VALÈNCIA. ¿Es el corto de Wes Anderson para Prada un anuncio o arte? El debate está servido. Con esta pregunta, en un artículo publicado en 2013, la BBC abría -de nuevo- el melón del encaje de los fashion films en el mercado audiovisual. Fue en el marco del Festival de Cine de Roma que se estrenó Castello Cavalcanti, un proyecto de apenas ocho minutos protagonizado por Jason Schwartzman y en el que la marca aparece en apenas dos ocasiones. “Castello Cavalcanti es ciertamente un placer para los aficionados a la historia del cine, pero puede ser una mayor publicidad para su sponsor, Prada”, refleja el periodista Christian Blauvelt en su artículo para el medio británico, en el que destaca los continuos guiños al imaginario del cine italiano, encabezado por Federico Fellini. Junto a Anderson, directores como Roman Polanski o Spike Jonze, entre otros, también han redefinido un vínculo moda-cine que ha mutado de la mano de las (no tan) nuevas de consumir productos audiovisuales, una relación indisoluble en sus distintos acercamientos.
Desde el punto de vista más clásico, piezas como el Givenchy de Desayuno con diamantes o el traje de cuadros de Fuera de Onda quedan en el imaginario colectivo como parte indisociable del patrimonio cultural de nuestro tiempo. Entre unos y otros, hay un sinfín de historias de taller y agujas que, en España, tienen como gran referente a Paco Delgado. El creador ha estado nominado en dos ocasiones a los Óscar en la categoría de mejor vestuario, por su trabajo en cintas como Los Miserables y La chica danesa, y se hizo con el Goya por la Blancanieves de Pablo Berger o Las brujas de Zugarramurdi de Álex de la Iglesia. Sin embargo, la relación entre el audiovisual y la moda no siempre trata de vestir al protagonista, sino también de asumir el papel principal. El caldo de cultivo generado entre las nuevas formas de comunicación o las necesidades de las empresas del sector textil -especialmente del lujo- han derivado en un producto que se ha erigido como un género en sí mismo, un fashion film que se hace hueco poco a poco en los circuitos cinematográficos.
Pero, ¿qué es un fashion film? Entre el arte cinematográfico, performativo y la publicidad, las marcas se sirven de este formato para presentar sus productos en un contexto de mayor riqueza narrativa, producciones que no suelen durar más de 15 minutos y que rompen con los anuncios de televisión tradicionales. Esto sobre el papel, pues también se dan casos en los que están impulsados por publicaciones especializadas en moda o en los que el protagonista 'en la sombra' es el estilista y no una marca específica. Todo está por escribir en un género que, más allá de su sector de origen, ya es considerado por los profesionales del audiovisual, que dan cuenta de su relevancia como formato digital. Aunque cuentan con festivales para su difusión, como el Madrid Fashion Film Festival, son pocos los eventos no explícitamente vinculados a la moda los que han ‘regresado al futuro’ incluyendo estas producciones en su programación. Y ahora llega el turno de València.
El festival internacional de mediometrajes La Cabina, que celebra su XI edición el próximo mes de noviembre, ha dado un paso al frente apostando por este género con una sección propia y, por otra parte, con un premio en colaboración colaboración con la escuela Barreira. De esta forma, el festival dedicará una jornada específica para exhibir algunos de los proyectos de mayor impacto en el ámbito internacional, así como cortometrajes y videoclips en los que la estética juega un papel importante. Será el lunes 19 de noviembre, a partir de las 18 horas en Barreira A+D (C/Fernando el Católico, 69) cuando se proyecten las piezas, una exhibición comentada que contará con profesionales de la industria como Maite Sebastià, directora del máster en comunicación de moda, colaboradora en medios como S Moda y exsubdirectora de Vogue España; la periodista valenciana Patricia Moreno, que inició su carrera en las bambalinas de la Valencia Fashion Week para después forjar su carrera en cabeceras como Telva o Vogue; y Nacho Errando, director, fotógrafo y cofundador de Enredo Films.
Será a través de las colaboraciones entre Wes Anderson y Prada; Spike Jonze y Kenzo; o Europa II, una producción de HARRY para Vogue en colaboración con Gucci, que se vertebre un debate que quiere ahondar más sobre un género cuya calidad ha enterrado el recelo del sector por tratarse de un producto publicitario. Con un medio de distribución similar al de los cortometrajes y mediometrajes, tanto su distribución, producción y consumo deben ser entendidos desde una perspectiva diferente al del largometraje, un género que va de la mano del medio digital y que se erige, no como un sustituto de la publicidad convencional, sino como un producto capaz de ahondar mucho más en la imagen de la marca que lo impulsa.
Si bien en España acaba de celebrarse Madrid Fashion Film Festival, no son pocas las citas en todo el mundo que presentan producciones que poco a poco calan más allá del sector moda. Autoproclamado como el “Cannes del fashion film”, el festival internacional La Jolla, celebró el pasado mes de julio su novena edición en el estado de California, Estados Unidos. Considerada como la gran cita del fashion film, fue este evento el que coronó a uno de los grandes referentes de España. El valenciano Víctor Claramunt se llevó el premio a mejor director por Breaking rules, que suma una larga lista de galardones. Junto a festivales como You Wear it Well, en Los Ángeles, o el London Fashion Film Festival, estas nuevas producciones para la difusión de la moda encuentran su acomodo en eventos específicamente pensados para ellas, al tiempo que penetran en eventos no enfocados a su sector, como es el caso de La Cabina.
La colaboración entre Barreira A+D y La Cabina no solo se concreta en la proyección de los fashion films, sino que la escuela premiará el mejor guión guión de un mediometraje de la Sección Amalgama, galardón otorgado por Manuel Martínez, Director del master de cine, y Maite Sebastià, Directora del máster de comunicación de moda. De igual forma, la escuela de arte y diseño, además de elegir al ganador en esta categoría premiará con una beca para el taller de Pablo Berger, cineasta ganador de diez premios Goya con su film Blancanieves. La persona seleccionada escribirá bajo la supervisión del director un guión ‘visual’ para un cortometraje de entre 3 y 5 minutos, un taller intensivo teórico-práctico en el que se trabajará el lenguaje de las imágenes, sobre el espacio y tiempo o en torno a la poética visual.