Compartirán instalaciones con los estudiantes de la Escuela de Hostelería, en lo que supone la consolidación del enclave como principal centro formativo gastronómico
VALENCIA. Las posibilidades del nuevo Veles e Vents son tantas como permita la imaginación. Arte, música en directo, conferencias y… mucho placer para el paladar. La gastronomía tendrá un lugar destacado en este espacio costero, pero no solo por la presencia de tres mesas de altura, las de la ‘La Marítima’, 'Malabar' y ‘La Sucursal’. También porque en su segunda planta se impartirá la formación de los chefs del futuro: aquí será donde confluyan los estudiantes de la Escuela de Hostelería de la Fundación Cruzcampo y los alumnos en del Grado de Gastronomía de la Universitat de València (UV). Ya se sabía, pero todavía no había sucedido, y el viernes se inauguraron las instalaciones.
Cabe recordar que esta titulación, la primera impulsada por una Universidad pública en toda España, alcanza este año su segundo curso. Sus miembros, que hasta ahora habían recibido clases teóricas en Campus de Burjassot-Paterna, tendrán su primera toma de contacto con la práctica gracias a los mismos profesores de la Escuela de Hostelería. Entre ellos, destaca la presencia de Jorge y Javier Andrés, ambos consagrados por su actividad en La Sucursal, y ahora implicados activamente en la formación de nuevos talentos. El total de inscritos en el grado son 50, pero están preparados para recibir hasta 200.
“Se trata de un perfil de cocinero tecnólogo muy interesante que no teníamos hasta ahora”, explica Jorge, quien asegura que en la Universitat hay personas que han cursado Ingeniería Agrónoma o Biología, pero deciden complementarlo de esta manera. Incide en el hecho de que se trate de una formación asequible. “Frente a la oferta de otros centros privados, donde un curso te puede costar hasta 10.000 euros, aquí pagas alrededor de 1.500”, detalla, y lo compara con la Basque Culinary Center, donde por cuatro años hay que desembolsar hasta 48.000 euros. “En este caso el sueño se pone al alcance de todos”, incide.
La formación que se ofrece a través de la Escuela de Hostelería tiene otra vocación. “Tenemos grupos de 30 personas, de entre 18 y 25 años, que no han trabajado nunca”, explica Jorge. El objetivo es que los alumnos puedan incorporarse cuanto antes al mercado laboral, por lo que se les ofrecen clases durante nueve meses, en contacto directo con los fogones desde el principio. El curso va a abordar su quinta promoción, pero la primera que se celebra en Veles e Vents, con un despliegue de medios (y un entorno) como nunca antes.
Catas; trabajo con verduras, carnes y pescados; preelaboraciones; técnicas culinarias, razonamientos… Más la posibilidad de trabajar en los mejores restaurantes de la geografía española, desde Aponiente, de Ángel León, a Bibo, de Dani García. “Siempre les enviamos fuera de Valencia, para que aprendan a convivir y trabajar con otros, del mismo modo que nosotros recibimos a gente de Andalucía”, explica el docente. “Si se incorporan en septiembre, a finales de octubre ya están haciendo servicios reales”, precisa.
Y no es en balde. De cada promoción, los dueños de La Sucursal se suelen quedar a unos pocos alumnos, los mejores, con contratos anuales. Otros han acabado en emplazamientos tan deseados como el restaurante Vertical, Mugaritz o, incluso, trabajando en Bullipedia junto a Ferran Adrià. “Y lo mejor es que son embajadores de nuestra cocina. Incidimos mucho en la gastronomía local y propia. Jamás dejaríamos graduarse a nadie que no se maneje perfectamente con la cocción de los arroces”, concluye Salas.