Amarillo Fiesta no ‘tiene dinero para un disco’ y por eso lanza un EP

VALÈNCIA. Por el dinero que cuesta grabar un disco, la banda valenciana Amarillo Fiesta, compuesta por Cristina Sáez, Gema Judidías y Jesús López podría hacer muchísimas cosas. Sin contar videoclips e imagen gráfica podrían pagarse: un año entero de cervezas para los tres, unas breves vacaciones a Nueva York, un máster a elegir para uno de los componentes del grupo… Con ese dinero, que no tienen, podrían también preparar un disco con el que presentarse al mundo, pero han preferido optar por un EP que es una declaración de intenciones: No tengo dinero para un disco, que saldrá el próximo viernes 13. 

Este, compuesto por cuatro canciones -y editado por Discos de Menta- nace “apenas sin querer y justificado a posteriori”, un poco en respuesta al título que lleva y a la precariedad del sector musical. “No tenemos dinero para un disco pero queremos sacar algo y hablar un poco de la novedad, teníamos un par de canciones grabadas y queríamos grabar otros singles y hacer algo que nos gustara”, explica Sáez, quien apunta que iban sacando temas porque no tenían los medios para plantearse un proyecto más cerrado.

El dinero que se han ahorrado, lo han invertido en hacer actividades para mejorar su creatividad, en la imagen elaborada por Fresca* y en dar forma a sus videoclips, más o menos caseros, que abrazan a sus temas. Cuatro canciones que juntas tenían un sentido y con las que podían elaborar un “paquetito bonito” -aprovechando que ya es Navidad en El Corte Inglés- que poder regalarle a sus seguidores. Un EP compacto que dice mucho del momento musical y emocional en el que están. 

Judidías señala que es un trabajo en el que se refleja su madurez tanto personal como musical y en el que poco a poco van viajando desde el pasado, gasta el presente en un trabajo que surge “sobre la marcha” y que lleva la más pura esencia de Amarillo Fiesta. 

Además, este trabajo, está escrito en parte desde la cotidianidad del pensamiento, de las conversaciones de bar y de temas e historias propias y de los pensamientos en el autobús, siendo sinceros. Un medio de transporte en el que Judidías se siente inspirada para combatir el aburrimiento: “Las letras surgen de ese momento del pensamiento, el mirar por la venta y pensar en las letras, porque bienvenido sea el transporte público para tener ideas”, apunta la también batería del grupo.

Desde el bajo López apunta que su evolución genuina se muestra también a través de sus aprendizajes “vivencias y quejas” y que también nace de una parte en la que quieren compartir lo que hacen como algo “divertido y desenfadado” en el que la gente vea que están listos para lo que les manden y que “pueden seguir creando cosas y les pueden seguir llamando para dar bolos”. 

También recuerda que la banda empezó “casi por error” desde un grupo de colegas que estaba pensado en el “mundillo” de la música y que esa casualidad se ha ido convirtiendo en otra cosa, en al que se refleja también su madurez entre las letras y en materia emocional: “Aunque sigamos con un rollo desenfadado y divertido mientras musicalmente cogemos un tono un poco más maduro. Nos estamos acercando a la treintena y peligrosamente nos estamos haciendo más maduros cada vez, forma un poco parte de esta evolución que tenemos si hablamos de lo que nos rodea”. 

De alguna forma, ese crecimiento se refleja también en alguna de sus letras y en los mensajes que lanzan al mundo. Algunos de ellos se notan en canciones como Cansada los viernes en el que hacen un viaje emocional a las etapas universitarias de “cerveza y despreocupación” y la pesadez que resulta, en comparación, la vida adulta: “Busca un curro que te guste, vaya broma más pesada. Y estarás cansada los viernes todas las semanas”, resuena en el tema, al que le sigue una advertencia: “No te hagas mayor (...) la vida adulta es lo peor”. Y es que, con la edad, Amarillo Fiesta ha visto que aumentan las preocupaciones, pero no necesariamente el salario, y que a veces vale más EP en mano que disco volando.