VALENCIA. El Resurrection World Tour, la gira que celebra la publicación del último álbum de Anastacia, Ultimate Collection, pasó el sábado como una exhalación por la ciudad de Valencia. Con una muy buena entrada en el segundo de los conciertos de la Gran Fira de València (Fira de Juliol), una de las voces más reconocibles de los años 90 y la pasada década desplegó algunos de sus éxitos más internacionales ante el público valenciano y los llegados el pasado sábado desde más allá de la capital de la Comunitat Valenciana.
En total, casi 25 personas componen el equipo directo con el que viaja la artista de Illinois y que, a su paso por la capital del Turia, exigió al promotor del concierto (Mundosenti2) contar con un cocinero relevante de la ciudad. El escogido por esta empresa fue Sergi Peris, el chef nacido en el barrio de Roca-Cuiper y que acaba de mudar su restaurante gastronómico al centro -Galeria Jorge Juan. C/ Cirilio Amorós 62-: "es tan sencillo como que los promotores del concierto son clientes, me ofrecieron cocinar para Anastacia y su equipo y aceptamos el reto".
Cuando Peris habla de "el reto" lo hace porque, tal y como fue advirtiendo a través de sus redes sociales (donde es muy activo), estuvo al servicio de la artista y su séquito para el desayuno, comida, cena previa al concierto y también posterior al mismo. Un camarero, un cocinero presencial en todo momento en el backstage del equipo y Peris a los mandos dieron cuenta de un menú "que se basaba en comidas muy apetecibles, plagadas de frutas y verduras dada la cantidad de miembros veganos y vegetarianos, con una variedad impresionante y algunas carnes y pescados de alta calidad".
De hecho, el propio Peris destaca que el atún que utilizó en el extenso servicio era de Balfegó. La empresa proveedora decidió ceder todo el producto y obsequiar a la artista con un distintivo -en la foto superior- que en la ciudad de Valencia tan solo ostentan el cocinero Ricard Camarena y el propio Peris. Las vajillas de porcelana (parte de las peticiones de rider de la artista), sostuvieron "una cantidad ingente de hummus, ensaladas, tabulé de verduras y mucha fruta natural y verdura preparada al momento".
Peris destaca que "los salteados y las brasas fueron las cocciones más habituales a lo largo de la jornada". Aunque en menor medida para el equipo artístico, una parte del staff degustó carrillera y presa ibérica aunque de nuevo a partir de técnicas de cocción saludables, como al vapor. 15 personas para el desayuno, 22 para la comida 24 para la cena y otros tantos para el resopón, lo cierto es que Anastacia preguntó antes del concierto por el cocinero, admite Peris. Todas sus comidas y prácticamente toda su participación en las horas previas del show fueron en su propio camerino, pero en un impass acudió a felicitar y conocer al chef valenciano: "pidió mi contacto y concretó que siempre que pasara por la ciudad se contara conmigo para hacer la comida".
Anastacia le preguntó a Peris por el pescado ("me dijo que en la vida se había comido uno tan bueno"), pero también dio buena cuenta del resto de peticiones ya incluidas previamente y preparadas desde la mitad de la semana pasada para a jornada del concierto (entre las más extrañas, quizá, la leche de soja de vainilla). El cocinero destaca, como anécdota que, tras el concierto, una parte del staff le preguntó si no les haría unas pizzas: "me tuve que ir al restaurante porque aquí no tenía nada, ni masa, ni horno... ni siquiera recipientes para guardarlo". Peris volvió a hacer un último viaje y les preparó el último reparto en tiempo récord y finiquitó, casi 20 horas después un servicio muy especial.