VALÈNCIA. Velázquez ha vuelto esta semana a ocupar titulares. Sí, sí, Velázquez, el genio sevillano. El de Las meninas. El mismo. Dos activistas del movimiento ecologista Just Stop Oil atacaban este lunes a martillazos la obra Venus del espejo, pieza que data de 1647 y que se expone en la National Gallery de Londres. Con un cristal protector como escudo, el ataque -que se perpetró con unos martillos de rescate de emergencia- obligó a la institución cultural a cerrar temporalmente la sala y retirar la pieza para analizar los posibles daños ocasionados por los jóvenes, de 20 y 22 años, que posteriormente fueron detenidos.
El ataque era un espejo del que hace más de un siglo llevó a cabo sobre la pieza la sufragista Mary Richardson, que en 1914 acuchilló la pieza de Velázquez con el objetivo de vengar la detención de Emmeline Pankhurst, un curioso aniversario a los que los propios activistas hicieron referencia en unas declaraciones compartidas por la propia organización Just Stop Oil. “La política nos está fallando. Le falló a las mujeres en 1914 y nos está fallando ahora. Emmeline Pankhurst dijo: tienes que hacer más ruido que nadie, tienes que ser más entrometido que nadie. No quiero estar aquí, pero no puedo seguir viendo cómo este gobierno nos falla a todos”.
Curiosamente, ambos ataques tienen una suerte de eco en València, pues actualmente la galería de arte contemporáneo Jorge López exhibe una obra de Cristian Segura inspirada en el atentado de 1914 a la obra de Velázquez. La instalación de Segura, que se ubica actualmente en el patio de la galería, fue inaugurada el pasado septiembre, una pieza que echa la vista atrás, a ese incidente de hace más de un siglo que “continúa siendo un evento impactante en la historia de la política y el arte, destacando la intensidad de las luchas sufragistas de aquella época”, explican desde la galería. La obra, en este caso, tendrá un final, pues será esta misma semana cuando cumpla con su carácter efímero y desaparezca, pues sobre ella se pintara de nuevo el muro.
El ataque a la obra de Velázquez no es una excepción. Hace un año también dos activistas lanzaban una lata de tomate al cuadro Los Girasoles de Vicent Van Gogh, exhibido en la misma National Gallery de Londres. Un puré de patata fue lanzado contra una obra de Monet ubicada en el Museo Barberini de Potsdam, en Berlín, mientras que El Sembrador de Van Gogh, exhibido en el Palacio Bonaparte de Roma, ‘recibía’ uno de verduras. En varios museos del mundo se han perpetrado distintos ataques a piezas icónicas de la Historia del Arte por parte de activistas por el clima, ataques que, de hecho, llevaron al propio Ministerio de Cultura a emitir una misiva a los museos nacionales para instarles a extremar la medidas de seguridad, algo que también tuvo su eco en los museos valencianos.