambas "desmantelaron el concepto de feminidad y de los roles de género tradicionales a través de sus anuncios publicitarios y fotografías", asegura Folch.
La exposición
De la etapa berlinesa a la vida en Argentina, la exposición reúne de forma presencial 61 obras de Stern, que incluyen 10 fotografías, dos proyecciones, libros, un documental (como punto de partida), una película de Ellen Auerbach, amplia documentación y los 46 fotomontajes de la serie Sueños, donadas al IVAM por Silvia Coppola, su hija, después de la citada exposición en el centro valenciano.
"Grete Stern es uno de los ejemplos más claros de modernidad y compromiso" por su calidad fotográfica "encomiable" y su planteamiento "sobre aspectos fundamentales de su época, como la representación de la mujer", ha dicho el director del IVAM, José Miguel García Cortés.
"Para el IVAM era fundamental incidir en la significación e importancia artística y cultural que tiene la obra de esta creadora, y entendemos que es básico que las nuevas generaciones tengan la oportunidad de descubrir a Grete Stern y profundizar en su obra", ha continuado Cortés.
