VALÈNCIA. Siete años entre concurso, litigios y rupturas. Así ha terminado el vía crucis que la antigua Estación Marítima ha pasado hasta encarar la apertura de un hub tecnológico el próximo verano. Esta misma semana se daban a conocer dos cuestiones clave para el espacio: su fecha de apertura y que Startup Valencia decidía desvincularse del proyecto al no asumir la gestión del espacio, como esperaban cuando lideraron la propuesta del espacio.
El pistoletazo de salida a la historia tecnológica de la antigua Estación Marítima empezó con el empresario valenciano Jon Fatelevich. Éste fue el primero quien, a través de la empresa tecnológica valenciana Cirkuit Planet, presentó un proyecto bajo el nombre de Valencia Tech City, que pretendía ser sede de Startup Valencia y albergar compañías consolidadas. El espacio, que fue utilizado como zona de prensa en la America's Cup y la Fórmula y cuyo camino iba hacia el derrumbe, levantó el interés de más propuestas, lo que supuso que éste tuviera que salir a concurso.
Fue en noviembre de 2017 cuando se anunció la licitación tras conocerse que CF04Startups Limited, liderada por Phil Riordan, y la firma Crestline Investments Spain, avalada por Pep Gómez, también tenían interés en levantar su iniciativa en el espacio. Sin embargo, tras abrirse el concurso, solo dos presentaron su proyecto. Valencia Innovation District, liderado por Startup Valencia y con el respaldo de Caixabank, y Valencia Innovation Bay, impulsada por la compañía belga Fosbury and Sons, que contaba en València con Violeta Garín como local manager en València.
Fue en agosto de 2018 cuando se abrían los sobre con las ofertas planteadas. Los representantes de la candidatura ya habían presentado sus proyectos ante un comité de expertos, formado por representantes de las tres administraciones públicas: delegados del catastro (Ministerio de Hacienda), del IVACE (Instituto Valenciano de Competitividad Empresarial) y de la fundación municipal València Activa. Aunque el proyecto técnico planteado suponía un 50% de la valoración -donde entraban apreciaciones subjetivas-, la oferta económica suponía el otro 50%.
El proyecto de Valencia Innovation District superaba la oferta técnica, pero Fosbury lo hizo en la económica, con una propuesta de la que se cuestionó su validez por el tipo de canon. La belga propuso un canon escalonado, que dividía en su propuesta la cuantía de los pagos en tres fases: del mes 7 al 12 un pago mensual fijo de 15.250 euros, el segundo año de concesión un importe mensual fijo de 20.950 euros y a partir del tercer año el importe mensual fijo ascenderá a 26.650.
A ésta sumaba un canon variable del 1% sobre los ingresos de Fosbury & Sons Valencia a partir del año fiscal 2020. Mientras, la oferta de Valencia Innovation District era de 15.833 euros mensuales durante toda la concesión. Una situación que llevó a VID a recurrir la decisión por la imposibilidad de aplicar la fórmula matemática prevista en los pliegos para calcular el canon de su rival de forma directa.
En mayo de 2021, el juzgado de lo contencioso-administrativo número 2 de València tumbaba la adjudicación de la antigua Estación Marítima a Fosbury & Sons. Tras alegaciones previas a la vía judicial y un recurso de reposición, que fue denegado por el consejo rector del Consorcio Valencia 2007, finalmente fue la Justicia quien decidió que la adjudicación no era correcta.
La anulación devolvía el proceso a la fase previa a la adjudicación lo que suponía que, si sobre la mesa había dos ofertas, debería valorarse aquella que quedó descartada y, en principio, única candidata a adjudicarse la gestión. Fosbury decidió recurrir la sentencia al Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, pero la empresa al final decidió retirarla tras entrar en dificultades financieras.
Como publicaba Valencia Plaza, Fosbury's Mom NV, matriz del grupo de empresas de coworking con la marca Fosbury & Sons, se declaraba en bancarrota. La retirada de la sentencia supuso que VID fuera la adjudicataria. Sin embargo, el proceso se alargó debido al proceso de liquidación del Consorcio Valencia 2007 tras la condonación de la deuda del Estado. Fue ya en marzo de 2023 cuando el Puerto de València, quien asumió el proceso y adjudicó el espacio a la propuesta valenciana.
Ya fue en el mes de febrero cuando los inversores de la sociedad que está levantando el espacio decidieron designar a Paloma Mas como directora del espacio. Cabe recordar que tras él se encuentran empresarios como el fundador de Kaiho Capital, Quique Calabuig; el fundador de Zubi Group, Iker Marcaide; el CEO de Âttrim Technology Group, Raúl Mir; el arquitecto e ingeniero industrial del proyecto, Ricardo Orts; la fundadora de Health in Code, Ángela Pérez; la fundadora de Inversiones l'Anella, Isabel Úbeda y Startup Valencia, la asociación del ecosistema startup de la Comunitat Valenciana.
Fue días después de la presentación de las obras del espacio a la prensa cuando Startup Valencia, quien había encabezado el proyecto a nivel técnico, adoptaba de unánime por la Junta Directiva de Startup Valencia su desvinculación del espacio debido a la falta de acuerdo para concretar la participación de la asociación en la gestión del proyecto. Éstos presentaron la dimisión del representante de Startup Valencia en el órgano de administración de la sociedad, en la que la asociación se mantiene como socio. Sin embargo, la voluntad del ente era gestionar el espacio y que fuera su sede, algo que finalmente no han acordado con los financiadores del proyecto.