MANUAL DIETÉTICO PARA PADRES

Tortazo al monstruo del azúcar que se come las meriendas de los niños

El nutricionista Ata Poramini presenta un libro ilustrado donde explica a los más pequeños cómo alimentarse de manera saludable sin abusar del componente dulce

24/02/2017 - 

VALENCIA. “Me llamo Baby Sugar y soy un grano de azúcar. La verdad es que ser yo no está mal, aunque a veces, sin querer, hago daño a pequeños y a mayores”. Con esta confesión arranca la historia del muñeco blanco al que ha dado vida Ata Poramini. El quiropráctico persa, afincado en Valencia, lleva años peleando por una alimentación saludable, pero ahora también se ha propuesto dotar de armas a los más pequeños. Y por ende a sus progenitores, principales combatientes en la batalla. Para ello se ha valido del arma más universal, el dibujo, en una obra cuyas ilustraciones han corrido a cargo de Javier Sepúlveda.

“Cada día en mi consulta veo a muchos niños con sobrepeso merendando bollería industrial o tomando chuches. Cuando advierto a los padres del peligro que esto supone para la salud, es habitual que se molesten”, relata Poramini. Esta realidad le ha llevado a recurrir a otro lenguaje para acceder a ellos. En el libro Baby Sugar, el niño dulce que se esconde en la comida, el experto se centra en los peligros del consumo de azúcares de fabricación industrial, elementos que abundan en los snacks infantiles. A través de las aventuras del protagonista, se relata la historia de la glucosa, sometida a tratamientos que han acabado por pervertirla y convertirla en la principal causa de la obesidad infantil en la actualidad.

Según datos del Observatorio de la Nutrición y de Estudio de la Obesidad de Aecosan, España es líder en obesidad infantil en Europa, pese a que el sobrepeso ha descendido del 26,2% de 2011 al 23,2% del año pasado. Un movimiento en favor de la salud se abre paso. Compañías como Nestlé ya se han puesto manos a la obra, hasta el punto de anunciar que eliminará 18.000 toneladas de azúcares de sus productos hasta 2020. La iniciativa privada viene acompañada de medidas públicas. A finales del año pasado, el Gobierno anunciaba el gravamen de los refrescos azucarados, algo que ya venía sucediendo en otros países

Poramini valora las iniciativas promovidas por colegios e instituciones, pero insiste en el papel esencial del ámbito doméstico. “Los actos puntuales no son tan importantes como el día a día. Esto hace a los niños sanos o insanos, obesos o saludables”, explica. Hay que empezar a concienciar desde la infancia sobre la nutrición, sobre todo a través de los hábitos de los padres. “Somos los adultos quienes debemos tener claro qué no llevar a la mesa, porque los niños no tienen los recursos suficiente”, argumenta.

Sin subterfugios, porque no existen trucos capaces de engañar al ojo del niño. “Todo se basa en no comprar los alimentos insanos y no ceder ante los caprichos infantiles”, insiste el experto. El liderazgo de los padres es el mejor repelente contra el monstruo.

Dudas razonables

¡Ni un Bollycao más! Para evitar que los más pequeños se obsesionen con el cuidado del cuerpo, lo que podría desencadenar algún trastorno posterior, es importante que los padres sean permisivos con determinadas conductas. “Se pueden tomar dulces, refrescos y helados, pero durante los fines de semana y en ocasiones especiales”, explica el experto. En esta categoría de excepcionalidad, por descontado, no se incluyen recreos.

Entonces ¿es admisible una hamburguesa, pizza y demás fast food de vez en cuando? “Mejor en casa, con carne picada por el tendero, incluso con la masa casera”, responde. Aunque tampoco se trata de poner en juego su integración en clase por no ir a una fiesta de cumpleaños, pese a que esta pase por las coronas de plástico y las piscinas de bolas. “Si lo toman en una ocasión así, estamos hablando nuevamente de la excepción”, precisa.

¿Hay que eliminar por completo el azúcar de la dieta de los niños? No, en absoluto, nunca. Lo más importante es tomar azúcar natural. No es tan difícil de encontrar: está en la fruta, la miel, los dátiles, las pasas... Alimentos con vitaminas, fibra y minerales. “Lo malo es el azúcar blanco, refinado, del pan blanco y los bollos”, aclara Poramini. En este sentido, tampoco es lo mismo comerse una tarta casera que una industrial. No hay los mismos aditivos ni colorantes en la receta de la abuela que en productos procesado.

¿Han muerto el almuerzo y la merienda? El experto en nutrición se muestra tajante: “No creo que sean estrictamente necesarios los almuerzos del recreo a partir de determinada edad”. ¡Bom! Considera que el refuerzo nutritivo puede eliminarse, a no ser que se realice un esfuerzo físico extraordinario que lo justifque. Ahora bien, ofrece alternativas para los padres incapaces de deshacerse de la preocipación. La energía de sus hijos estará a salvo con un plátano verde, una manzana o nueces; opciones mucho más interesantes que un bollo.

Alerta: alimentos peligrosos con apariencia de saludables. Los más tenebrosos son los zumos infantiles envasados, pero también los batidos enriquecidos o los “light” sin fundamento. “Luego están los que dicen ser ricos en Omega 3 cuando están llenos de grasa, por ejemplo”, recuerda Poramini. Los padres deben andarse con cuidado ante productos anunciados como saludables y naturales, que han sustituido los alcoholes del azúcar por otros elementos endulzantes. Son igualmente dañinos, cuando no más.

De vuelta a Baby Sugar

El pequeño grano de azúcar se dirige a otros pequeños como él para que no sufran las consecuencias de la falta de escrúpulos de los malos de esta historia. Unos villanos, que gracias a las nuevas recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, lo van a tener muy difícil. Si bien los organismos internacionales han emprendido la cruzada, restringiendo cantidades y condenando productos, ninguna ayuda es banal. Más allá de su contienda contra la publicidad de galletas, bollería, zumos, helados y precocinados, la batalla debe librarse en otros frentes. El principal, la cesta de la compra de cada hogar.