VALÈNCIA. No era la primera vez que cruzaban la puerta del Institut Valencià d’Art Modern (IVAM), pero en esta ocasión era diferente. No lo hacían como visitantes ni tampoco como encargados de gestar una u otra publicación. Los artistas ahora son ellos. O casi. “Nosotros no trabajamos como artistas ni nos sentimos artistas [...] Si la comunidad artística ha decidido que hay piezas que merecen estudio y atención es porque ellos, que son los que deciden qué es arte y qué no lo es, piensan que hay valores emocionales y simbólicos en el diseño que merecen ser expuestos en un museo. Pero yo me alegro mucho de que los diseñadores no nos sintamos artistas porque nuestra función no es hacer arte sino mejorar la calidad de vida de la gente". Estas palabras las firma Marisa Gallén, diseñadora y presidenta de la Associació València Capital del Disseny, una reflexión más pertinente que nunca, en un IVAM que se quiere reivindicar como el espacio natural del diseño en la Comunitat Valenciana, una digestión que pasa por entender sus diferencias con el resto de disciplinas para, al final, generar un discurso no discriminatorio. "El IVAM se plantea cada vez más como un museo inclusivo, donde todas las disciplinas artísticas están presentes de igual a igual, sin ningún tipo de jerarquía", expresó el director del museo, José Miguel G. Cortés, tras una reunión entre el museo y los diseñadores del mítico colectivo La Nave que apunta a un movimiento “histórico” para el centro expositivo.
Marisa Gallén, Daniel Nebot, Nacho Lavernia, Eduardo Albors, Sandra Figuerola, Carlos Bento, Luis Lavernia y José Juan Belda –que formaron La Nave junto a Luis González, que no pudo estar presente, y los fallecidos Paco Bascuñán y Quique Company- se volvieron a reunir -aunque sigan comunicándose a través de WhatsApp- en un museo que les que les quiere mimar. Tanto es así que, próximamente, incluirá en su colección piezas firmadas por algunos de ellos. Este fue el objeto de la reunión, un encuentro destinado a avanzar en una futura compra -cuyas piezas están todavía por determinar- que inicia una nueva línea en la colección. Así lo comunicó Cortés, quien destacó que el IVAM es “el primer museo de España que va a integrar el diseño en su Colección, como ya han hecho el MoMA y el Centre Pompidou”. El museo se quiere situar así como el espacio para el diseño valenciano, en un momento en el que, con la mirada puesta en la capitalidad mundial de cara a 2022, también está sobre la mesa la idea de generar un museo propio para el sector, vinculado o no al Arxiu del Disseny impulsado por, entre otros, el experto Xavier Giner, quien prepara una muestra específica sobre diseño de producto para la subsede en Alcoi del museo.
Sobre esta idea de un museo para el diseño, Cortés lo tiene claro. “Yo optaría, como otros grandes museos han hecho, por tener un gran museo nacional donde estuvieran las mejores obras de creación artística. Y me da igual que sea una silla, un teléfono, un cómic o una pintura. Obras que nos permitan comprender las diferentes épocas de creación. No creo en las jerarquías. Eso no quita que haya otros proyectos, como los centros de documentación y/o formación”, explicó el pasado mes durante una charla con Culturplaza, en la que también avanzó el museo está trabajando en una exposición sobre diseño gráfico para 2021. En este sentido, y con dos proyectos expositivos en liza, es clara la comparación con el cómic, que también usa Cortés. En 2016 entró por todo lo alto en el museo con la exposición València Línea Clara, un punto de partida que se ha completado con más muestras -como El dibuixat, de Paco Roca-, la creación de una fanzinoteca o la inclusión de Álvaro Pons como miembro del consejo asesor del museo.
En este sentido, el director del museo avanzó sobre la figura de Xavier Giner: "queremos incorporarlo como una persona que nos ayude, colabore y nos asesore en este tipo de cuestiones". Preguntado sobre de qué manera se incluiría en la estructura del museo y si podría formar parte del consejo asesor, explicó que todavía era pronto para ello. "Es muy importante ir creando un conjunto de redes. El museo se va a ampliando, entiéndase la palabra que nadie lo malinterprete, en el sentido conceptual del término. Hemos trabajado el cómic, que está en la colección del IVAM. Queremos esté el diseño y, en un plazo muy corto de tiempo, queremos que la arquitectura también entre en la colección del museo. Queremos que estos tres elementos -cómic, diseño y arquitectura- estén de una manera explícita en las exposiciones y la colección", explicó el director tras una reunión que se antoja como el principio de una nueva vía de acción del museo.
“El colectivo La Nave ha sido fundamental para entender gran parte de nuestra contemporaneidad”, destacó Cortés tras la reunión con sus miembros. Fue desde el número 200 de la calle San Vicente que ubicó la sede de un equipo de trabajo multidisciplinar del que surgieron algunos de los proyectos más conocidos del diseño valenciano. “Ensayamos una forma diferente de ejercer la profesión. No había una estructura rígida y nuestro mantra principal, en cada trabajo, era darle la vuelta a la tortilla. Una coincidencia de gente excepcional -retoma. Y quizá la clave estaba en que pusimos las cuestiones económicas a parte. No se pasaban cuentas. El objetivo era otro”, explicaba Dani Nebot a este diario el pasado mes, en un reportaje del periodista Vicent Molins.
Pero el pasado no acaba. “Hay una nave después de La Nave”, destacó Carlos Bento ayer en el IVAM. La propia Marisa Gallén hablaba también de un momento “luminoso” del diseño valenciano. “En los años 80 se produjo el boom del diseño y ahora la capitalidad del diseño para València va a significar un antes y un después en la percepción que la sociedad tiene de esta disciplina”. La primera parada de este viaje, que llegará a un 2022 como Capital Mundial del Diseño y que este año verá a València como sede de los European Design Awards, será la exposición sobre diseño de producto que abrirá sus puertas el próximo 3 de abril en la subsede del IVAM de Alcoi. “El diseño es una profesión discreta. Es importante que se entienda que estas piezas cotidianas también se pueden ver como un objeto ‘bello’ y que, aunque no vamos a exponer procesos, detrás de cada uno hay una cabeza y unas manos”, explicaba Giner hace unos meses a Culturplaza, en una conversación en la que avanzaba el contenido de una exposición que propone completar el relato, teniendo en mente la exposición comisariada por Juli Capella y Quim Larrea en el IVAM en 1994. Para completar este relato irá de la mano de diseñadores como Jaime Hayón, afincado en València, o Inma Bermúdez, que trabaja para clientes como Ikea, así como una sección dedicada a los nuevos talentos.
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