La distribuidora hispanobelga da un paso más en su colaboración con las cerveceras artesanas valencianas
VALÈNCIA. Una IPA aromática, ligeramente amarga, plena en boca y con una espuma blanca, cremosa y persistente. Hasta aquí todo normal, pero hablamos de la primera “sin” que los valencianos de ZETA ponen en el mercado. Una elaboración, BE-LOW, desarrollada en colaboración con Cervezas Majara y hoy presenta Bierwinkel en Las Cervezas del Mercado, su espacio del Mercado de Colón, para luego distribuir en todo el territorio nacional. La distribuidora hispano belga con sede en Valencia, Bierwinkel, da un paso más en su colaboración con las cerveceras artesanas valencianas, a las que apoya desde su inicio.
La BE-LOW, que en todos los análisis de laboratorio no ha llegado a alcanzar los 0.65% ABV, (recordemos: la legislación española permite etiquetar como “sin alcohol” cualquier cerveza por debajo de un 1% de contenido alcohólico), se sustenta en un sistema innovador de macerado que arroja un mosto con más de un 80% de azúcares no fermentables. Maltas Pils, Carahell, T50 y maltodextrina, con un peso enorme en la proporción de la receta para las maltas caramelizadas.
La receta se ha trabajado durante meses, entre Ángel Cózar (Majara) y Manuel Fuentes (ZETA), con el objetivo primordial de conseguir una cerveza sin alcohol que esquivara todos los tópicos que acompañan a este tipo de cervezas. A base de adiciones en frío de lúpulo Chinook se ha conseguido una cerveza resinosa, herbal y aromática que, junto a un tratamiento especial del agua, consigue un cuerpo considerable y una muy destacable plenitud en boca.
“Una de las cuestiones claves para nosotros era alcanzar una fermentación completa de la cerveza, que la levadura realizara todo el trabajo posible para no comprometer la estabilidad posterior con cambios de temperatura”, afirma Fuentes, maestro cervecero de los valencianos. Una peculiaridad que se consigue con una levadura específica que no es habitual en la elaboración de cervezas sin alcohol, y no consume maltotriosa. El resultado, según afirman desde ZETA BEER CO., “ha superado todas las expectativas”.
Carlos Ramada, manager de los de Alboraya lo tiene claro: “Nos encontramos ante un producto de altísima calidad, sabroso y estable que creemos que encaja como un guante en un nicho de mercado que pedía a gritos una sin alcohol con un poquito de rumba.” Ángel Cózar, muy orgulloso con el resultado final, es un firme defensor de las cervezas de bajo contenido alcohólico: “El alcohol, desde luego, es una parte primordial de la cerveza, pero en exceso también llega a enmascarar matices que forman parte de la experiencia cervecera”. Desde Majara tenían claro que una sin alcohol tenía que llegar “y ha sido con unos hachas como los chicos de ZETA”, comenta Cózar.
En el mercado español las cervezas sin alcohol forman parte de una tradición de consumo muy arraigada. Con esta primera experiencia, llevada directamente del marco teórico a la práctica en un único lote colaborativo, ZETA BEER CO ha abierto un nuevo melón en su recorrido por la experiencia y experimentación cervecera. Están entre los números uno “lagermaniacos” de las craft nacionales. Han sido los primeros en patentar su propia levadura salvaje, nacida y crecida bajo una higuera de su pueblo. Y ahora se sacan de la manga una IPA sin alcohol de fermentación completa y levaduras nada habituales.
En Alboraya, desde luego, por lo menos no se aburren.