València obri les portes dels seus refugis antiaeris de la Guerra Civil 81 anys després
València obri les portes dels seus refugis antiaeris de la Guerra Civil 81 anys després
VALÈNCIA (EP). El Ayuntamiento de València ha reabierto hoy el refugio antiaéreo de la calle Serranos, uno de los primeros en construirse en 1937, que posee una ubicación y características que lo hacen "único" con respecto al resto de refugios, como la presencia de repisas para los enseres o el sistema de ventilación, que aún se conserva, y cuenta con 105 metros cuadrados y capacidad para 400 personas. La reapertura del refugio, al que se podrá acceder a partir de este viernes a las 19.00, ha sido presentada este viernes en rueda de prensa por la concejala de Cultura del Ayuntamiento de València, Gloria Tello, la arqueóloga que ha coordinado la reconstrucción, Pepa Pascual, y una mujer que lo utilizó, Paquita, que ha explicado que la primera vez que lo utilizó, a los 12 años, tenía "mucho miedo" y que no desea nada más que "que no sirva para lo mismo".
El refugio, construido el 22 de junio de 1937 por la Junta de Defensa Pasiva, ha sido calificado por Tello como "único" debido a sus características, entre las que destacan la presencia de repisas para poder poner enseres, los bancos adosados a las paredes, así como la conservación de las rejillas de ventilación y la instalación eléctrica. En este sentido, también mantiene su parte aérea por encima del nivel del suelo, lo que ha permitido que se conserve el letrero original que reza 'Refugio' con tipografía art Déco en relieve y color rojo, que era igual en todos los refugios de València, para que quienes no supieran leer pudieran ponerse a salvo al reconocer el tipo de letra.
Asimismo, el refugio estaba abierto para toda la población y tiene unas características constructivas "diferentes" al del Ayuntamiento, ya que cuenta con una "amplia" sala con tres naves, separadas por dos hileras de nueve columnas de hormigón armado, que sostienen una cubierta "adintelada", techo que también tiene una capa de dos metros de este mismo material, que servía para "amortiguar" los impactos de las bombas.
En la rehabilitación se han recuperado los "acabados originales" del refugio en paredes y techos, así como las entradas y salidas "originales" de aire, que contaban con un sistema de renovación de aire y una maquinaria que ayudaba a que fuera "más rápido", aunque esto último no se ha conservado y hay una reconstrucción. En las paredes se conservan restos de más de 200 dibujos, algunos de ellos con escenas de lo que la gente observaba, como una bomba cayendo sobre una casa o un barco siendo bombardeado, además de frases con prohibiciones como 'No fumar' o 'No estacionarse', que Tello considera "interesantes", ya que permiten "transportarse" a aquella época.
València obri les portes dels seus refugis antiaeris de la Guerra Civil 81 anys després
El refugio cuenta con dos entradas, una en la calle Serranos número 25, con acceso a través de escaleras, y otra en la calle Palomino número dos, en rampa, que forman grandes pasillos en forma de codo, con un ángulo de 90 grados, para "salvaguardar" a quienes estuvieran dentro, ya que la zona de la entrada "no era segura" a causa de la metralla o la onda expansiva de las bombas. La reconstrucción, que comenzó en el año 2016 y se ha alargado hasta la actualidad al encontrarse en un estado "complicado" a causa de las filtraciones del techo, ha tenido un coste de 165.000 euros, de los que la Diputación de Valencia ha subvencionado 100.000 y el Ayuntamiento los otros 65.000.
Su apertura este viernes estará protagonizada por el concierto del cuarteto Ensemble Ludus Tonalis, que rememorará el concierto que "paró la guerra" del 22 de septiembre de 1938. En aquel momento, según ha explicado Tello, "corría el rumor de que la República no cuidaba el patrimonio cultural", por lo que los cuatro Stradivarius de Patrimonio Nacional salieron por primera vez del Palacio Real para dar un concierto, emitido por Unión Radio, que dejó la Guerra Civil "en suspenso" durante unos minutos.
El sábado habrá una jornada de puertas abiertas en la que el refugio estará abierto a los visitantes de 10.00 a 14.00 y de 16.00 a 19.00. Asimismo, los martes y los sábados habrá visitas guiadas gratuitas, con reserva previa, para un total de 30 personas. Esas tendrán lugar los martes a las 10.00, a las 12.00, a las 16.00 y a las 18.00; mientras que los sábados serán a las 10.00 y a las 12.00. En este sentido, el refugio también servirá para ofrecer un espacio en un barrio con "falta de infraestructuras culturales", por lo que los jueves por la tarde estará disponible para las asociaciones de la zona que quieran llevar a cabo una actividad cultural, siempre que "respete el entorno", ya que está declarado como Bien de Relevancia Local (BRL).
La anciana de 93 años que utilizó el refugio desde los 12, Paquita, ha asegurado al visitar el lugar que no desea nada más que "que no sirva para lo mismo", y ha abogado por que todos "cedan" para poder entenderse. "La primera vez que entré tenía mucho miedo, esas cosas no se olvidan nunca, por muchos años que pasen. Aún hay tiempo para que los que vengan detrás lo hagan mejor, que se acuerden, que procuren que no pase lo mismo", ha señalado Paquita.
La anciana, que explicó al equipo de arqueólogos lo que había significado estar en el refugio, ha admitido que después de los bombardeos "hasta las sirenas de las ambulancias" le daban miedo. El espacio, construido en 1937, fue utilizado como refugio antiaéreo y después fue una tienda de plátanos hasta 1954, momento en el que comenzó a usarlo una falla cercana como casal, a pesar de que pertenecía al Ayuntamiento, hasta principios del 2000, cuando fue abandonado por las goteras causadas por la "mala utilización", según ha indicado la arqueóloga Pepa Pascual
Los Arcos de Alpuente es considerado Yacimiento Arqueológico y declarado Bien de Interés Cultural (BIC), en la categoría de Monumento