Comida es solo lo que crece o se mueve, lo demás son comestibles  

Con esta premisa fui al lanzamiento de Hi Vegs, alta cocina vegana lista para calentar y servir, pensé —a mi que no me enreden con comida en botecitos y falsas carnes de última tecnología en 3D, yo quiero comida de verdad con un alto valor nutricional y lo más próxima a la tierra posible—.

En los últimos años, el interés por los alimentos de origen vegetal ha experimentado un crecimiento significativo, impulsado por una mayor conciencia sobre los beneficios para la salud y el impacto ambiental de una dieta basada en plantas. La demanda de alternativas a la proteína animal ha llevado a un rápido avance en las tecnologías de procesamiento de proteínas vegetales, abriendo nuevas posibilidades para la producción de alimentos más saludables y sostenibles.

Hasta  aquí comulgo, pero a mi modo de entender, la salud y la nutrición han de estar basadas en plantas, no imitando plantas o destruyendo las plantas en el proceso hasta convertirlas en un alimento virtual.

La mayoría de las proteínas vegetales industriales son texturizadas. Hay diferentes formas de texturizar.  La texturización  puede entenderse como la creación de una estructura tridimensional para sustituir parcial o totalmente otras proteínas —análogas de la carne— o lípidos —sustitutos de grasas— en los alimentos tradicionales. La texturización de proteínas implica generalmente un primer paso de desnaturalización —desdoblamiento de la estructura globular nativa de las proteínas—, seguido de la reorganización y orientación de las proteínas parcial o totalmente desplegadas mediante extrusión, laminación y extensión, es decir, es como comer cartón comida.

Y es que en esta línea Hi Vegs no nos trae nada nuevo, ya de tiempo tenemos saturado el mercado de lo healthy con falsas hamburguesa, falsos embutidos y un largo etcétera de comestibles que se parecen en sabor y apariencia a la proteína animal. Pero tienen tal saturación de lactosa, aditivos, gluten, saborizantes, azúcares, potenciadores de sabor —glutamato mono sódico—  almidones y  sofisticada elaboración industrial de extrusión, que todo se queda en las papilas gustativas dejando huérfano el propósito último del alimento e incluso empeorando la salud digestiva, es decir, que no se sabe qué es peor si el remedio o la enfermedad.

Pero como dice Rubén Blades en su canción “la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida”,  los  productos de esta marca son una alternativa muy diferente al actual modelo de proteína vegetal —basado en legumbres— en concreto guisantes verdes secos y garbanzos, que son en sí mismas la proteína más limpia que existe, con un proceso industrial muy corto que no afecta al producto, lo que le concede un 80% de biodisponibilidad.

Son una conserva de etiqueta blanca, es decir, que todos los ingredientes escritos se entienden con claridad, sin siglas indescifrables camuflando los aditivos perjudiciales,  y por supuesto sin lactosa, ni componentes químicos, sin transgénicos, hormonas animales o gluten, que da una alternativa única a celiacos y demás trastornos alimentarios.

Además, son una explosión de sabor en el paladar. Fueron concebidos en una alta  cocina gastronómica de la mano de Rakel Cernicharo, creadora del restaurante Karak y ganadora de Top Chef y un Sol Repsol, que también es terapeuta ayurveda y tiene como prioridad el equilibrio a través de la alimentación. A su vez ofrece una cocina hedonista que satisface a los foodies y las  tribus sibaritas de la mesa sensorial, vamos que lo tiene casi todo…

Utilizar el sabor como factor sorpresa es una riquísima forma de satisfacer con platos respetuosos, basados en proteínas vegetales que a su vez son deliciosos. La curiosidad mató al gato, así nos quedamos tod@s boquiabiertos y sorprendidos cuando llevados por la curiosidad probamos los platos que preparó Rakel para dar a conocer estos productos. 

Alta cocina vegana lista para calentar y servir es la propuesta innovadora de Hi Vegs, la filial del grupo Dacsa que como nos expresó Araceli Císcar, consejera ejecutiva del Grupo Dacsa, durante el evento en el que se dieron cita periodistas gastronómicos, personalidades del ámbito de la gastronomía y generadores de contenido del sector “se ha propuesto revolucionar el lineal plant-based en los supermercados y las cartas veganas de los restaurantes que busquen referencias flexitarianas, para los nuevos comensales más comprometidos con su salud y el medio ambiente”.

Y continúa diciendo “La clave para nosotros estaba en las legumbres. Venimos del campo, de la molienda de maíz, y lo vimos claro desde el principio, por eso apostamos por la proteína de guisante —proyecto “Pésol pea”, guisante en valenciano e inglés—, ha añadido Ciscar, pionera en la fabricación de este tipo de proteína puramente plant-based, libre de gluten y soja, rompiendo así la barrera entre los típicos productos que trazan una separación entre los veganos o vegetarianos y los flexitarianos.

Rakel, por su parte, nos dice que para ella la creación de estos botes veganos fue como un viaje por el mundo a través de otras culturas. Y así destaca un viaje a Oaxaca, con un sorprendente preparado para burrito y todo tipo de tacos. Si le añadimos un poco de aguacate, tomate fresco y cilantro te transporta a México lindo y querido. Pero también te sirve para relleno de empanadas o una salsa boloñesa vegana, realmente versátil.

De México a la India con el curry de garbanzos y quínoa, de sabor suave y muy aromático. A mí me gusta mucho con un chapati o un poco de arroz basmati, que es en sí mismo un plato completo y da para dos raciones. 

El último es un bocadito que no se termina de definir entre Japón y Laos, jugando entre la salsa Teriyaki, las setas shitake y el arroz salvaje negro, desde luego si le tengo que poner un apellido, le pondría “nutritivo”

Los Hi Vegs los puedes encontrar actualmente en lineales de supermercados, y ya en algunos restaurantes como dice Rakel, a un precio democratizado para un grupo democratizado.