escapadas hedonistas

Toledo pre-navideño

Esta joya del territorio patrio, se engalana previa a la Navidad y nos da numerosas razones para volver a visitarla.

8/12/2023 - 

Mis recuerdos de Toledo son de hace muchos años. Vivía todavía en València y era una escapada frecuente familiar. Lo que más recuerdo son las tiendas de espadas y armaduras, así que cada vez que vuelvo a pasar por delante de una, algo se mueve en mi interior. Recuerdo que en casa mis padres tenían dos. Menudos souvenirs los de antaño.

Toledo es una joya. Ese momento en el que vas atravesando llanuras y de repente aparece su silueta, siempre tiene algo de místico. Se empieza a adivinar las formas de sus grandes edificios como el Alcázar o la Catedral. Y lo mejor, es que en un mundo en el que la gentrificación de las ciudades es la reina, esta sigue teniendo ese aire de ciudad de otra época, con un centro histórico que sigue siendo de los peatones -no se te ocurra intentar entrar en coche si no quieres quedarte estancado entre dos muros-. 

También es cierto que la calle del comercio ha sucumbido a lo que todas las ciudades tienen. Que si un Druni, que si un Ale-hop o un Tiger. No falta ninguna. Pero no se lo tendremos en cuenta, porque todavía quedan sorpresas, recovecos y razones siempre para volver a Toledo. Y ya que estamos en modo pre-navideño, pues aprovecharemos para dar una vuelta por la siempre abarrotada plaza Zocodover, donde han montado su particular bola de Navidad gigante a la que puedes entrar o la plaza junto a la Catedral, la del Ayuntamiento, con su mercadillo navideño, en el que lo mismo puedes tomar un vino caliente, churros y dulces y hasta subir a los pequeños de la casa a su tiovivo de doble altura. 


Volviendo a Zocodover, merece la parada un emblema de la ciudad. Mazapán es a Toledo lo mismo que paella a València. Uno no es sin el otro. Y no es algo mainstream, sino que es la realidad, que aunque suene a tópico, aquí se hace el mejor mazapán de todo el territorio patrio (con permiso del que se hace para la mocaorà). Y ya que estamos a las puertas de la Navidad, pásate por el Obrador Santo Tomé y te llevas una cajita de su mazapán de Toledo calidad suprema. Las tienen variadas, tanto de las figuritas clásicas, como de pastas de piñones o almendras. Y si eres el encargado de llevar los dulces en Navidad, este año te ganas a tu cuñado. Seguro.


Además de preciosa, Toledo también es gastronómica. Entre visita y visita, no me perdería empezar con unos torreznos o carcamusas en el bar La Skala. Estas últimas, un plato típico de Toledo que se elabora con magro de cerdo, tomate y guisantes. También muy de ir a propósito son las del Bar Ludeña, así como su asadillo manchego, una versión del pisto con atún en aceite. 

Pero para descubrimiento gastronómico en el que empezar a celebrar, el del restaurante Clandestina de Las Tendillas. En una callecita apenas transitada y tras una fachada modernista, está esta casa de comidas que sin demasiadas florituras, es posiblemente, uno de los mejores restaurantes de la ciudad. José Manuel Gallego, su chef, pasó por casas como El Bohío, Azurmendi o Coque, así que de chup chup sabe mucho. Coge platos tradicionales y les da un toque. Y qué toque, porque la verdad es que está todo a muy buen nivel. 

Empezar con sus croquetas de leche de oveja y jamón ibérico es imperativo, así como seguir con la anchoa que acompaña con una mezcla de naranja y albahaca que funciona. Fantásticos también el canelón de morteruelo, aquí elaborado con conejo, foie y jugo de ratafia o las albóndigas de ciervo con tartufata y zanahoria. También trabaja con carrillera de atún rojo, presa ibérica adobada o un cochinillo deshuesado que cocinan a baja temperatura y acompañan de su jugo y berenjenas. Y de postre, aunque estés harto -o no- de verla, su tarta de queso. Yo lo siento, pero es ver tarta de queso y la cabeza se me va a ella directamente. La suya encima se coronó en 2022 como la Mejor tarta de queso manchego de España y la acompañan de un rico helado de miel.


La cercanía con grandes ciudades como Madrid hace que muchos solo vayan a pasar el día. Pero Toledo merece que hagamos noche y más si vamos desde València. Así que, ¿qué te parece estrenar hotel? La última incorporación a la oferta hotelera de la ciudad, ha sido el Áurea Toledo, el décimo integrante de la colección de hoteles singulares del Grupo Hotusa. Y lo ha hecho en pleno casco histórico, concretamente en el barrio de los Canónigos.

Más que solo un hotel, también podría ser un museo, porque mientras se ha ido rehabilitando, se ha encontrado aquí de todo. Lo que fuesen siete casas patio antiguas, se fue uniendo para convertirse en un hotel boutique de 66 habitaciones, que suma un pequeño spa y un restaurante que abrirá próximamente. 


Aunque aquí lo verdaderamente importante son sus habitaciones, porque dormir en las que todavía hay pinturas murales góticas y renacentistas conservadas, arcos de herradura o yesería califal, le da un toque más a una experiencia que trasciende el mero hecho de alojarse. Otras gozan de vistas a la Catedral e incluso al Alcázar, así que cualquiera de ellas, tiene un encanto que pocas superan. Es tan especial, que incluso los sábados organizan tanto para huéspedes como para no alojados, visitas guiadas con su restauradora para descubrir todos sus vestigios históricos. Siempre nos quedará Toledo.