Hoy es viernes de empezar el año con emociones renovadas, vino a vino en baile con dos enormes gaditanos y vamos saliendo a la pista, artista.
Hablamos de Willy Pérez y Ramiro Ibáñez y su albariza querida. Siguiendo caminos trazados que rompen con lo establecido. En tensión entre artesanía y vanguardia. Retornando a las raíces y descomponiendo una realidad que volverán a componer en forma de melodías que te llevan más allá de la vista o el oído. Aromas y gusto que son dibujos de magia en límpido lienzo. El origen y su destino a través de las herramientas que le darán su estilo. Con un suelo barajueloso y hermoso, el clima que refleja habilidades sociales, variedades que son identidad y el método de cada cual. Ese estilo que es la realidad. La verdad, con o sin velo, que no puede haber desvelo cuando probamos el Caserío de Miraflores Alta (Bodegas Cota 45). Estilo costero con más de 20 criaderas y sacas que suponen rocío mensual y que lo refrescan para dejarlo tal cual. Bonito, delgadito y todo envuelto en un importante salino que está divino con un langostino. Cocido como solo aquí saben.
Con el De la Riva Viña el Armijo (Bodegas de la Riva) nos topamos con potencia buscada, aun estando asentado en el pago de Miraflores. Distorsión con complexión robustecida en tan solo 2 criaderas y una salida al año. Modos de hacer justo lo contrario y que no nos contraria, sino que nos congratula a la altura de una de jamón del bueno.
El UBE La Charanga Maína 2022 (Bodegas Cota 45) es ubérrima repleta de diatomeas y que está que no veas. Sabroso de fruta que estalla en frescura. Fortalezas que se levantan con viveza y pegando más que fuerte en campo de perales. Entonando melodías de recreo inmediato con un plato de pescaíto frito.
El De la Riva El Cuadrado 2021 (Bodegas de la Riva) es mirada puesta en diferentes orientaciones de Balbaína. Vestido de sanluqueño aunque sea de uva jerezana. Porque tiene lo suyo de cada cual con resultado preciso e ideal. Brisa marina que llega desde la lejanía y que no se disipa. Y muestra su pelaje de grande con unas papas aliñás.
La Escribana Macharnudo 2022 (Bodegas Luis Pérez) nos desvela que este pago duele fuerte. Tal vez por esa condición ofrezca estos vinos que son emoción. Lección magistral que, con mucha materia orgánica es conducida a la biológica que le dará su rollo. Un número uno que ya no puede faltar en nuestras mesas y menos con unas alcachofas de temporada.
El De la Riva San Cayetano 2022 (Bodegas de la Riva) nos tiende la mano para transmitirnos toda su electricidad. La realidad que no requiere de crianza biológica para contar toda su verdad. Seda blanca que te envuelve en canción eterna y delicada. Destinada a ser elegancia y todavía más en consonancia con una de huevas de choco a la plancha.
El De la Riva El Notario 2021 (Bodegas de la Riva) es de viña que tiene ansia por tener potencia. Permanencia que crece a lo ancho para que nunca olvides su presencia. Que viene de un asoleo soleado y de esta forma engordado. Y nos vence y convence con sus músculos y esa figura moldeada con firmeza y, ahora sí, una de carne al toro.
Terminamos este lujazo de cata con el San Cayetano 2022 (Bodegas Luis Pérez). Bestia parda, que no pardilla, y que es auténtica maravilla. Señorío con personalidad demoledora que se irá puliendo con el tiempo. Animalillo alocado que nos lleva por donde quiera. Porque nos tiene felices desde ahora y por todo el futuro mostrándose seguro al lado de un queso de cabra maduro. Y con esto y sin un bizcocho, nos despedimos hasta pronto y fijo que antes de las ocho.