¿Puede la ciudad asumir el proyecto?

A vueltas con el (hipotético) Museo Sorolla de València

11/01/2023 - 

VALÈNCIA. València abre curso cultural y lo hace con un claro protagonista: Joaquín Sorolla. El pintor de la luz conmemora el centenario de su fallecimiento con la declaración de 2023 como Año Sorolla, doce meses en los que se desplegará un buen puñado de proyectos -no solo expositivos- con los que indagar en la trayectoria del genio valenciano. Fue esta misma semana, de hecho, cuando la Comunitat dio el pistoletazo de salida al mismo con la inauguración de Sorolla y la pintura valenciana de su tiempo: diálogos y contrastes en el Museo de Bellas Artes Gravina de Alicante, una muestra a la que seguirá una batería de propuestas que tendrán como epicentro el Museo de Bellas Artes de València, que le dedicará gran parte de su programación anual. Con el proyecto ya en marcha también vuelve a ponerse sobre la mesa una cuestión que, de cuando en cuando, sale a la palestra, aunque ahora con un altavoz potenciado por la efeméride: ¿debe València contar con un museo propio en torno a Sorolla?

Desde el ámbito político municipal, al menos, la respuesta parece clara. El portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Valencia, Fernando Giner, llevará al pleno esta semana una moción para pedir la creación de un Museo Sorolla en la ciudad de València. “No tiene sentido que el Museo Sorolla todavía no exista en València”, ha declarado Giner, quien considera que el Ayuntamiento debería liderar la creación del mencionado espacio ante el resto de las instituciones, tales como la Generalitat, el Gobierno (central, se entiende) y la Diputación. "Ha llegado el momento de dignificar la obra de uno de nuestros artistas más reconocidos [...] Esta fue la ciudad que le vio nacer. ¿Y a estas alturas todavía no le hemos hecho un museo?".


En similares términos se expresó este lunes la portavoz del Partido Popular de València, Mª José Catalá, quien señaló al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como principal “obstáculo” para, en este caso, el traslado del Museo Sorolla a València, un proceso que, en cualquier caso, califica de “delicado”, pues la sede del mismo está en Madrid. Pero no solo la oposición defiende la existencia de un Museo Sorolla valenciano, también desde el grupo socialista municipal, liderado por Sandra Gómez, se apuesta por que el centro expositivo tenga su sede en València.

En este puzzle entra una Conselleria de Cultura que, sin embargo, se desmarca de las peticiones generales de los grupos municipals y se muestra reacia a la creación de un espacio específico dedicado al autor. “Hacer una inflación de museos no es una buena estrategia nunca. Eso es dejarnos llevar por la relevancia del personaje. Por esa misma razón podríamos hacer un museo de cada artista relevante”, expuso el secretario autonómico, Ximo López, el pasado mes de diciembre, durante la presentación de la programación del Museo de Bellas Artes. En la misma convocatoria, el director de la pinacoteca, Pablo González Tornel, también rebajaba el sueño de tantos: “Muchas veces la gente dice cosas que son inviables”. 

"¿Qué significaría un museo en València? ¿Pretender que los 53 cuadros vayan a un espacio? ¿Hacemos que Sorolla pierda entidad?", expresó el director de la pinacoteca, quien puso el acento en la convivencia del autor en las mismas salas del museo: "No va a ser mejor porque se desgarce del resto. Ver a Sorolla sin Pinazo o sin Degraín tiene sentido en la Casa Museo, porque era su casa [...] Si queremos fortalecer las instituciones culturales, no podemos vaciarlas de contenido". En este sentido, explicaba González Tornel, hay un punto importante que va más allá de la voluntad o deseo político de contar con un museo dedicado al pintor y que pasa por el contenido del hipotético nuevo espacio y por la propia realidad de la existente Casa Museo.

Así, el director incidió en que la construcción de un centro de estas características “tiene sentido” cuando va de la mano de una donación vinculante, como es el caso de la realizada por Clotilde García del Castillo. En este sentido, el proyecto de la Casa Museo, de titularidad estatal y gestión directa del Ministerio de Cultura y Deporte, queda enmarcado desde su gestación en Madrid, tal y como queda reflejado en el testamento de García del Castillo, en el que marca que la misión del museo es la “conservación y exposición” de las obras de Sorolla “en la casa 37 del Paseo del General Martínez Campos”. Su traslado, pues, sería prácticamente imposible, lo que dejaría como única opción para cumplir el deseo del gobierno municipal la creación de un centro expositivo de nuevo cuño e independiente del central.

Aquí hay una cuestión no poco importante, ¿si abriera un nuevo museo Sorolla en València, con qué patrimonio artístico nacería? Lo cierto es que, de levantarse, se trataría de un centro menor, pues el grueso de la producción del autor se encuentra repartido entre la Casa Museo en Madrid, así como distintas fundaciones privadas como Masaveu (cuya colección visitará València en este 2023), o el propio Museo de Bellas Artes de València, que además ha engrosado recientemente sus fondos de Sorolla con la compra por parte de la Generalitat de la Colección Lladró, que suma piezas tan relevantes como Yo soy el pan de la vida. Aunque el Ayuntamiento de València sí cuenta con patrimonio vinculado al autor, pues, continuaría disperso.

Por el momento, la realidad de la ampliación del espacio expositivo vinculado a Sorolla pasa por la creación de una sala dedicada en exclusiva al pintor en el Museo de Bellas Artes de València. Este es el proyecto en el que sí se está trabajando para ampliar la presencia del pintor en el circuito artístico valenciano, un espacio que abrirá sus puertas este mismo año, una vez concluya la exposición de la Colección Lladró en el Palau de les Comunicacions y las piezas de la misma se integren en la pinacoteca. Con este proyecto el museo volverá a contar con una sala monográfica para el pintor, una sala que vuelve en espíritu, aunque se aleja del proyecto planteado hace años en el mismo museo (y posteriormente clausurado).

“En mi opinión ese montaje iba en contra de cualquier criterio museológico o museográfico científico sólido. Nosotros no vendemos cuadros, no ponemos los comerciales más cerca de la puerta porque son los más fáciles de vender […] Ahora la oportunidad que tenemos en 2023 es, en el momento en el que los siete Sorollas de la Colección Lladró se integren en el museo, crear una sala exclusivamente a él, pero donde le toca”, explicó el director del museo en una reciente entrevista publicada por Culturplaza. Con todo, la cuestión sigue sobre el tablero político en un 2023 dedicado a Sorolla -y también año electoral-, un debate con el foco puesto en contenido y continente.

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