VALÈNCIA. La historia de ¿Te está llegando algo? comienza con tres amigas: Sara Marhuenda, Sara Aliana y María. Todas ellas, graduadas en bellas artes, sueñan con liberarse de la vida adulta a través de un viaje a la Documenta de Kassel, un festival de arte contemporáneo celebrado en Alemania cada 5 años. Para ello se preparan con bastante tiempo: maletas, itinerario, ropa… pero de repente el trabajo de María (de teleoperadora en un banco) la obliga a bajarse del plan. Aquí es cuando comienza realmente el juego: las Saras deciden llevársela igualmente, confeccionando un muñeco de trapo con sus medidas exactas, para que de alguna forma pueda unirse al viaje. María realmente representa a cualquier amiga que no puede asistir, ya sea por trabajo u otros inconvenientes, pero al final lo que representa es que la precariedad le obliga a perderse un evento cultural por trabajar en algo que no tiene que ver con lo artístico.
Todo ello se vive en un viaje de lo más precario: entre vagones durante varios días (porque es lo más barato) y cargando con el cuerpo presente de María en forma de tela, de hecho lo único que llevan de más valor son las cámaras con las que documentan todo el proceso. Cuenta Marhuenda que al principio les daba bastante vergüenza sacar a “María” porque pensaban que la gente les iba a preguntar, pero que finalmente vencieron esa vergüenza por amor al arte: “Al final estábamos en un festival, un circuito cerrado en el que llevábamos al muñeco por varios museos y coincidimos muchas veces con las mismas personas. Ellos mismos eran quienes se acercaban y preguntaban amablemente que estábamos haciendo”.
¿La explicación? La performance realmente consiste en hablar de la crisis de la veintena, en como aquellos que quieren dedicar su vida a lo creativo deben pasar por otros oficios hasta alcanzar el trabajo deseado, y lo que ello conlleva: incompatibilidad de horarios con los demás y muchas veces hasta un empeoramiento de la capacidad de crear e inspirarse. Para Marhuenda a su vez significa, en algunos casos, sentir un desánimo y una sensación de alejamiento “de lo que toca”: “Al final si trabajas en algo que no es creativo te hace preguntarte sobre tu valor y sobre quien eres realmente, a veces sientes que no tienes nada que ver con los demás compañeros”. Esto a su vez se suma con que los compañeros artistas viven la misma situación, están en el mismo barco, para Aliana lo de “coincidir menos” es lo “típico de la edad” pero en el proyecto hablan también de echar de menos, siempre tratándolo desde el cariño y el humor.
Tanto Marhuenda como Aliana son del 97 y se graduaron en Bellas Artes por la Universitat Politécnica de València. Las dos han intentado, durante los últimos años, desarrollar un lenguaje instalativo en el que buscar espacios que demandan participación. Sus proyectos se centran en gran parte en el juego y la colectividad, además de la vivencia de un presente que se encuentra en constante crisis. A su vez forman parte del colectivo valenciano Las Mediocre, en el que los cuidados y el contacto son las bases clave para que cualquier proyecto funcione. Con todas estas piezas confeccionan un trabajo en el que la precariedad está en el centro, pero se habla de ella desde el cariño: viajan con el cuerpo inanimado de su amiga y a la vez significa que está en el mismo viaje.
En ¿Te está llegando algo? hay un mensaje tanto triste como negativo, pero necesario para poner en el foco lo que se siente entre sus vínculos. Cargar con “María” puede asociarse también con cualquier compañero que se encuentre en esta misma situación, explica Marhuenda que constantemente tenían en mente “a todas sus amigas” y que al final eso pesaba también en el muñeco: “Hace poco salimos de la carrera y hemos estado todas en este tipo de situación, eso nos hacia tener en mente a nuestras amigas y se acaba personificando todo de forma inevitable”.
Foto: SARA MARHUENDA Y SARA ALIANA
Ambas reflexionan en que el proyecto supone una experiencia muy agotadora, en la que se ven obligadas a llevar a un cuerpo inerte en representación de aquellas personas que no podrían asistir al viaje. A su vez esa carga es lo que se refleja finalmente en su videocreación y en la que basan la performance, en cómo les afecta la situación precaria en la que viven y en cómo ven un futuro en el que siempre tiene que cargar con ese peso encima. Porque hasta pasando la veintena esta situación persiste a lo largo de la vida, aunque ellas en ese momento sienten la necesidad de reivindicarlo, y a su vez tienen la energía para hacerlo.